-CAP 20-

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_DAN_

En cuánto escuché la noticia de la que todos habían estado hablando, se me cortó la respiración y, por accidente, dejé caer la botella de agua con la cual me había estado distrayendo todo el día, derramando el agua debajo de mi asiento.

Mis demás compañeros y el profesor se sobresaltaron, y todos posaron sus miradas en mí.

Sentí una presión en el pecho, esas simples palabras me habían puesto la piel fría. Los latidos de mi corazón no estaban tan acelerados pero podía sentirlos profundamente en la garganta, mi cerebro no precesaba esa noticia y olvidé como respirar. O así fue hasta que el profesor gritó mi nombre.

-¡Dan, limpia eso ahora mismo!, ¿qué es lo que te sucede últimamente? -Me preguntó el maestro. Yo tragué saliva parpadeando un poco rápido para que no salieran lágrimas, lo cual logré con algo de esfuerzo, apoyé mi mano en la mesa de mi silla y me esforcé en hablar mientras me levantaba.- L-Lo lamento... -.

Me mordí un poco la lengua para obligarme a caminar fuera del salón, sentía que en algún momento mis piernas se iban a quebrar, me comenzaba a faltar la respiración entre más caminaba. Algo lejos del salón y asegurándome de que no hubiera nadie más en el pasillo, apoyé mi espalda en los casilleros y me dejé caer al suelo, abrazando con fuerza mis piernas enterrando un poco mis uñas en ellas por la tensión.

Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos cuando yo seguía en shock. Las palabras del profesor no paraban de resonar en mi cabeza una y otra vez. Debería estar feliz y calmado...

¿Por qué no lo estoy? , ¿por qué no es suficiente?

Quiero volver a esos días en los que no hacía falta que pasara algo bueno para ser feliz, quiero volver a sentirme sin preocupaciones y vivir mi vida como la hubiera vivido, si tan solo ellos no... Y es que me siento tan desesperado, desesperado por poder volver a ser un chico normal. ¡Yo nunca quise ésto!

Estuve a punto de sumirme en la desesperación y mis propios pensamientos cuando unos brazos me rodearon sorpresivamente. Al principio se me vino a la cabeza alejarme de inmediato ya que los recuerdos del callejón me volvían a la cabeza y nuevas inseguridades se me atravesaron.

Y sin embargo no lo hice, no luego de que ví con confusión quién me abrazaba.

_ALEX_

[Unos minutos atrás]

La noticia me había sorprendido tanto como lo hubiera esperado, era cierto, eso no solía suceder aquí. Al saber también que Dan tampoco sabía de esa noticia, lo miré de reojo, curioso por conocer su reacción pero, -sorpresivamente-, estaba palideciendo y los dedos de sus manos se contrajeron un poco, su expresión, -tanto como pudo controlarlo-, se veía horrorizada por la mención de la noticia. No lo comprendía.

Yo fui el primero en verlo, pero enseguida todos voltearon a mirarlo cuando dejó caer su botella de agua, al su agarre debilitarse. Comencé a sospechar un poco, me preocupaba profundamente que mis dudas fueran ciertas y deseaba, -con todo mi ser-, que me estuviera equivocando.

Pero mis sospechas tan solo crecieron más con sus siguientes reacciones.

-¡Dan, limpia eso ahora mismo!, ¿qué es lo que te sucede últimamente? -. Preguntó el profesor con algo de enfado, el agua se estaba esparciendo por el suelo. Los hombros del omega se encogieron un poco y tragó saliva con dificultad, se levantó disculpándose y saliendo del salón. Sus piernas temblaban como en el metro ésta mañana.

De repente mi pie dejó de dar golpecitos al piso, y me di cuenta que una enorme parte de mi me decía que fuera a buscarlo, mi cuerpo se hizo un poco hacía adelante en la silla inconcientemente cuando salió. Quería seguirlo.

Bajé mi vista a mis manos, estaban hechas puños por la impotencia que sentía, tanto que mis nudillos se tornaron de un color más claro.

Y sin notarlo mi ceño ya estaba fruncido, no por enojo sino por preocupación. Pero debatía, -con frustración-, si debía ir o no, me prometí no acercarme hasta que estuviera mejor, pero algo en mi pecho me pedía a gritos hacer todo lo contrario.

Un gruñido de impotencia salió desde lo más profundo de mi garganta. ¡Al diablo todo!

Me levanté de mi asiento con más brusquedad de la que hubiera querido, pero eso no me importaba en ese instante, y me dirigí a paso decidido fuera del salón, ignorando los gritos del profesor y los murmullos de mis compañeros.

Comencé a caminar a paso apurado por los pasillos de la escuela, en parte agradecía que mi profesor no hubiera decidido seguirme para llevarme de vuelta.

Primero lo busqué en el cuarto de escobas, ya que supuestamente debía ir alli. Digo supuestamente, porque no estaba allí. Volví en mis pasos, aun profundamente preocupado por mi teoría y, aunque fuera una esperanza boba, seguía deseando estar equivocado. Mi garganta se cerró en un nudo cuando lo encontré, sentado en el suelo con la espalda dando a los casilleros, abrazando sus ahora más delgadas y algo pálidas piernas con más fuerza de la necesaria, ocultaba su rostro sollozante entre ellas como si, -simple pero terriblemente-, quisiera dejar de existir.

Sin poder soportar verlo así, me apresuré a ir con él aún si no se había percatado de mi presencia todavía, estoy seguro de que se asustaría, pero ya no puedo soportarlo. Cada minuto que estoy lejos de él y lo veo sufrir en silencio es una agonía. Me quema el pecho y no me deja dormir por las noches. No sé que me sucede.

Cuando llegué a él lo tomé posesivamente entre mis brazos, sucumbiendo a mis sospechas. No dejaría que nadie más lo tocara de nuevo. Él se sobresaltó y trató de huir al comienzo, pero yo solo lo acerqué más en mis brazos en un tonto deseo egoísta, casi con un aire de súplica. Y no tengo idea de qué lo hizo cambiar de opinión...

Pero me abrazó de vuelta.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2021 ⏰

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