XI

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Narración Subaru:

Caminaba por el pasillo hacia la entrada del instituto, si llegaba tarde a la limusina lo más probable es que Reiji me diera un sermón de veinte minutos.

Apresuraba el paso, estaba deseando poder volver a ver a la humana amiga de Yui.

Estaba casi corriendo a la entrada, pero por mi mala suerte choque con dos personas y cayendo los tres al suelo.

—¡Tremendo golpe!—. Exclamó una de las chicas con las que choque.

—¡Ay, ay, ay! ¿Llevas prisa?—. Preguntó la otra chica sobando sus piernas.

Me levanté rápidamente, se acerque a ellas tomandolas de las muñecas y levantarlas de un jalón.

Una vez que las levanté, seguí corriendo hacia la salida. No tenía tiempo para entretenerme con humanos.

Aunque, ahora que me pongo a pensarlo. No tenían el olor que tienen los humanos normales en este instituto.

Narradora:

Los hermanos Sakamaki ya habían llegado a su limusina e inclusive Yui estaba ahí más temprano de lo usual.

Normalmente se quedaría hablando contigo o daría antes un paseo por el instituto, pero parecía más decidida en irse temprano.

—Oe, chichinachi, Ore-sama quiere saber porque fuiste la primera en llegar—. Cuestionó uno de los trillizos con molestia, más exactos Ayato.

La rubia volteó a verlo confundida, ella no creía que hubiera llegado primero.

Se puso a pensar por unos minutos el porque había echo eso; mientras del otro lado de la limusina, el menor de los seis se mostraba impaciente.

—Subaru, ¿está todo bien? Te ves impaciente—. Preguntó Reiji ante el comportamiento ansioso del albino.

El chico se sobresaltó un poco y sus mejillas se pintaron de un tono rosado, mostrando que estaba algo avergonzado.

Bostezo. —Invito a la humana amiga de Yui a la mansión.—. Anunció Shuu, quien se encontraba en el suelo de la limusina durmiendo.

Todos los hermanos voltearon a ver al albino e incluso Yui, todos estaban sorprendidos ante la acción del menor de los Sakamaki.

—Nfu~ El pequeño Subaru-Kun ya creció~—. Se burló el mayor de los trillizos, Laito.

El resto del camino a la mansión de los Sakamaki fueron regalos por parte de Reiji, ronquidos de Shuu, bromas de Ayato y Laito, platicas de Kanato hacia a Teddy, y Yui intentando calmar la vergüenza de Subaru.

Un regreso a la mansión normal como todos los días, con la excepción que tendrían una invitada.

🥀;; 1 hora después.

N

arración [T/N]:

Había tardado más de lo pensado en ir a la mansión de los Sakamaki, pues tuve que escapar de mis hermanos y aparte, no sabía exactamente cómo pedir un taxi.

Pagué lo que era al conductor y baje con cuidado, escuché el motor del auto y luego como se alejaba.

—Pues aquí estamos—. Murmure para mi misma con nerviosismo.

Suspire tronando mi cuello, sosteniendo mi bastón camine hacia al gran porto que tenía frente mío.

Escuché el chirrido del portón dándome a entender que se había abierto. Lentamente empecé a caminar por el sendero de la entrada hacia la puerta de la mansión.

Con ayuda de mi bastón, subi los escalones frente a la puerta y di unos leves toques a la puerta.

Pude escuchar perfectamente pasos corriendo de un lado a otro dentro de la mansión y luego pasos acercarse a la puerta.

—¿Srta. [T/A]? Por favor, pase. Sea bienvenida a nuestra mansión—. Escuché perfectamente la voz de Reiji.

Senti una leve ráfaga de viento, por lo que sabía que me había tendido el brazo y por el cual acepté.

Escuche la puerta cerrar detrás de nosotros mientras avanzábamos, caminábamos por lo que parecía ser el pasillo a la sala.

—¡[T/N]-Chan!—. Escuché perfectamente la voz de Yui hablarme.

Sentía la presencia de otras personas que no conocía, podía sentir el olor del la colonia de Shuu y oír los latidos de Subaru.

Sonreí levemente alejándome del brazo de Reiji e hice una leve reverencia.

—Mucho gusto a todos. Mi nombre es [T/N] [T/A]—. Me presenté ante ellos con respeto.

Debía actuar si quería ganarme su confianza lo más pronto posible.

Continuará...

EL AMOR ES CIEGO    |    REIJI SAKAMAKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora