XXI

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【Narración Lectora】

Por fortuna pude arreglar las cosas con Yui antes de que fuera a mi salón para tomar las clases.

Caminaba por los pasillos del instituto haciendo un poco de tiempo en busca de uno de los Sakamaki.

Pero mi caminata se vio interrumpida cuando uno de los hermanos Sakamaki se puso en medio del pasillo, justamente al hermano que buscaba.

—Es un gusto volver a verla por aquí—. Hablo Reiji Sakamaki haciendo una leve reverencia hacia mi.

Hice una leve mueca de molestia, no podía confiar más en este chico después de lo de las pastillas.

—Dígame, señorita Mu-ka-mi, ¿se encuentra mejor?—. Preguntó recalcando mi apellido.

—Usted debe saber mejor que nadie cuanto dura su envenenamiento—. Escupi todo el veneno posible en mis palabras.

Pude escuchar el gruñido del Sakamaki, sabía de lo que hablaba y lo demostraba su molestia.

—¿Qué más secretos nos oculta...?—. Cuestionó con ironía, alcé mi barbilla con superioridad.

Al alzar mi cabeza y sonreír, escuche como volvía a gruñir.

—Lo siento, joven Sa-ka-ma-ki. Pero usted tampoco preguntó sobre mi vida.—. Irónice, volviendo a continuar mi caminata.

Pasé a su lado chocando mi hombro con el suyo, eso molesto al vampiro cuando me tomo del brazo y me obligó a voltear.

Pasó su otra mano por mi mejilla izquierda, la acariciaba lentamente como si no quisiera romperme.

—Serías perfecta para la colección de Kanato—. Susurró en un tono elegante y seductor.

Detuvo las caricias en mi mejilla y soltó mi brazo para que él siguiera por su camino.

Con los nervios de punta, mis mejillas sonrojadas y con aún más enojo que antes. Di la media vuelta para ir directamente a mi aula, no debí perder el tiempo con ese vampiro.

Todos los vampiros de ese estúpido linaje eran iguales.

Empezando con el patriarca Sakamaki, Karl Heinz.

El no tener mi bastón estaba haciendo que tardará más de lo usual en poder caminar por los pasillos, que aun estaban vacíos, eso no significaba que podía estar por ellos como si nada.

Me rendí finalmente, me detuve aún sostenida a la pared del pasillo y pase saliva.

—Kou...—. Mi voz había salido a penas como un murmullo.

Espere algunos minutos o lo que parecían ser minutos, cuando una mano en mi cintura hizo que me sobresaltara.

—¡Mou~! ¡Nee–chan! No quería asustarte~ —. Se disculpó mi hermano mayor, sabía que no se arrepentía de nada el rubio.

Aparté, su tono de voz tan juguetón le delataba demasiado.

—Da igual. Gracias por venir, onii–chan. ¿Podrías llevarme al jardín del instituto donde usualmente está Yuma?—. Cuestioné con una sonrisa, alejando mi mano de la pared.

Escuché una risita, una muy sensual como para ser de mi hermano.

Se escuchaba atrás de nosotros, tal vez en uno de los pasillos o columnas cercas de donde estábamos.

Era raro, no había escuchado pisadas.

—No te preocupes, Neko–nee–chan~ Estaremos allá en unos segundos~ —. La voz de Kou se escuchaba sería, eran raros los momentos cuando lo escuchaba así.

Decidida a no preguntar el porque no repentino cambio de humor, me abrace al cuello de Kou.

【Narrador】

Antes de que aquel rubio de brillantes ojos azules te llevará al jardín, volteó hacia el pasillo detras de ustedes.

No hacia falta ser un genio para saber que alguien los espiaba, Kou sabía de quien se trataba, pero eso lo arreglaría después con Ruki.

Cuando tú hermano y tu desaparecieron del pasillo, finalmente se asomo sin problemas una cabellera castaña adornada de un sombrero.

Aquel chico de cabellos castaños alborotados pero brillantes y ojos verdes, sonreía ampliamente.

Había escuchado tu conversación con Reiji y Kou.

¿Con qué una Mukami? Pero algo le llamaba la atención al chico, no era humana, tu esencia no parecía la de una.

Pero no eras como las chicas que habían llegado tan misteriosamente. Luego hablaría de eso contigo, de eso no había duda alguna.

Continuará...

–c va antes de que quieran lincharlo–

EL AMOR ES CIEGO    |    REIJI SAKAMAKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora