20. Let's Hurt Tonight Parte 2

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Aviso: este capítulo contiene escenas de sexo explícitas, queda en responsabilidad de cada persona leerlo. Si deseas saltarte esta parte, avisaré cuando puedas seguir leyendo.

NEAL

Luego de que la puerta se cierra, nuestras inhibiciones se quedan detrás. La miro, apoyando su espalda contra la pared bajo la tenue luz que entra en la habitación, observando sus ojos color cielo comenzar a oscurecerse. Sus pestañas revolotean y se muerde el labio inferior.

—¿Estás segura de esto? —pregunto.

Me tira del cabello, atrayendo mi boca hacia la suya, besándome lento y suave.

—Si, lo estoy.

Es todo lo que necesito oír. Enreda sus piernas firmemente en mis caderas y su falda se levanta por sus muslos. Tomo su culo con ambas manos, amasándolo mientras ella chupa mi cuello, haciendo un sonido bajo que sale de su garganta. Mi propia boca se mueve por el costado de su cuello, su clavícula, el inicio de sus pechos. La necesidad se apodera de mi cuerpo y roto mis caderas contra las suyas.

Lo que hicimos en el karaoke no se compara a esto, es mucho más.

—Dijiste que ibas a quitarme la ropa, Powell —dice sin aliento.

La bajo, nuestros pechos se están tocando y tengo la necesidad absurda de acariciarla por todas partes.

—Siempre quiero quitarte la ropa, Ash —beso su clavícula, deslizando los tirantes de su blusa por sus brazos. Le quito la camisa con un movimiento rápido —. Te imagino así, pidiéndome que te desnude pieza por pieza. —Apretando la tela de su sujetador negro, rozo mis pulgares sobre los picos duros de sus pezones. Ella ahoga un gemido y me enfoco en su falda, peleando con el cierre hasta que cede y la prenda es un charco a sus pies, dejándola solo en su ropa interior de encaje negro. Demonios, esas botas son tan... calientes, casi estoy pensando en pedirle que se las deje —. Eres tan preciosa. Quiero probarte.

Respira hondo, se agacha para quitarse las botas, pero la detengo.

—Déjatelas —su respiración se vuelve errática cuando desabrocho su sujetador, tirándolo sobre mi hombro y paseando mis manos y boca entre sus pechos, su abdomen y finalmente llegando al inicio de sus bragas —. Pero éstas tienen que desaparecer, cariño.

Mi cabeza zumba con su olor a manzanas, con su piel tersa y el cosquilleo que hace su cabello en mi cuello. Sus bragas están fuera en un segundo, me sujeta de los hombros, subiéndome hasta que su boca se adueña de la mía, succionando mi labio inferior entre sus dientes y aferrándose a mi cuello. Caemos en la cama, besándonos duro y sucio como fantaseé tantas veces, respirando en la boca del otro, queriéndolo todo. Ash empuja mi camiseta hacia arriba, intentando quitármela, pero no quiero estar desnudo todavía.

Tengo otros planes en mi mente.
Inclinando la cabeza, lamo uno de sus rosados y pequeños pezones con mi lengua, girándolo y mordiéndolo con suavidad.

—¡Mierda! —. Se arquea en la cama, levantando las caderas y enterrando sus manos en mi cabello. Un gruñido emerge de mi garganta cuando lo tironea, le doy atención al otro pecho, pellizcándolo y jugando con él —. Oh por dios, no te detengas.

—Me gusta cuando me mandas.

Gime, arrastrando sus uñas por mi espalda —. ¿Neal?

Tres canciones para Ash ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora