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Recientemente estaba acabando el invierno en el continente australiano. Las temperaturas empezaban a subir dándole paso a una preciosa primavera que empezaba a hacer que los arboles florearan y el aroma floral impregnara todo el país.

Una de las tribus aborígenes del sureste de australia aprovechaban cada fresca mañana para ir a observar como se abrían las flores con la salida del sol. Realmente era lo único que los distraía un poco de la triste realidad.

Se acercaba una celebración realmente importante para todos en la aldea y que a mas de un nativo le desanimaba la noticia que corría en boca de todos.

"Felix y Changbin se van a casar"

Felix era el único hijo del jefe de la tribu, un omega de porte elegante con facciones definidas y delicadas, amable y bondadoso, inteligente y perspicaz. No había algo en lo que se negara a ayudar. Tenía esa peculiar aura cálida que te hacia querer permanecer a su lado, su sonrisa era la más hermosa que cualquiera hubiera visto.

Y lo que complementaba su belleza, eran las peculiaridades con las que nació, diferenciándolo de los demás niños de la aldea.

Apenas fue sacado del vientre de su madre lo primero que dejo a todos sorprendidos era el color de su escaso cabello. Aún era un bebé después de todo, pero igual se podía distinguir el tono grisáceo casi blanco de los finos cabellos que brotaban de su cabeza.

Era una sorpresa bastante extraña y a su vez hermosa.

Cuando su padre lo sostuvo en brazos la primera vez el pequeño recién nacido abrió sus ojos, y todos se llevaron una nueva sorpresa al ver los preciosos zafiros que tenía por iris.

Era el bebé más extraño y hermoso que hubieran visto antes. Las ancianas especulaban que su peculiar apariencia era obra de la diosa de la luna y que era una bendición sagrada. Que Felix cumpliría un papel importante en sus vidas.

El pequeño "príncipe" creció como cualquier otro niño, feliz, jugando con la tierra y el agua. Y aún después de perder a su madre siempre mantuvo una sonrisa en el rostro, teniendo la mejor infancia que cualquiera pudiera tener.

Los años le hicieron más que bien al joven príncipe, a medida que se exponía al sol la melanina de su delicada piel comenzó a concentrarse, formando una galaxia de pecas bajo sus azules ojos. Las ancianas reforzaban su teoría de que Felix había sido bendecido por la diosa de la luna y que ahora ella estaba dibujando en su rostro las estrellas.

Después de descubrir que era un omega y no un alfa como todos esperaban, se empeñó en ser el omega más inalcanzable y perfecto de su tribu, para demostrar que haber nacido en otro linaje no era sinónimo de ser débil o menos que los demás.

Además que aún no había entrado en celo. Era completamente puro, virgen. Y eso lo hacía aún más deseable para los demás.

Changbin era un alfa muy fuerte y musculoso, mejor conocido como el ''héroe de la tribu''. Su exuberante fuerza era de mucha ayuda para las cacerías y para mantener el orden entre todos los nativos. Sobre todo para intimidar a los mineros extranjeros que extraían los minerales de sus minas.

Era una figura respetable y fuerte con un ligero problemita de ira, también de corazón noble y que no dudaría dos segundos en deshacerse de lo que amenazara la integridad de su aldea. Todos le tenían mucho respeto al alfa y eso de vez en cuando le subía los humos a la cabeza.

La boda entre ellos era más que necesaria. El jefe se encontraba muy enfermo y la tribu necesitaba un alfa que los guiara a todos.

Lastimosamente Felix era omega, por eso debía casarse con un alfa de buen corazón para que lo protegiera y guiara a la colonia su lado.

el extranjero ✦  chanlix omegaverse!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora