Cap. 9

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Sabia es Hermione.

Aún algo nerviosa abrió los ojos y lo miro tímidamente. El chico confundido quitó delicadamente él cabello de su mano y la encontró intacta, sin ningún rasguño. Era ridículo, era asombroso, ¡Era imposible! Era... No lo podía creer.

Hermione un poco preocupada por la cara del pelirrojo - El cual parecía a punto de gritar. - trató de retenerlo.

- ¡No entres en pánico!

- Ah-ah-eh.

La chica hizo una mueca intentando vagamente tranquilizarlo.

- Eh... No, no hay pánico. No hay razón.  - Se llevó la mano a la cara. Luego recordó que fue la curada por el cabello. La apartó de golpe. - Solo me intriga tu cabello y las mágicas cualidades que posee. - Se abrazó a si mismo pareciendo un niño y sonrió un poco forzado. - ¿Y hace cuanto puedes hacer todo esto?

- Aaah.. Pues siempre. Creo. - Sonrió y luego se puso seria. - Mi madre dice que cuando era bebé muchos quisieron cortarlo. Todos...anhelaban su poder. Pero cuando lo cortas... - Se pasó una mano quitando parte del cabello dejando ver un mechón algo corto y opaco. - Se torna oscuro y pierde su poder. Un don como este, tiene que ser protegido... Por eso mi madre me... - Decidió cambiar sus palabras, aunque Ron la escuchó con claridad. - Por eso yo nunca había salido..

Ron la miraba con atención y algo preocupado. Su madre la había tenido encerrada protegiéndola toda la vida. Entendía él riesgo, pero una vida así sonaba horrible.

- Nunca abandonaste la torre. - Ella lo miro disculpándose por no habérselo dicho. Al chico se le cruzo una duda. - ¿Y regresarás de todos modos?

- No... - Dijo con prisa. Él le encarno una ceja como diciéndole "la verdad". - Si... - Admitió. Se llevó las manos a la cara y suspiro. Parecía que todo esto de verdad la agobiaba. - Es complicado.

Sintió una gran pena por ella, no se merecía esto.

Ella quitó las manos de su cara y tomo aire incorporándose. Lo miró con una sonrisa traviesa.

- Así que, Ronald Weasley. ¿Eh?

El pelirrojo esbozó una sonrisa.

- Ahh, si, bueno... No voy a contar las penas del pobre huérfano Ronald Weasley. Eso me parece algo deprimente, ¿Si?

Pero la castaña lo conocía y se acercó más a él poniéndose cómoda con la cabeza en sus manos y los codos en sus rodillas. Lo miro expectante. El soltó una risa.

- Había un libro. Siempre lo leía a los demás niños cada noche, "Los cuentos de Ronald Rider". Un aventurero errante, rico y poderoso, afortunado con las chicas... Claro que no presumía sus virtudes. - Se notaba tan feliz. Lo llenaba de alergia traer de vuelta esos recuerdos. 

- Hmm. ¿También era un ladrón?

- Ahh.. - Ronald dudó un poco pero al final no quería mentirle a ella. - Pues no.. En realidad con su fortuna podía hacer todo lo que quería, podía viajar a cualquier lado que deseara, y, y... para un niño sin nada... No lo se.. Creo..me pareció mejor opción. 

- Hmm. - Volvió a decir Hermione. El chico la encaró con una sonrisa para aligerar el ambiente. 

- No le cuentes a nadie, la verdad. ¿Oíste? Eso arruinaría mi reputación.. 

"Ya. Como si tuviera a quien contarle" Pensó ella. Pero en su lugar dijo.

- Ja. No quiero arruinarla. 

Suspiró. - Una falsa reputación es todo lo que me queda. 

Ambos rieron, se veía hermosa cuando reía. La castaña lo miraba tiernamente y el se empezó a sentir un poco apenado. Aparto la vista. 

Enredados - RomioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora