Capitulo 13

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[Capítulo 13 – CACERIA: Batalla Mixta Parte 2]

Kadar había vuelto a su forma humana, después de darse cuenta que en su forma animal no tenía ni una sola oportunidad de atraparme.

Me incline, apoyando ambas palmas contra el suelo, y estirando la pierna derecha haciendo un movimiento en forma de arco, derribándolo. Tan pronto como cayó al suelo, aproveche y salte encima de él, colocando la suela de mi bota contra su cuello.

Él tomo mi pierna y me hizo caer, ambos rodamos por el suelo y cayó encima de mí, clavando su codo contra mi espalda. Me gire y envolví mis piernas en su cuello en un fuerte candado, pero él nos levantó del suelo y luego se dejó caer, sintiendo el fuerte golpe de mi espalda contra el suelo. Mis piernas se abrieron y lo solté, tratando de regresar el aire a mis pulmones y calmando el dolor en mi espalda.

Adolorido, sobándome la parte baja de la cadera, rodé en el suelo y trate de incorporarme, pero rápidamente me puse pie algo me golpeo, tacleándome contra el suelo, grandes manos rodeando mi pequeño cuello, la presión de la falta de aire y el peso enorme encima de mí. Todo estaba desapareciendo de mi visión, podía sentir mi pecho latir más fuerte, la mirada agresiva de Kadar, su mandíbula tensa mientras apretaba más y más.  Estábamos a solo unos 30 centímetros de distancia, asi que aproveche y doblando la pierna le di un fuerte golpe con la rodilla, los dientes de la mandíbula de Kadar tronaron con un sonido hueco, pero suficiente para que me liberara. Retome el aire en mis pulmones y escupiendo en el suelo, me gire hacia Kadar, quien aún se mantenía sobando los costados de la mandíbula.

Kadar volvió a correr hacia mí, solo que esta vez cuando estaba cerca, alargue la pierna, dándole un puntapié entre las piernas. Un grito ahogado, que hasta yo mismo sentí, se escuchó. Kadar cayó al suelo, llevando sus manos a sus genitales, doblándose, sus rodillas tocando su pecho. Camine hacia él, cuidando mis propios pasos, cauteloso lo observe retorcerse en el suelo.

Me acerque, pero rápidamente Kadar salto sobre mí,  tomándome de la camisa y del cinturón del pantalón, en un segundo se cargó con mi cuerpo encima de él. Levantando mi cuerpo en el aire, patalee para liberarme, pero parecía que Kadar no iba a ceder, mis manos arañaban fuertemente contra sus palmas.

Su mano izquierda estaba cerca de mí, apretando la piel bajo mi camisa, grite de dolor y sofoque la maldición al cerrar mi dentadura sobre la palma del were. Mis dientes mordían fuertemente, sintiendo la suave piel entre mis dientes, no deje de morder, incluso cuando sentí el sabor a sangre y los gritos, junto con un millón de maldiciones, de Kadar. Me libero, y al tocar el suelo, solté una patada hacia su abdomen y un golpe directo hacia su rostro, mis nudillos golpearon parte de hueso, a lo mejor el pómulo. Volví a hacer lo mismo, aun cuando Kadar trataba de surtirme un buen puñetazo, logre esquivar sus movimientos lentos y cansados, solo un golpe logro darme y fue levemente por encima de la cabeza, rozando mi cabello contra su mano en puño el calor de la fricción me hizo reaccionar y plantarle un golpe fuerte en el estómago.

Kadar se tambaleo y tratando de alcanzarme con sus manos alargadas, resbalo y cayó al suelo.

Arregle mis ropas, pero no podía hacer demasiado. Viendo que Kadar no dejaba de intentar levantarse, decidí que era momento de ponerle punto final a esta pelea. Estaba tirado en el suelo de espaldas contra la tierra y aun escupiendo

Desabroche el cinturón de mi pantalón, jugueteando con él entre mis brazos, y lo enrede sobre su cuello, pasándolo por la hebilla, tire de él y comencé a hacer presión más fuerte. El cinturón de cuero apretaba fuertemente hasta comenzar a poner roja la piel de su cuello. El were apretaba la piel de mi brazo, tratando de liberarse, mientras pataleaba y gruñía molesto, sus pies agitándose contra el suelo, levantando un poco de polvo, hasta que sus manos dejaron de moverse y su rostro estaba más rojo que nunca, producto de la acumulación de sangre en su cabeza. ¿Debería matarlo ahora? Sería fácil hacerlo y me libraría de todos los problemas que me ha causado con la manada, pero ¿Qué con Kaden? ¿Me odiaría? ¿Incluso sabiendo que era su hermano el que me había retado?

Labios Helados, Lengua CalienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora