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ultraviolence 3

Louis tiene un vientre grande y ha llenado el departamento entero con el aroma de él y su bebé y quizás cuando Harry llega del trabajo ese día es lo único que quiere oler en esos instantes. Le duele la cabeza porque en la tarde, a eso ‪de las cinco‬ ha habido este problema en donde el pedido de orquídeas para la boda de una pareja ha sido confundido con unos arreglos que eran para el cumpleaños de una pequeña niña enamorada de los lirios, y resultó que cada orden de flores terminaron en el lugar equivocado y Harry estuvo atendiendo las quejas de los clientes porque Margo estaba ocupada trasladando los pedidos a sus lugares correspondientes.

Ninguno supo mantener un profesionalismo y Harry hizo todo lo posible por quedarse al margen y no colgarle el teléfono a la muy maleducada señora detrás de la línea.

Es una suerte que todo eso ya haya terminado, aunque el día no culmina allí, él solo quiere recostarse a dormir una siesta hasta que sea la hora de la cena y es justo lo que tiene en mente cuando cruza la puerta. A sus fosas nasales las envuelve el olor de Louis que viene quizás de todas partes, de las esquinas, los rincones, de cualquier lado y Harry simplemente no puede evitar que se le cierren los ojos cuando su corazón reconoce el aroma de su bebé y de su omega, y le late en el pecho como si no le cupiera más y quisiera salir.

Cierra la puerta detrás de su espalda y mira a todas partes para ver si encuentra algún indicio de que Louis se encuentra allí, pero resulta que todo está como lo han dejado esta mañana, desde la colcha que está por encima del mueble, la taza que Louis ha dejado en la mesada que alguna vez a eso ‪de las siete‬ ha tenido chocolate caliente, la luz de la cocina que sin querer han dejado encendida hasta el la puerta del balcón abierta que Harry ha dejado porque regó las plantas y se le olvidó cerrar.

Todo está igual, así que quizás el alfa está un poco decepcionado de que su omega aún no esté en casa.

Louis tiene ya unos cuatro meses, casi cinco y ya no vomita con tanta frecuencia, sobre todo porque Harry le hace frutas de desayuno y no parece tenerle asco a ninguna, de hecho, él ha adquirido una pequeña afición por las fresas con kiwi y ha llegado a decir en voz alta que podría casarse con esas dos frutas, también ha sugerido llamar a su hijo kiwi. Harry le ha dicho que esa, definitivamente no es una opción. Él no tiene cambios de humor violentos ni nada por el estilo, y aunque de vez en cuando se pone a llorar cuando están recostados en la cama Harry se encarga de calmarlo de todas y cada una de las maneras posibles, le da besos, a veces le trae flores y le sigue escribiendo poemas en pequeñas hojas de papel que saca de libros que alguna vez ha leído y que le recuerdan a Louis porque resulta que él nunca pierde la costumbre de nada.

Louis hace muchos pucheros cuando Harry declina alguna de sus sugerencias y aunque el alfa simplemente no cree poder resistirse a aquellos ojos azules, resulta que sí puede, y no le da la oportunidad de obtener si uno solo de sus descabellados caprichos, Louis se lo agradece bastante después de una o dos horas, diciéndole que será un padre espléndido que no malcriará a su bebé bajo ninguna costa.

Louis también con cuatro meses, casi cinco se niega a dejar de cuidar niños porque alega que así va ganando más experiencia para cuando el suyo nazca, Harry sabe que eso es en parte mentira porque en el fondo el omega no soportaría quedarse en casa haciendo absolutamente nada, por lo que se rehúsa a parar de trabajar. Harry también sabe que Louis está encariñado con el pequeño chico que ahora ya no lo es tanto porque ya han pasado cuatro años desde que empezó a cuidarlo, él solo lo recuerda por su nombre, Bruno y porque no importa que el tiempo haya pasado, él sigue ayudando a Louis con cada diminuta cosa.

Harry goza de escuchar las anécdotas del día a día que tienen Bruno y Louis y a veces piensa que el pequeño Bruno podría estar enamorado de su omega porque hay veces en los que le regala flores pero el niño nunca hace nada más porque está esta brillante marca en el cuello de Louis que le hace saber que ya está ocupado.