4ºfragmento: La calidez de tus brazos

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🌻
-19:30PM- (Lunes, una semana luego del regreso de Hinata a la preparatoria)

—¡Hinata!

—¡Ya voy! —Le respondió el pelirrojo desde el almacén.

—No se queden hasta tan tarde —Les ordenó el capitán desde la puerta del gimnasio,  acompañado por los otros dos chicos de tercero.

—¡Si! —Respondieron ambos chicos de primero.

Habían pasado siete días del regreso del pequeño cuervo a Karasuno, a su nido junto a la familia de cuervos; eso significaba que habían pasado a lo menos tres semanas desde el accidente que le arrebató al pequeño cuervo sus recuerdos.

Lo que Hinata había querido preguntar el jueves pasado había quedado en el olvido y él pensaba que era lo mejor, ¿Arriesgarse a perderlo? No, prefería ser precavido y guardarse esas dudas por un tiempo, quizás para siempre.

—¿Quieres intentar hacer el ataque rápido? —Preguntó Kageyama al ver cómo el pequeño salió del almacén.

—¡¿Podemos?! —Gritó en pregunta, seguramente su grito de emoción se había escuchado en toda la preparatoria.

—No grites, idiota —Dirigiéndole una mirada de regalo, luego suspiró y le dio la espalda— Ha pasado bastante tiempo desde tu accidente, supongo que podemos probar.

—Será un honor para mí poder rematar tal pase del Rey —Le dijo con diversión, esperando que el chico de un humor bastante frágil no se lo tomara a mal y se enfadara.

—El rey de la cancha seré yo, pero tú eres el rey de los boke' —Devolvió la broma antes de darse vuelta y lanzarle el balón a Hinata, quien lo atrapó con agilidad— Vamos, hagamos el ataque —Recordó algo muy importante— Ah, confía en mí, te llevaré el balón, no necesitas verlo.

—Claro, confío en ti, Bakayama —Le sonrió y fue a posicionarse para lanzar el balón.

La sensación de ardor en sus manos, el dolor de sus pies y piernas al saltar, poder rematar un pase perfecto y extremadamente calculado...

Saber que él estaba allí de nuevo para rematar sus pases, que seguía confiando en él, que cerraba sus ojos porque sabía que creía en él...

La química que había entre ellos era simplemente única.

Llevaban varios pases perdidos y claro, casi tres semanas de práctica perdida, además del hecho que había perdido la técnica para poder rematar el balón que se le daba.

Digamos que de veinte pases, solo ha podido rematar cinco de ellos.

—¡U-Uno más!

Hinata se encontraba algo cansado —su respiración agitada lo delataba—pero quería más, quería recuperar todo el entrenamiento perdido.

Kageyama no se quejó, estaba dispuesto a lanzar el balón todas las veces que el pequeño quisiera, no se lo negaría, sabía que una vez hecho el ataque querría hacerlo hasta que sus piernas no pudieran más.

¡PUM!

El remate contra el suelo se vio seguido por un estruendo aún más grande, pensando que quizás lo había golpeado con el pase, Tobio se dio la vuelta para encontrarse con una escena peor.

Recorriendo el camino en donde te perdiste [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora