To me, You Are Perfect.

15

¿¡Que mierda!?

— ¿Y esa cara? ¿Sucede algo? —Preguntó Haechan acercándose a mí.

— Yeji me acaba de mandar un video de ella, y Jeno, teniendo relaciones, junto con un mensaje adjuntado que dice un simple "Esto fue ayer, lo ocurrido entre ustedes no le afecta ni lo más mínimo." —Respondí, aún no sabía cómo reaccionar a ésto.

— Sun, ¿quieres que hable con ella? te molesta demasiado.

— No, deja, yo me encargaré de eso. —Me levanté de la silla, y me acerqué a Yeji quién estaba con su grupito. — Oye, deja de molestar.

— Ah... ¿Ya viste el video? —Preguntó riendo.

— Sí, desgraciadamente lo hice.

— ¡Qué bueno! eso fue ayer, no sabes lo bien que lo pasamos, lo hicimos dos veces al día. ¡Ah! ¡Recordé que tengo más videos de las veces anteriores! ¡Ya te los paso! —Dijo y tomó su celular.

— No los quiero.

— Tarde, ya los mandé. —Respondió.

— Elimínalos, no los quiero.

— ¿Tanto te duele cómo para no querer ver los vídeos? ¡Acepta que le das asco! —Dijo las últimas palabras en voz alta, haciendo que todos en la cafetería nos miren.

— ¿Estás loca? ¡No quiero ver como ustedes dos tienen relaciones! Lo que Jeno me hizo me dolió, pero ya no me interesa tanto, ahora se lo mierda que son.

— Ay... prima, eres tan pero TAN fea, me das pena, ¿no qué es fea? —Preguntó en voz alta viendo para toda la cafetería, los que comentaron asintieron a su pregunta.— Los ves? No miento. ¿Cuánto te apuesto que tu nuevo amigo, Haechan, te va a hacer lo mismo que Jeno? Se va a hacer el bueno ahora, y después va, y te traiciona, ¡Así funciona esto!

— Yo no haré lo mismo que Jeno, no soy igual a él. —Dijo Haechan apareciendo a mi lado.

— Todos dicen lo mismo, luego te apuñalan por la espalda. —Respondió, Yeji. — En fin, vete, me da vergüenza que estés aquí, suficiente con que sepan que eres mi prima. —Dijo, y me fui junto con Haechan.

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— ¡Hola, ya llegué! —Dije entrando a mi casa.

— Hola, hermana. —Escuché detrás de mí, volteé, y vi a mi hermano.

— ¡Taeil! —Dije, y corrí hacia él. — ¡Viniste! No sabes cuanto te extrañé.

— Hermanita, también te extrañé mucho... —Dijo abrazándome fuertemente.

— Y para papá no hay abrazo? —Dijo mi padre e inmediatamente fui hacía el.

— También viniste. —Dije mientras lo abrazaba.— no sabía que vendrían.

— Queríamos sorprenderlas. —Dijo mi papá.— cómo ha estado la «chiquita» de papá?

— ¡Papá! Ya no soy una chiquita. —Dije.

— Pues tú sabes que aúnque tú y hermano tengan ochenta años siempre pero siempre para nosotros serán nuestros chiquitos, ser padres es duro cuando tus hijos crecen, tienen pareja, se casan o tienen hijos ya sabes, ese tipo de cosas, y por lo que me contaron tú estás saliendo con Jeno. —Dijo lo último feliz, y mi sonrisa casi se esfuma pero hice el máximo intentó para que no. Había olvidado completamente que nunca le dije a mi madre que había terminado con Jeno, soy una tonta.— Adivina qué?

— ¿Qué? ¿Vamos a ir a cenar? —Pregunté por preguntar.

— Cómo sabías? —Preguntó mi papá.