Capitulo 8.

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Después de haberse reunido en aquella aldea y de unos breves pero intensos reencuentros, la Comunidad del Anillo partió hacia su próximo destino: Las Minas de Moria.

April sabía de aquel lugar, su padre le había contado mucho acerca de el. Y por si no se acordaba, todo el camino Gimli fue recordándoselo a ella e informando, sin que nadie preguntara, a los demás.

Gimli: ¡Las Minas de Moria! Ahh, minas cavadas por los enanos desde tiempos remotos. Eso es como un paraíso. Nos recibirán con cervezas y un buen festín, bien lo se yo. Y allí nos reencontraremos con mucha gente, princesa. Entre nuestros conocidos está Balin, hijo de Fundin, señor de Moria. ¿Lo recordais, no?

Sonrió ampliamente y su sonrisa iluminó a todo el mundo allí presente, sobre todo a cierto elfo, el cual, no le quitó el ojo de encima ni un momento.

April: ¿Cómo he de olvidarlo, Gimli, hijo de Gloin? Si un abuelo he tenido, ha sido el. Pero hace años ya que no lo veo. Demasiados. Y en ese tiempo, lo veremos pues, formó un reino enano en Moria. No podría olvidar a nadie así. Bien se que hemos de apresurarnos y no entretenernos, pero tengo grandes ganas de verlo, a el y a muchos, aunque sea por un segundo.

Todos parecieron conformes y animados. April, sin duda alguna, lo que más aportaba al grupo era ánimo y esperanza. Siempre alegraba a todo el mundo con su sonrisa, con sus palabras o con alguna de las historias que su madre un día le había contado a ella y que ahora los hobbits le pedían escuchar.

Gandalf: Cierto es. No podemos detenernos por mucho tiempo.

Gandalf sonó severo y firme, pero antes la mirada de decepción de April, dejó aun lado sus palabras, que desde un principio no había dicho en serio.

Gandalf: Aunque no estará nada mal ver a viejos amigos.

Y April sonrió de nuevo.

Cuando llegó la noche, llegaron también a las grandes Minas de Moria. Gandalf les explico que aquella puerta estaba sellada y que solo necesitaba acordarse de las palabras exactas, en una lengua desconocida para el resto y la puerta se abriría. Estuvo varias veces a punto de perder la calma por la impaciencia y las constantes preguntas de Pippin, pero consiguió retener las ganas de matar al hobbit.

Híbrida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora