11°fragmento: El sol no quiere salir

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🌻
-9:34AM- (Preparatoria Karasuno, salón de Hinata)

A ninguno de los chicos del club de voleibol le gustaba perder o tener que cancelar los entrenamientos matutinos, pero ese día realmente lo ameritaba; raramente para todos, Hinata y Kageyama no se habían quejado.

¿El clima lluvioso les había afectado?

La verdad era que ambos chicos de primero agradecían que la gran tormenta les hubiera cancelado el entrenamiento, pues no estaban seguros de poder jugar juntos después de la noche pasada.

Hinata no había dormido para nada bien, sus ojos que normalmente desprendían una energía y felicidad increíble, hoy estaban apagados, además de la pequeña hinchazón que tenían sus párpados. Se alegraba de que al menos hubiera escapado de las preguntas de sus compañeros de equipo.

Se encontraba recostado en su pupitre, miraba el lápiz entre sus dedos, perdido en sus pensamientos y en su mal de amores. Su cuaderno encima estaba vacío, sin ningún apunte de la clase anterior que no estaba seguro de si había sido japonés o historia, lo único que sabía era que luego se arrepentiría de no haber puesto atención.

—¡Hinata!

—¿Huh? —Levantó la cabeza de mala gana para mirar de donde provenía el llamado.

Una chica de su salón que apuntaba a la puerta, le dio a entender que había alguien fuera que lo buscaba. Le agradeció a su compañera y salió al encuentro.

—¿Yamaguchi?

—¡Y yo! —Salió detrás de la espalda del pecoso la sonriente manager de primero.

—¿Q-Qué hacen aquí? —Una risa nerviosa escapó de los labios de Hinata.

—Vinimos a verte, ¿Nos acompañas a comer? —Yamaguchi mostró unos pequeños bocadillos que había comprado para compartir.

Yachi y Yamaguchi habían sido enviados por parte de sus mayores a ver a Hinata mientras otros intentarían hablar con Kageyama; solo hablar y comprobar que tan mal estaba todo, no entrometerse en lo que había sucedido y dárselas de detectives o cupidos.

Tsukishima había informado —Siendo impulsado por Tadashi— al equipo que en la entrada se había cruzado con Tobio, este parecía no tener vida y estaba más cerca de ser un muerto andante que el armador estrella que suele ser, agregando de que ni se había inmutado cuando lo llamó rey y eso claramente indicaba que algo andaba mal.

Lo mismo fue cuando Asahi, minutos después, vio a Shoyo encadenando su bicicleta, se notaba decaído y, además de sus párpados hinchados, unas pequeñas ojeras estaban bajo sus ojos; no quiso preguntarle, pues tampoco quería ponerle incómodo desde tan temprano.

Hitoka comprendió lo que había ocurrido con el dúo de primero y comentó, algo insegura de sus palabras, lo que creía que podía estar pasando al equipo, asegurando que era lo más probable.

Hasta ese día había respetado —lo más que podía— la decisión de Kageyama, pero ahora no podía, no sabiendo el daño que le estaba haciendo a ambos.

Arrastraron al pelirrojo hacia un lugar tranquilo, bajo las escaleras era perfecto y podrían disfrutar de su pequeña merienda juntos sin tener molestias.

El pecoso y la rubia mantenían una entretenida conversación, intentando hablar con Hinata de vez en cuando, pero él no ponía mucho de su parte, pues su mente estaba lejos de su cuerpo, seguía en la noche anterior.

Recorriendo el camino en donde te perdiste [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora