El amanecer de aquel día llego demasiado pronto para April. Era debido a que la noche anterior no pudo dormir lo suficiente debido a aquel odioso elfo. Estuvo largo y tendido pensando en lo que había sucedido y en que había pensado ella en ese momento. Sus pensamientos retumbaban en su cabeza sin cesar. Aquellas ganas que había tenido de echarse a los brazos de Legolas como una estúpida princesa de los cuentos que ella odiaba y como se había estremecido entera cuando el le miró, eran preocupantes. Jamás le había pasado eso, menos aun con una criatura como un elfo. April sabía lo que los elfos eran hacia los enanos. Y aun más hacia su familia. Las traiciones, el egoísmo, la maldad... Todo. Los elfos era lo único que les habían dado a ellos. Hasta su propia madre partió cuando April tan solo tenia 10 años. Sabía que debía odiarlos. Tenía que odiarlos. Pero, muy a su pesar, empezaba a descubrir que no odiaba a aquel elfo del todo.
De todos modos, aquel no era el momento de pararse a pensar en eso. Tenían que partir hacia aquellas montañas nevadas, no sería un trayecto fácil.
El camino hasta el lugar fue complejo y difícil. No habían parado para comer y a penas para descansar y las pocas veces que lo habían hecho, Boromir se había empeñado en que April le ayudara a entrenar a Merry y a Pippin. Le sorprendió el gesto, pues, no consideraba a Boromir alguien bueno o del que fiarse y además, no lo veía del tipo de hombre que buscaba ayuda en una mujer. Pero aceptó encantada. Por otra parte, estaban aquellos dos hobbits que cada día le caían mejor.
Una vez llegados a las montañas, el frío penetró en sus cuerpos como una daga envenenada en el corazón de un suicida. Al principio no resultó fácil subir, pero a medida que la altura se hacia mayor, más difícil se ponía el trayecto. Cuando empezaron los derrumbamientos, Gandalf gritó.
Gandalf: ¡Es Saruman!
Aragorn: ¡Intenta derribar la montaña!
Y así era. Una voz maligna alcanzaba a oírse allí, arrastrada por el viento. La voz del mago que quería destruirles. Contra eso, ni el mismo Gandalf podía luchar. Después de discutir sobre si seguir o no, Frodo como portador del anillo acabó decidiendo que escogerían la ruta de las minas. April y Gimli sonrieron interiormente. Ese era su territorio.
Pero, al bajar, ocurrió algo con lo que no contaban. Cuando decidían ya salir de aquella montaña y cuando la voz del mago parecía cesar en su intento por arrastrarlos al vacío, volvió otra vez. Esa vez consiguió partir a la mitad el camino por el que iban todos, quedando aturdidos y enterrados por la nieve, sin saber si estaban todos de un lado, si se habían separado o si había pasado algo mucho peor. Al rato, Aragorn, Boromir, Gimli y Gandalf consiguieron salir de debajo del mango de nieve y buscaron a los demás. Encontraron a los hobbits de milagro, pues su baja estatura no favorecía aquello. Pero faltaba alguien.
Gimli: ¡¿ Donde está ?! ¡¿ Y la princesa ?!
Gimli buscó desesperado con la ayuda de los demás, pero en su lado no encontraron a nadie.
Aragorn: Legolas tampoco está, me temo. Hemos de acercarnos al otro lado del camino, recemos porque estén ahí.
Se dirigieron al estremo lo más cerca que podían y miraron hacia el otro lado. Nada.
Merry: ¡April! ¡April!
Pippin: ¡April! Si estás ahí, contesta!
Pero fue en vano. Nadie se vio ni nada se escuchó. Gimli estaba por volverse loco, por saltar y acabar con su vida.
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Híbrida.
FanfictionFanfic de Legolas, personaje perteneciente a la saga de El Señor De Los Anillos. Cambios en la trama y nuevos personajes. Personajes y sucesos del Hobbit. [SPOILER] Notas: -Primer fanfic de Legolas -Algunos personajes muertos en mi historia estarán...