Todo había pasado tan rápido que ni siquiera se dio cuenta de en qué momento había llegado a estar sentado en la sala de espera del hospital con su cabeza entre sus manos y junto a el equipo de voleibol de la preparatoria Karasuno.
—Maldita naranja revoltosa...—Murmuró con una voz de regaño, pero que también guardaba preocupación.
Y es que él había estado a centímetros de haber evitado el accidente, pero simplemente no reaccionó, vio las luces del auto y escuchó el ruido de este al frenar, si simplemente hubiera puesto más atención...
Su mente salió del shock en cuanto vio el cuerpo de Hinata en el suelo con sangre en su cabeza, su ropa con rastros de tierra en ella y su bicicleta a su lado...¿Culpable? Claro, ¿Cómo no sentirse de esa manera?
Su sol...
Kageyama sentía que perdería a su sol.
Ese sol que lo sacó de la oscura tormenta en la que se encontraba y lo llenó de luz y alegría...
De amor.
Oh, el amor era algo que no había experimentado nunca, pero Shōyo se encargó de enseñárselo y de que ese corazón frío y rodeado de cadenas pudiera sentirlo.—¡Shōyo! —Una voz femenina logró sacarlo de sus pensamientos- ¿Donde?...¿¡Donde está mi hijo!? —Llevaba de la mano a una niña pequeña de cabello naranja..."Igual a Hinata..." pensó el chico de cabellos oscuros.
—Señora Hinata —El capitán del equipo, Daichi, se acercó a ella, explicándole que su hijo estaba en la sala de urgencias, el de ojos azules observó cómo su suegra lloraba desconsoladamente en los brazos del chico de tercero.
Escuchó como el número 1 del equipo le explicaba la situación:
A la salida del club, como todos los días, iban a por unos bollos de carne a la tienda del entrenador Ukai, cuando Hinata comienza a correr con su bicicleta en mano, retando a todos a una carrera y Kageyama, siempre tan competitivo con el de menor estatura, corrió tras él y de repente, un auto, un maldito auto, no alcanzó a arrollar al pequeño, sin embargo, lo había golpeado lo suficientemente fuerte para que cayera inconsciente al suelo.—Tobio... —El chico de primero levantó la vista, vio a la niña pequeña con sus ojos preocupados mirándole— Mi hermano...¿va a estar bien, verdad? —Ver así a la pequeña le revolvió algo en el estómago, por lo que la invitó a sentarse en sus piernas, ella accedió y se subió.
—Tranquila, mantente fuerte y eso le dará fuerzas a tu hermano —Le tocó la nariz dulcemente, generando una pequeña risa en la menor— ¿O alguna vez se ha dejado caer ante algo? —La niña negó con un movimiento de cabeza— Exacto, siempre se levanta y esta no será la excepción.
Había logrado calmar a la pequeña, la cual bajó de sus piernas para correr hacia los otros compañeros que estaban en la sala, como para iluminarlos un poco, en comparación a Hinata, ella era un pequeño sol.
Volvió a su posición inicial intentando no derramar lágrimas, mientras los recuerdos de los últimos días pasaban por su mente; llevaban 2 semanas, solo 2 semanas saliendo, después de todo lo que les había costado poder declararse, ¿Por qué las cosas salieron de este modo?...
—¿Familiares del joven Hinata Shōyo? —La madre del nombrado corrió hasta el doctor, secando sus lágrimas y recuperando un poco la compostura; el chico estaba bien, solo había recibido un pequeño golpe en su cabeza.
El de cabellos oscuros dejó de escuchar, "Solo un pequeño golpe, es eso", pensó con tranquilidad; su pareja estaba bien, sus labios dibujaron una pequeña media luna.
La madre del chico había entrado al cuarto, la sala dejó de estar tan silenciosa y depresiva: Noya y Tanaka pensaban en cómo hacerle pagar al pequeño por ese gran susto que los había hecho pasar, Suga, Daichi y Asahi intentaban calmarlos de algún modo, Ennoshita, Narita y Kinoshita miraban la escena algo entretenidos mientras conversaban entre sí, Yachi y Kiyoko hablaban animadamente un poco alejadas del grupo anterior, pero algo captó la atención de Kageyama: Tsukishima y Yamaguchi se sentaron a su lado.
—¿El rey está feliz de que su reina esté bien?—Pronunció el más alto en su tono burlón de siempre.
—Como si me hubiera preocupado en algún momento de ese idiota que no sabe mirar bien por dónde camina...— "Si, estoy tremendamente feliz, no sé qué hubiera hecho si no salía de esta..." Confesó para sus adentros, no admitiría nada frente al chico de lentes —realmente no lo haría frente a nadie—, borró la pequeña sonrisa que tenía en los labios, para que Kei dejara de molestarlo.
—¡Chicos! —Llamó la señora Hinata, rompiendo la tensión que había en el ambiente en que se encontraba el de ojos azules— Pueden pasar a verlo —Una sonrisa iluminó nuevamente el rostro de la madre del accidentado, lo que reconfortó a los chicos del equipo, tanto que solo pudieron imitar la expresión de su rostro y sonreírle de igual manera.
Todos entraron a la habitación del chico y entre risas saludaron animadamente a Hinata, lo abrazaron y los chicos que planeaban una venganza contra él lo golpearon suavemente en los hombros, uno en cada hombro del chico, recibiendo un regaño del capitán del equipo.
Todo era risas hasta que se fijaron en la mirada y expresión incómoda del chico de cabello anaranjado de primero.
—"Algo no está bien" Pensó el chico de ojos azules y las palabras que pronunció su amado confirmaron sus sospechas...
—Ustedes...¿quiénes son?
¡Hola personitas que han llegado a esta historia!
Ya se lo que están pensando, ya se...
Se que es un cliché que se repite mucho,
la verdad es que si está muy gastado.PeEro, a pesar de que sea así, me gustó probar con esto, además de que es el primer fan-fic de Haikyuu!! (Y de Kagehina, mi ✨OTP ✨) que hago, quiero hacerlo de una manera que sea bonita y agradable de leer, ¡Espero lo apoyen y que les guste!
Dicho esto:¡GRACIAS POR LEER!
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Recorriendo el camino en donde te perdiste [KageHina]
Fanfiction¿Qué harías si la persona que amas te olvidara? ¿La ayudarías a recordar o simplemente te rendirías y dejarías que el tiempo pase? En estas circunstancias es en la que se encuentra Kageyama Tobio, "El Rey de la Cancha", su amado rayo de sol o mejor...