[¹, ² temp]~¡Mᥙᥱ́strᥲmᥱ ᥙᥒᥲ soᥒrιsᥲ, qᥙᥱrιdᥲ!~ Aᥣᥲstor x T/N~

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Narra Alastor:

Mimzy se mantenía entretenida conmigo mientras me halagaba. Pude notar que ella miraba mal a mi querida suicida. T/N, aparentemente, no le mostraba ni el más mínimo interés mientras charlaba con Rosie. Pero ¿cómo sería mi querida con los celos?

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Narra T/N:

Estaba a un lado con el ceño fruncido mientras conversaba con Rosie.

Rosie.—Vaya, espero que Mimzy no te esté incomodando, linda —burló.

Mimzy y Alastor conversaban y reían.

T/N.—En efecto, no —murmuré, y me sonrojé de la nada.

Rosie.—Uy... Yo he tenido mis sospechas de que ustedes ocultan algo —susurró—. Estás celosa, ¿cierto?

T/N.—Jodas. ¿Yo? No, no, no. Sácate esa idea de que ese estúpido y yo somos algo.

En ese momento algo me golpeó la cabeza. Era una lata. Y solo vi a Cherri Bomb con la mano levantada señal de que ella había lanzado esa lata.

Cherri Bomb.—¡Era para el viejo! —exclamó, mientras Angel Dust se reía.

Sir Pentious.—Putas sin clase.

Solté un suspiro:

T/N.—Ya qué... —me fijé en Alastor nuevamente. Claro, estaba celosa.

Rosie.—¡Oh, imagínate si Mimzy se queda en este hotel...!

Sabía que ella buscaba provocarme.

T/N.—¿Qué quieres que haga si eso pasa? —dije, y me acerqué a la mesa agarrando un bocado.

Rosie.—Ella no se separaría de Al —dijo, y yo solo masticaba el bocadillo.

Me encogí de hombros.

Rosie.—No me mientas, T/N —susurró—, ¿él te gusta, cierto? No. Claro que te gusta. Lo he notado desde hace tiempo... —suspiró.

En ese momento casi me atoró con mi bocadillo y ella me empezó a dar varias palmadas en la espalda. No era de sorprenderme. Ella era una mujer calculadora y no dejaba escapar ningún detalle. Entonces noté que Alastor me miraba.

T/N.—No... no digas esas cosas... —balbuceé.

Rosie.—¿Por qué? Él habló conmigo sobre lo que pasó cuando él se puso ebrio. Yo le dije que hablara contigo; nunca me confirmó si tú y él llegaron a algo serio.

Ese hijo de puta...

T/N.—Qué cabrón ése —murmuré.

Ella amplió su sonrisa, victoriosa:

Rosie.—¿Entonces?

Fruncí el ceño:

T/N.—Pero qué mierda... Habla con él.

Rosie.—¿Por qué? Él no me dirá nada.

T/N.—Entonces no molestes.

Ella entrecerró sus ojos:

Rosie.—Bien... Tu actitud habla más que tus palabras, linda. Gracias por la información —dijo tranquilamente.

Abrí mis ojos con sorpresa. No dije nada más y me quedé quieta.

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La actividad había acabado ya. Los reyes se habían ido una hora antes. La mierda funcionó esta vez: Sir Pentious, Mimzy y otros demonios aceptaron quedarse en el hotel.