vingt et deux

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Harry va de camino a la floristería, camina con las manos en los bolsillos y una de estas sostiene su teléfono, el cual no ha querido mirar ni un segundo desde que le envió aquel mensaje a Louis. De hecho, lo ha apagado porque no está preparado para recibir la respuesta a sus palabras.

Cielos, había entrado en una especie de pánico pasivo al darse cuenta de lo que había hecho, con suerte y a penas ha logrado terminar de comer y se ha olvidado totalmente del arreglo de la despensa. Él simplemente ha tomado sus cosas y ha salido de casa sin una protección propia para el frío que está haciendo.

Está bien con eso, al menos es lo que se repite mientras sus músculos se entumecen y su cuerpo convulsiona ligeramente por la posible hipotermia que puede sufrir en cualquier momento. Respira, y sigue caminando.

Con suerte llega al bonito y ya conocido lugar arrastrando los pies. Le alegra, bastante, que dentro haya un poco de calefacción, porque está seguro de que si pasaba un minuto más en la calle se iba a desmayar. Maldice el clima un centenar de veces con cada paso que da hacia el mostrador y saluda con un pequeño hipido a la chica que está detrás y de espaldas.

—Buenas tardes— Dice para llamar la atención.

Ella se gira casi de inmediato, con un ramo de flores secas que aparentemente ha estado sacando del resto que está fresco. Harry la mira, tiene la cara llena de diminutas y muchas pecas color café, y es alta, lo suficiente como para llegar a la estatura de Harry y quizás un poco más.

Se da cuenta de que es alfa y que debajo de aquella bufanda tiene un pequeño golpe en el mentón.

Entonces Harry quiere desistir, desea no haber dicho nada y marcharse, perdiendo la oportunidad de conseguir un nuevo empleo, que es lo que desgraciadamente lo ha llevado hasta allá. Recuerda que debe pagar la facturas, su alimento de día a día, los pequeños detalles que quiere comprarle a Louis y un montón de cosa más.

Así que, bajo esos recordatorios y unos cuantos más, dice:

—¿Están buscando ayudantes?

—¿Ayudantes?— Inquiere ella.

Harry baja la mirada a como sus delgados dedos desprende unas cuantas ramas podridas. Frunce las cejas y luego alza la vista nuevamente.

—Sí. Empleados, ¿están necesitando ayuda?

La chica respira, se le hincha el pecho tal y como Harry hace las veces en que se está desesperando o que considera algo verdaderamente. Se pregunta cuál de las dos ha sido la razón por la que ella ha inhalado de aquella forma, pero es lo de menos.

Necesita respuestas, no más dudas.

Ella tararea.

—Sí, sí estamos buscando ayudantes.

—Muy bien.

Se quedan callados, ambos, y mientras Harry sigue mirándola ella busca alguna cosa en cualquier otra parte que no sea su rostro. Alza las cejas, y tuerce la boca.

—¿Cuál es tu nombre?

—Harry Styles— Extiende la mano.

Ella la acepta, Harry le ve un rasguño en el dorso de la mano y aunque espera que su piel sea áspera por la manera en la que toca aquellas ramas con descuido, resulta ser que es bastante suave, y que brilla ante sus ojos.

Se aparta.

—Soy Margo.

—¿Margo?

—Sí, diminutivo de Margarita adoptado por mi y obligatorio usar por toda mi familia y conocidos.

Cruel World ✦ omegaverse [ls] | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora