Capítulo 6

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Otro día llegó, y aquel no fue diferente al anterior. Diego llegó por la mañana justo antes de que el desayuno se sirviera.

Charlaron un poco, y después empezaron a ensañar, Johnny aún no seguía siendo nada bueno, Diego le había dicho que parecía que bailaba de manera muy rígida.

Le propuso que mejor era intentar bailar de otra manera, una manera la cual a Johnny le avergonzaba, bailar muy prendido un simple vals no era lo suyo, más aún cuando sintió o mejor dicho "olió" un perfume femenino en el cuello de Diego, supo entonces que ese era el de la futura esposa de Brando. No dijo nada, pero se podía sentir en su forma de bailar, ya que se encontraba más rígido que antes.

— ¿Pasa algo? — le dijo Diego, Johnny por su parte solo desvió la mirada, para evitar la cara del otro. Para ese momento Diego supo que estaba enojado o eso creía.

— Nada, sigamos. — Para luego ser Johnny quien se movió y con una pisada en el pie de Diego.

Para Diego a este ritmo no lograría que su alumno pudiera aprender aunque sea un solo movimiento, el más fácil. — Johnny, sino te sientes a gusto, esta bien, mañana podemos seguir — dijo, mientras limpiaba sus zapatos, era un hecho que necesitaba otro para la fiesta de compromiso.

Johnny se quedó callado, quedó un poco de brazos cruzados, sin dejar excusas, pero para la poca comprensión de la situación, Diego pensaba que Johnny estaba molesto por el simple hecho de seguir bailando.

— Bueno, nos vemos mañana, tengo que salir — Y ahí se iba de nuevo Diego, el cual salió del salón, dejando bastante callado a Johnny perdido con sus pensamientos.








El momento, de vuelta a la Soledad de nuevo, realmente toda la mañana se hubiera quedado con Diego enseñándole a bailar, no quería afirmar que si quería eso, y cuando vió a este otro, bañado y con otra ropa, mientras pedía un carro para irse de nuevo, lo hizo sentirse solo, más aún cuando este no dijo nada o avisó a donde iría.

Solo estaba cambiado dejando a Johnny atrás, para el Joestar era obvio que esa salida no era para otra cosa más que para ver a su prometida, ni la conocía y Johnny no se sentía bien, con la idea del matrimonio de este, ¿eran celos?, y por primera vez se preguntó '¿Pero celos de quien?', de Diego porque buscaba como cumplir su meta, o de la prometida de este porque estaba la mayor parte del tiempo al lado de Diego.








Celos.







Diego, se encontraba bastante tranquilo, llegó a la casa de su prometida, irían a pasear juntos, aprovechando que Johnny no quiso seguir con las clases de bailes.

Fue recibido por la servidumbre, y con ello de su prometida la cual parecía que se veía deslumbrante, Diego no iba a negar que era una mujer bella, se puede decir que 10 años mayor que él, pero mantenía su juventud intacta.

— Espere tu regreso — le dijo, mientras se acercaba a darle un beso a Diego. — Vamos, no puedo esperar estar afuera de esta casa. — La casa una maldita mansión aún más cara que la que su anterior esposa le había dejado después de enviudar.








Johnny recorrió toda la casa, fue a los establos, volvió a mirar hasta los lugares más ocultos, miro libros, observo un álbum donde Diego aparecía con su difunta esposa.

Luego otra vez fue a los establos, quería mantener la mente despejada, queria que las horas pasaran. ¿Y porque no?, que Diego regresara, solo quería charlar, o eso hizo creía creer.

La noche llegó muy lento, le avisaron mientras leía una novela tranquila, que la cena estaría lista en media hora.

Johnny suspiró, para volver a su libro, y mirar por la ventana, la cual le mostraba un gran noche, una luna despejada con un par de nubes las cuales se irían con el viento.

El tiempo no quería avanzar, el reloj cerca de él se lo hacía saber, era como si este no moviera las manecillas, burlándose de su extraña desesperación porque las horas pasarán.

Y aquel libro estaba empezando a ser ignorado por su mente, conspirando en contra de él.

¿QUE ESTABA PASANDO, ESTÉ NO ERA ÉL?

¿QUIÉN LE ESTABA HACIENDO ESTO?

¿ESTABA BAJO LOS EFECTOS DE ALGUN STAND ENEMIGO?

¿SERÁ QUE VALENTINE TENÍA OTRO TIPO DE PODER QUE NADIE NOTÓ?

¿PERO SI NO ERA ASÍ? ¿QUIEN, O QUÉ LE HACIA PENSAR EN DIEGO?

¡NO TIENE SENTIDO!

Quería llorar de la desesperación que estaba sintiendo, tan solo había pasado un muchas semanas con él, y sentía que necesitaba de él, que le contara como le iba, que la charla no termine.

Acaso no hace unos meses atrás aún seguía siendo ese alguien con quien competir, aquel rival el cual inventó todas aquellas cosas para que nadie se pueda fiar de él, entonces porque quería que estuviera cerca, y que no se casara.

La puerta se abrió sin previo aviso, alejándolo de sus pensamientos, una muchacha le había estado llamando desde hace rato, para avisarle que la cena ya estaba servida.

Se levantó y cerró el libro en la página la cual no movió en ningún momento.

Bajó y ahí estaba de nuevo comiendo solo.

El viudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora