XVI

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Narración [T/N]:

Durante lo que quedaba del día, mis hermanos habia aprovechado para mostrarme toda la mansión.

Incluso me habían mostrado el álbum familiar, nos mirábamos muy adorables.

Nunca me dejaron sola ni por un momento y a la vez, me dejaban sola para acostumbrarme a mirar algunas cosas.

Habia sido un día con demasiadas emociones.

Cuando llegó la hora de ir a dormir, los cinco íbamos con miedo. Ellos tenían mucho más miedo que yo.

Entre a mi habitación, me di rápidamente una ducha y después me quedé sentada en la cama.

Sonreí levemente mirando la foto que tenía desde hace años en la mesita de noche.

Era una foto de mis hermanos, que nunca pude ver. Hasta hoy.

[. . .]

Al día siguiente. Desperté mirando todo de negro y gracias a mi visión, miraba los muebles con los que el ruido chocaba.

Rápidamente extendi mi mano en busca de las dos pastillas restantes.

Cuando sentí la bolsita de plástico, rápidamente tome las dos bolsitas y las puse en mi boca pasandomelas sin agua.

Esperé acostada en cama, hasta que pude volver a ver el techo de mi habitación.

—Gracias a Dios—. Murmure sonriendo levemente y me levanté rápidamente a cambiarme.

[. . .]

Nos encontrábamos los cinco en un parque de diversiones.

Aunque, para mi mala suerte Ruki me tenía tomada de la mano tal cual niña pequeña.

Entendía que lo hicieran con Azusa, pero no conmigo. Aún así decidí ignorar ese detalle y disfrutar del día.

[. . .]

Narradora:

No habían pasado ni alrededor de tres horas, y ya te habías perdido junto con Azusa.

—¿¡Pero qué ha pasado!?—. Exclamó confundido Ruki, todo había pasado rápido.

Los tres miraban a todos lados sorprendidos, realmente era imposible que en cuestión de segundos los hubieran perdidos.

—¡Pero Ruki, si los tenías de la mano!—. Exclamó esta vez Yuma aún sin creer lo sucedido.

Por otro lado, Kou preguntaba a las personas que pasaban si los habían visto.

Aunque era claro que estaba usando su ojo para notar cuando mentían. Pero nadie a los que preguntaba los habían visto.

No tuvieron más opción que separarse por el parque, aunque lo que ellos no sabían es que estaban en la cada del horror, por petición tuya.

—[T/N]-Chan- se que- quieres aprovechar- esta oportunidad- ¿pero no- seria demasiado- esto?—. Cuestionó Azusa no muy convencido de esto.

Tu hermano pensaba que lo primero que vieras no fuera una casa del horror.

Aun así seguiste delante con querer ver aquella atracción.

Cuando llegó su turno junto a otras seis personas, dieron un recorrido por lo que parecía ser una gran carpa de circo.

Vieron muchas vitrinas de muñecas que los seguían con la mirada, estatuas de personas que parecían haber muerto recientemente e incluso se escuchaban gritos y sonidos de motosierra.

Mientras seguían su recorrido, encontraron otra carpa más pequeña dentro de la atracción. [Multimedia]

Confundida jalaste del brazo de Azusa para que dejara de seguir a los humanos.

—Azusa, ¿ves eso?—. Cuestionaste señalando aquella carpa.

Tu hermano se puso a tu lado mirando hacia donde señalabas para después voltear a verte y asentir lentamente.

—¿Quieres...ir allá?—. Preguntó Azusa confundido.

Asentiste varias veces con emoción y aún tomandolo de la mano, ingresaron a aquel lugar no sin antes romper aquella cinta amarilla.

Dieron un pequeño recorrido, habían ganchos con cuerpos mutilados recientes y otros no tantos.

Mientras caminaban, se escuchaban risas y sonidos de motosierra.

Parpadeaste varias veces y miraste hacia donde venía la risa, mientras Azusa la motosierra.

Por tu parte encontraste un payaso sosteniendo con la boca la cabeza de alguien. Mientras Azusa se encontró un payaso en motosierra llenó de sangre.

Cabe destacar, que olía perfectamente el lugar a sangre humana y a putrefacción.

—Azusa. A la cuenta de tres, corremos—. Murmuraste por lo bajo para que solo él me escuchara.

Lo miraste volver a tomar tu mano en forma de afirmación. Uno.

Pasaste saliva con dificultad apegándote un poco más a tu hermano, no esperaban que esto terminara así. Dos.

Lo suficiente juntos y estando tomados con fuerza de la mano.

—¡TRES!—. Exclamaste y jalandole de la mano salieron corriendo de ahí.

Corriste tan rápido como pudiste, corrección, tuvieron que correr usando nuestra hiper velocidad.

[. . .]

Después del  suceso tan traumático, se encontraron con sus hermanos peleando con un guardia, pero al verlos se calmaron y fueron a verles.

Salieron del parque y subieron a la limusina para regresar a la mansión, lo único que hiciste durante todo el viaje fue evitar vomitar.

Recordabas perfectamente la escena del payaso caníbal.

Al llegar a la mansión, por obviedad le tuvieron que contar a sus hermanos lo ocurrido.

—Nuevo traumada, desbloqueado. Los payasos son mis enemigos, ahora—. Sentiste escalofríos, realmente no querías volver a ver un payaso.

—Espero esto les de una lección. Ahora a dormir y no quiero quejas—. Ordenó Ruki con molestia señalando las escaleras.

Internamente te puse a llorar, esto me pasaba por querer andar de curiosa. Solo esperabas no tener pesadillas con este suceso tan traumático.

Continuará...

EL AMOR ES CIEGO    |    REIJI SAKAMAKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora