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☆ ☆ 彡Bollos de carne彡☆

Las visitas al hospital se volvieron parte de la rutina de Kageyama durante el tiempo en que Hinata estuvo internado allí

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Las visitas al hospital se volvieron parte de la rutina de Kageyama durante el tiempo en que Hinata estuvo internado allí.

De casa a la preparatoria y de esta al hospital, y el mismo ciclo se repetía a la mañana siguiente.

Sus ánimos habían bajado y claramente sus compañeros del club lo notaban.

Tobio se preguntaba constantemente en que momento se había vuelto tan dependiente de Hinata -idiota- Shōyō.

Normalmente iba en el horario en que estaba durmiendo, o al menos cuando debería estarlo, pues la mayoría de las veces lo encontraba despierto, no pudiendo evitar crear un ambiente incómodo con su presencia.

Cada vez que era así, la mirada de Hinata viajaba por él y evitaba a toda costa sus ojos, la voz del chico pelirrojo salía sólo para preguntar por qué estaba allí, como lo había hecho todos los días anteriores y recibía la misma maldita respuesta que no terminaba de satisfacerle:

—"Sólo vengo a verte, no es importante, actúa como si no estuviera y ya."

Kageyama se quedaba en silencio luego de responder y aquello provocaba que los nervios de Hinata crecieran de sobre manera.

Y así, hasta una media hora después que Kageyama se retiraba de allí cuando la enfermera entraba a avisarle que el horario de visitas había acabado.

Cuando veía que la espalda cubierta por una chaqueta con unos kanjis desaparecer tras la puerta, no podía evitar soltar un suspiro, sintiendo que volvía a respirar en paz.

Aunque le dejaba un vacío que ni él mismo entendía, por alguna razón, la habitación en vez de sentirse más tranquila, se sentía...oscura y triste.

Un ambiente solitario.

Kageyama ni Hinata volvían a saber del otro hasta el día siguiente, cuando la rutina se repetía.

Fue un día que una acción que vino acompañada de un exquisito aroma lo que cambió el pensar de Hinata sobre aquel chico.

—Traje...algunos bocadillos, bollos de carne y uno de curry para mi —Escuchar la suave voz de Kageyama logró calmar al pelirrojo— Solían gustarte antes.

El estómago de Shōyo rugió y se avergonzó por ello, pero tomó con delicadeza el bocadillo que se le extendía.

Comieron en silencio y Tobio le entregó un jugo de manzana al chico antes de largarse del lugar.

—K-Kageyama-kun —El susurro de su nombre le hizo detenerse y volver a mirarlo— Gracias.

Sus mejillas no pudieron evitar colorearse de un bello rosado, asintió y salió de allí con una pequeña sonrisa en sus labios.

Recorriendo el camino en donde te perdiste [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora