quatorze

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¿Existe respuesta para toda pregunta?

Para la de Louis la hay, claro que sí, y aún se repite como fuego ardiente en la mente del alfa que mantiene los labios fruncido y los ojos abajo. La vergüenza es brillante en su tez, está seguro de que ha adquirido una tonalidad rosácea que solo provoca un agujero en la boca de su estómago.

Respira, Louis aún lo mira a espera de una explicación de lo que ha sucedido, la preocupación en su semblante sólo causa que Harry frunza el ceño y le dé un diminuto apretón en las caderas desnudas.

—Estoy bien— Asegura.

Listo, no planea darle detalles ni mucho más, ni quiere contarle que el mismo vecino que lo ayudó a encontrar su departamento fue quien lo agredió de aquella manera, el que le dejó aquellos colores en el lienzo de su piel.

Harry sisea, su mente se bloquea al momento en el que siente como el lugar herido le escuece y mira de inmediato como Louis pasa la punta de los dedos por ahí. Reacciona lo suficientemente rápido para sostener su muñeca sin ejercer verdadera presión y lo aparta, el omega lo mira.

—No toques, por favor.

Su voz es amable cuando le pide aquello, tanto que el omega recibe un pequeño escalofrío y se acomoda en su regazo, aún siguen sin camisetas y en otro momento le habría llenado el pecho de besos dulces hasta escucharlo llamarle omega, pero aquella definitivamente no era la ocasión, y la preocupación lo estaba comiendo desde la boca del estómago hasta la garganta, en un nudo justo allí que se le hizo difícil de tragar por más que lo intenta.

No sabe cómo habla, ni cómo Harry lo escucha, pero las palabras salen de él.

—¿Te duele?

Sabe que es ridículo, Harry piensa lo mismo, el hematoma que lleva en el brazo es visiblemente doloroso, pero lejos de querer contestarle con ironía, el alfa respira y asiente.

—¿Quién te hizo eso, Harry?— Pregunta.

—Fue un accidente— Miente. —Ni siquiera era una persona. Caí con un pequeño charco, me golpeé, estoy bien.

No sabe por qué intenta ocultar lo que Ed hizo, pero no le apetece hacerle escuchar al omega, ni a sí mismo, aquella situación. Prefiere olvidar, por su salud emocional.

Entonces Louis se levanta y provoca que frunza las cejas sin entender realmente por qué se ha parado. Le gustaba así, con él en sus piernas, con su aroma en su alrededor, con la dulce estrechez de su cintura entre sus dedos.

Lo ve desaparecer en lo que cree que es el baño y pronto regresa con una caja pequeña de tamaño rectangular, parece ser una especie de crema y Harry lo confirma cuando saca la pomada. Harry cree que Louis se sentará junto a él, pero en lugar de ello vuelve a su regazo y no tarda en aplicar la loción sobre su piel.

—¿Qué es eso?— Pregunta y le duele, hace demasiada presión al regarla por los colores que lo hacen sentir enfermizo y arruga las cejas.

Le aprieta el muslo.

Louis da un respingo, pero se muerde la boca y Harry lo encuentra verdaderamente lindo.

—Es para que el moretón desaparezca y deje de doler.

—¿Por qué tienes de esos?— Cuestiona. —¿Quién te ha tocado para que necesites esa crema?

No es severo, su voz no se altera, mucho menos es alzada y aunque cree que ha sido brusco o indiscreto al cuestionar no se arrepiente, y le acaricia el muslo por encima de los pantalones para apaciguar el pequeño revoloteo que siente en el pecho, en su alfa.

Cruel World ✦ omegaverse [ls] | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora