●TU PERFUME● /CANCELADA

-CAP 16-

_ALEX_

No estaba listo para verlo así, pero eso no importaba. Él me necesitaba y, -estuviera listo o no-, no le iba a fallar.

Sus lágrimas me cayeron como balde de agua fría, no parecía un dolor común, sino algo más pesado que eso. No sabia como actuar, no sabia como reaccionaría si me acerco; ni siquiera me ha notado.

Matt estaba en silencio, por alguna razón que desconozco. Es la única persona que Dan ha visto, ¿no debería ayudarlo también, en vez de estar como estatua?.

Las palabras costaron en salir de mi boca, pero por fin lograron romper el nudo que me tenía mudo. -¿Dan...?. Soy yo, Alex-. Dije con calma, no quería asustarlo. Su reacción tardó en llegar, como si estuviera confundido, aturdido, quizás.

Apenas murmuró mi nombre, fue solo un susurro, como si tratara de convencerse a sí mismo que era yo el que estaba allí frente a él. No pude evitar hacer una mueca, todo ésto era peor de lo que esperaba. Tomé valor y di unos pasos más, me arrodillé para quedar a su altura y toqué su hombro, pero retrocedí.

Fue apenas un segundo, mis dedos sólo lo tocaron. Pero mi pequeño tembló ante ese tacto y ocultó más su cara en sus brazos. Me confundí, ya le había dicho que era yo pero aún así me tenía miedo, ¿no me quería ahí?.

Dí un pequeño suspiro. Tal vez no debí insistir tanto en venir.

Me levanté en silencio y pasé al lado de Matt, su mirada lo decía todo, estaba igual de decepcionado que yo. Entonces entendí el por qué de su silencio, quería que yo lo manejara.

Me fui de su casa poco después, con los ánimos bajos.

_MATT_

Me sentí mal por Alex, él estaba genuinamente preocupado.

En cuanto se retiró dí un suspiro y me acerqué a Dan, quien enseguida reaccionó a mi voz. -Hey, tranquilo, ya estoy aquí.- El omega levantó la mirada, sus ojos estaban llenos de lágrimas y tenía las mejillas y la nariz ruborizada.

Tomé su mano y la acaricié un poco con mi pulgar, haría lo que fuera por él. Después de esperar unos minutos a que se calmara, le ayudé a incorporarse y a secarse las lágrimas.

Pasamos el resto de la tarde viendo películas, de suerte logré que comiera un poco. No mencioné nada de lo que había pasado, ni había preguntado acerca de eso. Se notaba que él no estaba listo para hablar de todo. Contar la misma la historia.

Pero sí que había una cosa de la que había que hablar.

Aproveché que Dan estaba calmado en medio de la película para decirle. Tragué saliva antes de hablar, no quería alargar esto mucho más. -Oye, Danyman. No era mi intención interrumpir a Brat Pitt, pero hay algo de lo que tengo que hablar contigo-.

Hasta ese momento y antes, no había parado de pensar en qué opinaria de ello, y ya viene siendo el momento, porque no veo ninguna mejora ni mucho menos. Era necesario.

Me vió con curiosidad y, -al cabo que ese día estuvo silencioso-, no dijo nada. Carraspeé con nerviosismo.

-Quería hablar contigo de esa cosa, ya sabes. La necesaria. Para ti, me refiero-. Al escuchar lo que dije no pude evitar soltar una risa nerviosa, pero obviamente avergonzada. Debía calmarme, ¡por dios, no es la gran cosa!.

Me vió notablemente confundido. Tosí. -Me refiero a...ya sabes, llevarte a un especialista-. Lo dije por fin, pero ahora temía por su reacción.

Se tardó un poco en reaccionar, pero cuando lo hizo se me ablandó el corazón.

Los ojos se le pusieron acuosos mientras se encogió de hombros y sus labios se apretaron un poco. Parecía un bebé triste. Me sorprendí y de inmediato me corregí, dándole un fuerte abrazo, besando momentáneamente su mejilla. -¡No, no!, ¡no creo que estés enloqueciendo, hablaba de un psicólogo!. ¡Lo siento, lo siento!-.

○ ○ ○

Terminé por convencerlo; después de consolarlo, claro.

Me tranquilizaba el hecho de que Dan fuese a salir, no había salido de su casa en días. Y no salir a cualquier lugar, ir al psicólogo.

Ya habíamos encontrado a alguien que parecía confiable, no cobraba mucho y estaba cerca.

Aún no iba a mencionar lo de Alex, así que pasamos la noche en su cama, abrazandolo hasta que cayera dormido, y después de él, yo también.