Híbrida.

Capitulo 15.

Legolas se quedó muy quieto en el sitio y dejó de hablar en elfico.

Legolas: No se porque estais diciendo esto, padre. Tampoco es algo que me interese. Mis sentimientos y pensamientos no van a cambiar.

Thranduil suspiró. Paseo un rato, arrastrando su gran capa y después se giro, con firmeza en sus ojos.

Thranduil: No es humana, hijo.

Legolas se mantuvo igual por fuera, pero por dentro se preocupo. ¿Se había enterado su padre? ¿Como? Y, lo que era más preocupante. ¿Sabia de quien era hija April?

Thranduil: Siento ser yo quien te diga esto... Hijo, yo entiendo...

Legolas enfureció y le interrumpió.

Legolas: ¿Entender? ¿Qué sabes tu acerca de como me siento?

Thranduil calló. No cambio su expresión facial, seguía siendo el frío rey de siempre. Pero, por dentro aquello le había dolido más que nada.

Thranduil: Legolas, no pienso discutir acerca de eso contigo.
Yo soy tu padre, tu eres el heredero de este trono. Esa muchacha te ha mentido, tu te has dejado engañar y ahora vas a dejar que se marchen ella y el enano antes de que los encarcele para el resto de su corta vida.
¡Sabia que algo no iba bien cuando la vi!
Antes de nada, me puse a investigar y, ¿Una híbrida? ¿Entre enano y un elfo?
¿¡ Qué aberración es esa !?

Legolas contuvo sus acciones, pues por primera vez quería matar a su padre. Supo que más tarde el mismo se echaría en cara lo que iba a hacer, pero no podía aguantar más esas palabras en su garganta.

Legolas: No me engaño. En ningún momento. Sabía lo que era desde un principio y me enamore de ella igual. Me importa bien poco tus pensamientos acerca de todo esto, tu odioo y rabia contenida y tus errores del pasado.

Thranduil: ¿¡ Errores de...

Legolas: ¡Aun no he acabado! Y si, errores del pasado. Un día los enanos te pidieron ayuda y tu dejaste que ellos y que lo que era su vida hasta ese momento se extinguiera. Y no fue para protejer a nadie, padre, ¡Alguien ha de decírtelo! Fue por puro egoísmo. Y ese es un peso con el que deberás convivir el resto de tu eterna vida.

Thranduil no podía creer lo que su hijo le estaba diciendo. Cada palabra, cada gesto en su cara, cada mirada de odio hacia su propio padre. Le estaba haciendo daño en cada parte de su cuerpo, alma y corazón.

Legolas: No vas a cambiar lo que siento, papa. Ni vas a hacer que una misión de esta importancia fracase, otra vez, por tu egoísmo.
Ahora, no te debes preocupar. Nos iremos todos en pocas horas, al amanecer. No te molestaremos más ni invadiremos tus estúpidas creencias.

Thranduil tenia el alma rota en mil pedazos, su esposa y ahora su hijo se apartarían de su lado. No se esforzó ni siquiera en mostrar un aspecto frío y severo. Mostró como en ese momento estaba. Destrozado, apenado y arrepentido. Legolas vio su rostro y se apenó también, pero la cabezonería del rey le jugaría el peor error que podría haber cometido Thranduil, rey del Bosque Oscuro.

Thranduil: Eres libre de coger a todos tus acompañantes e iros de aquí. Pero si lo haces, da por sentado que no dejaré que vuelvas jamás.

Con esas palabras, Thranduil quiso hacer un intento desesperado de mantener a su hijo consigo, pero logró todo lo contrario.

Legolas: Así será. No tengas ninguna duda. No volveré.

Las lágrimas amenazaron con salir de lo ojos del acabado rey, pero las contuvo viendo como su hijo se marchaba.

En el ultimo momento, antes de salir de la estancia, Legolas se paró y giró la cabeza.

Legolas: Un rey hace todo lo posible para proteger a los suyos y a su reino. Un padre hace todo lo posible por cuidar de su hijo. Un marido hace todo lo que está en su mano por mantener a su esposa consigo.

Thranduil miró a Legolas, por ultima vez, entrecerrando los ojos para evitar llorar al menos delante de el.

Legolas: Sin embargo, no estamos solos. ¿No somos también parte de este mundo?