Capítulo 4.

220 27 30
                                    

Harry

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Harry.

No le gusto.

No le gusto a Louis. Estoy al borde del colapso.

Recapitulemos. Louis dijo que no le gusta mi música, bueno... que no la ha escuchado, pero aún así no quiere hacerlo y no les voy a mentir, lastimó mi ego.

Todo el mundo me ama, ¿cómo es posible que él no? Pero ya verá, haré que se vuelva adicto a mí y a mis canciones que no le va a quedar de otra más que caer enamorado de mí.

¿Soné demasiado narcisista? Bueno, no me importa.

Durante todas las horas de clase me la pasé pensando en Louis y su falta de información con respecto a mi persona. ¿En serio ni una sola canción que le guste? ¿Sign of the times? ¿Kiwi? ¿NADA? Tal vez debería de hacer una con el estilo de Nirvana, solo así me hará caso.

Dios, ni siquiera sé lo que estoy diciendo. Parezco un psicópata elaborando un malvado plan para que alguien se enamore de mi música.

– Odio deportes – escuché murmurar al rubio a mi lado.

– ¿En serio? ¿Por qué? – le pregunté.

– Soy más pereza que humano, amigo – me contestó riendo – pero ni modo, lo que sea por obtener una buena nota.

– ¿Y cuándo se supone que tienes deportes?

Niall se me quedó viendo pasmado por unos segundos – ¿No leíste el horario? – pregunta alzando una ceja – Marcel, es nuestra última clase – ríe – anda, hay que ir a cambiarnos, los chicos nos están esperando allá.

Niall me jaló de la correa de la mochila en camino hacia los vestidores, pero me detuve a medio camino.

– Espera... nadie me dijo algo de uniformes.

– Si, es solo para esta clase – se encoge de hombros – una playera incómoda junto con unos shorts, pero tranquilo, será solamente por una hora.

Tengo un pequeño problema aquí; no me puedo poner nada de eso porque, oh sorpresa, estoy totalmente tatuado.

Vamos Harry, piensa en algo.

– Creo que no voy a entrar.

– No creo que tengas opción mi hermano – dice intentando llevarme con él hacia los vestidores.

– Es que no me dieron mi uniforme – contesté rápidamente – seguro se les pasó dármelo y no tengo ropa deportiva conmigo.

– No hay problema con eso, el profesor siempre tiene algunos extras – dice sin dejar de caminar mientras toma la manga de mi camisa para arrastrarme con él – hay que apresurarnos sino queremos tener falta.

Ahora sí soy hombre muerto.

Llegando a los vestidores vi que ya la mayoría estaba cambiado y si, no hay duda alguna que alguien vea algunos de mis tatuajes, sino es que todos.

HIDDEN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora