2. Find Me

6.1K 651 453
                                    

1:02 “Realmente quiero saber tu nombre, ver tu rostro, saber quién eres…” —Kings of Leon.


ASHLEY

Esto no era para nada como me lo imaginaba.

Se suponía que iríamos a tomar algo al diminuto bar que está en el centro del pueblo, en dónde tuvimos nuestra primera borrachera hace un año, pero en vez de eso estamos sentadas en la mesa de la esquina en Roxie´s gracias a Max. Llegar hasta aquí nos tomó una buena caminata de quince minutos, pero valió totalmente la pena. El lugar está a tope.

Max hace un puchero en dirección a la barra.

—Dios, conseguir una bebida aquí es como protagonizar Misión imposible número: infinitamente largo que no puedo decir con palabras.

Sonrío, todavía me sorprende con las cosas que puede salir a veces.

—Tal vez deberíamos ir a otra parte…

Niega rotundamente.

—No. Este lugar es perfecto. Además, ¡hoy hay concierto gratis!

—¿Sí? ¿Y de quién? —inquiero con curiosidad. Supongo que la tarima frente a mí no está ahí por nada.

—Oh, solo una banda local.

Sin embargo, ella está moviendo sus pestañas con falsa inocencia. Cualquier otra persona pensaría que en realidad no sabe quién va a cantar esta noche, pero yo sí. Conozco su cara tanto como la mía, y oh, ella lo sabe. Simplemente no me lo dirá. Y me temo preguntar el por qué.

—Iré por las bebidas, espérame aquí —anuncia mientras se levanta y luego camina como puede entre el gentío para alcanzar la barra.

Espero cinco minutos antes de que Max esté de vuelta en su asiento con dos vasitos de tequila en sus manos y luego un par de cervezas. La miro con las cejas levantadas.

—¿Y esto? ¿Cuál es la gran ocasión para llamar a nuestro querido amigo? —bromeo, pero me tomo el licor sin esperarla.

—Bueno, dímelo tú. Parece que alguien necesita emborracharse esta noche —me dice—. Espero no tener que bajarte de un árbol como la otra vez.

Así que sí, me subo a árboles como si fuera un mono cuando estoy borracha. Culpable. Pero, ¿y qué?, la gente hace cosas peores, como confesar sus sentimientos, por ejemplo. Max, en cambio, es una terrible borracha. Como las que lloran y ríen al mismo tiempo.

—Nada de árboles está noche, lo prometo.

Pone sus manos en mis mejillas y me obliga a mirarla.

—¿Qué fue esta vez? ¿Tu madre? ¿Tu padrastro? —frunce el ceño—. Lo juro por Dios, si ellos no…

Me echo para atrás en mi asiento y disparo una sonrisa que espero no se vea tan tensa como me siento.

—Al menos el abuelo hizo macarrones con queso.

Sus ojos parpadean con lástima y no puedo culparla. Mi familia apesta, sí, pero al menos todavía me hablo con mi padre a pesar de sus constantes viajes por el país en una motocicleta de los noventa.

—Quisiera que mi madre hiciera macarrones. No vine aquí solo para comer coliflor y brócoli —bufa—, creo que está tratando de matarme, Ash.

Me río y pregunto—: ¿Segura de que sobrevivirás todo el verano comiendo eso?

—Infiernos, creo que empezaré a esconder hamburguesas con doble queso por toda la casa, como una búsqueda del tesoro —mira por encima de mi hombro, y con una sonrisa enorme, inquiere—. ¿Te apuntas?

Tres canciones para Ash ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora