CAPITULO III

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Solo era un mal sueño, un mal sueño vivido.

-No todo está perdido – Acomodaba el molesto chaleco antibalas que me aprisionaba el pecho y no era una opción quitarmelo, esto podría salvarme la vida. Esto era un malestar cotidiano en mi trabajo, un tedioso  pasillo lleno de policías y futuros presos - he contabilizado y solo quedan 3 personas más, si estos caen, con mayor razón ellos.

-Tengo que revisar las demás oficinas, no puedo permitir que alguno se quede fuera de esta redada – Mi padre a través de sus gafas me dedicaba una fugaz vista mientras palmeaba mi hombro. Quien lo diría, él estaba orgulloso de mi – Cuando lleguemos a la comisaría, personalmente daré el aviso de que tu fuiste la mente maestra en este golpe tan grande. - A pesar de tener capucha y casco de seguridad, podría jurar que sonríe con esos grandes dientes blancos y perfectos. 

-Papá, tú estás a cargo de esto- Lo miraba de  perfil y  continuamos nuestro camino alejados de todo alboroto entre policías y ladrones – El crédito es para ti

-Ni hablar, tú fuiste quien encontró el lugar y mejor aún, encontraste las pistas necesarias para reducir la carpeta a nada. Yo solo puse la fuerza bruta en todo esto – con una ligera sonrisa y voz superior me hacía estremecer de felicidad, no es que mi padre no estuviera orgulloso de mi anteriormente, pero esta vez era diferente. Él en verdad se sentía orgulloso porque al fin, podía quitarnos una carga a ambos y mejor aún podíamos contribuir al bienestar de la ciudad –iré con el escuadrón II unos pisos más arriba y necesito que tú vayas y organices el traslado. Sabes que es muy importante el reconocer y mantener el orden allá abajo. No quiero que se nos pase algo. - era un edificio antiguo  carente de gracia, carente luz natural y con un desquiciante palpitar de luces.

-Quiero acompañarte – Ambos nos colocamos al frente de las escaleras de emergencia acompañado de varios hombres armados ahora trás de nosotros esperando alguna señal – sé que está casi vacío esto, pero no quiero dejarte solo.

-Para nada – con un paso adelante me encaró y me miró  dando una seguridad en sus palabras – Necesito que tú seas la líder allá abajo, yo solo haré una inspección de rutina, por si se nos pasa algún detalle, además, te recuerdo que llevo el escuadrón II –Era un hombre bastante imponente y no solo como padre, también lo era como jefe de la policía – Mi pequeña siempre preocupándose por su viejo – revolviendo mi cabello caminaba por las escaleras dejándome sola por el pasillo pero acompañándome con el eco de su voz  – en un momento estaré para desearte feliz cumpleaños – y de momento su silueta desapareció. Aquel hombre de mediana edad, delgado con algunas canas ya asomándose pero no por el pasar del tiempo, más bien el saber y su experiencia me estaba dejando a cargo de una gran responsabilidad.

Estamos acostumbrados a este ritual donde teníamos que separarnos para seguir con los locos planes que salían de mi mente, sin embargo, cada uno de ellos eran benéficos para el bien común y la seguridad de nuestro hogar.  Eramos y manteníamos a un gran equipo.

-¡Byul!- Desde lo lejos, una voz  se asomaba desde el otro extremo del piso. Con careta cubriendo su vista, hablaba mientras corría hasta mi lado. A pesar de su corta estatura, era bastante fuerte para soportar tremendo armamento y protección de seguridad.– Estamos listos para tus órdenes 

-Vayamos por las escaleras y dejemos a este remedo de la sociedad a las patrullas – Después del jefe Moon me tocaba dirigir a nuestro escuadrón y guiar con voz firme a nuestro siguiente plan – Escuadrón III Y IV en embarque A Escuadrón V y VI sigan al frente por cualquier intromisión, No podemos detenernos a pesar de las adversidades- Ahora el pasillo se llenaba de jóvenes reclutas.

-¡si señorita Moon! –las voces de mi equipo se hacían una  y marchando caminábamos por el edificio. Teníamos bastantes detenidos,  gente que se dedicaban a lo amante de lo ajeno. 

Todo iba conforme al plan, estábamos evacuando el inmueble y cada persona cumplia con su tarea a realizar, eran gritos y amenazas por ambas partes.Por otro lado, mi padre después de varios minutos había dado aviso por el radio de que estaban a punto de salir de ese horrible lugar y por fin daremos aviso a que habíamos realizado con éxito la operación 2 caso "Carpeta azul". 
Wheein mantenía el orden en la parte frontal de dicho inmueble mientras me mantenía enviando los vehículos a la comisaría, checar y checar a nuestros nuevos huéspedes. Lamentablemente nuestras redadas nunca podrían ser bajo la sombra de la ciudad, el gran alboroto de los curiosos que miraban a lo lejos siempre había sido un problema de seguridad sin embargo, para ellos era como un gran espectáculo donde el escuadrón imponía respeto en la zona  que no podrían perderse. 

Todo iba bien, todo iba a salir bien esa noche, sin embargo, todo cambió cuando de un enorme estrépito tronaba el concreto y los vidrios de la parte superior del esbelto edificio,  empezaban a caer desde lo alto dejando al descubierto llamas envolventes al esqueleto. La gente empezó a gritar y a disiparse mientras con una segunda detonación dentro del inmueble hacia ladear el volumen.

-pa...pá- Era una terrible película de terror ante mis ojos

-¡por dios! – Wheein gritaba al lado mío mientras aferraba su mano sobre la mía. Necesitaba ir hasta el lugar, necesitaba saber que mi padre estaba a salvo y necesitaba hacer algo. 

-¡papá! – con fuerza logre correr unos pasos, sin embargo Wheein con una enorme fuerza ejerciendo en mi estómago me hacía mantenerme en mi lugar. No podía pensar en un mejor plan más que correr hasta las oscuras escaleras donde había dejado a mi padre por última vez - ¡papa! – Solo veía como el edificio poco a poco caía de lado mientras una enorme nube de polvo reinaba sobre el lugar.

-¡¡Byul!! ¡No lo hagas! ¡detente! ¡todo estará bien! Mi padre me dijo que hay oficiales atrás a salvo – No podía escucharla más, solo por un momento, mis piernas dejaron de tener fuerza sobre mi y caí de rodillas intentando razonar lo ocurrido. Algo que en cuestiones de segundos había cambiado el escenario completamente.

Pasados los minutos el edificio acabo de colapsar y entraron a la acción los elementos de ayuda y rescate. Todos estaban a salvo a excepción del equipo II. Ellos se quedaron en la parte suerior  atrapados entre los escombros. 


Una imagen llega a mi mente, de nuevo en este profundo sueño, dejando atrás la muerte de mi jefe superior y padre. Se escuchaban voces, susurros y llanto. Visto un traje negro con la mirada contemplando al sueño, el aterrador huracán donde me arrastra por la habitación  al escuchar mi nombre. Ahora me atrevo a ver a mi alrededor y logró visualizar  al frente, un hombre que me entrega una medalla acompañada de una placa, al recibirlo doy media vuelta y el ataúd de mi padre me hace compañía.

-¡Ah!- Sudando logró despertar de ese horrible sueño que me atormentaba desde hace muchos años.

Tomo mi rostro y de un brusco movimiento me levanto de la cama, camino por mi habitación que se alimentaba de una luz tenue que la lámpara me proporcionaba por las noches y con varios pasos nerviosos recorro una y otra vez el camino junto a la cama. De nuevo ese mismo sueño donde mi padre muere. Esto era típico desde la primera noche que dormí sola en esta enorme casa. A pesar de ser acogedora por el tamaño, se me hacía inmensa e incluso fría, siempre  trataba de sofocarme con los recuerdos que me producía cada centímetro de cada habitación; todo me recordaba a mi soledad, esa soledad que me pesaba y me mataba.

Como era de esperarse, cuando por fin logre quedarme dormida por el cansancio de todas las noches una luz se reflejó  sobre mi cara acompañada de una terrible alarma que sonaba al lado mío. Era hora de continuar con otro día. 

LuciernagasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora