[Peligro: ¡RIESGO DE ERECCIÓN!]
Las manos de Randolph se posaron sobre mi pecho, mientras con su palma acariciaban la suave piel, su tacto era cálido y electrizante, estaba perdiéndome a mí mismo entre sus besos y caricias. Tan solo el besar sus labios era embriagante, me dejaba sin palabras, aunque realmente no quería decir ninguna sola palabra, solo quería que este hombre continuara tocándome y besándome como lo hacía en este momento. Pero dentro de mí sabía que teníamos que parar, en especial cuando sus manos entraban en el agua y bajaban por la humedad de mi piel hasta mi trasero, apretando ambos montículos que formaban mi culo.
Estaba atrapado en el momento. El shock de la acción y la excitación de mi propio cuerpo. Aunque aun así no sabía que era peor, que me besara tan profundamente, o el hecho de que comenzara a gustarme. Podía detenerlo en cualquier momento, pero se sentía demasiado bien, sus labios, su lengua, su aliento, sus manos, su cuerpo frotándose contra el mío. El beso se había terminado, ahora era una batalla entre lenguas, rápidamente había aprendido como su lengua entraba dentro de mí y trataba de atrapar la mía.
Fue en el segundo en el que pude escuchar su palpitar tan cerca de mí que me di cuenta que no podía continuar haciendo esto. Su pene choco contra el mío y me estremecí, el calor volvía en segundos y me encendía como si fuera gasolina, pero no podía dejarme llevar, era demasiado arriesgado. Coloque mis manos sobre el pecho de Randolph, apartándolo a una distancia moderada, pero sus brazos me envolvían fuertemente, eran grandes y cálidos. Recuperando un poco de cordura, aproveche ese momento para liberarme de su abrazo y salir del agua, tomando mis ropas que estaban en la esquina, corriendo con una erección al aire por todo el pasillo.
A tropezones comencé a ponerme la ropa mientras corría, aun mojado por el agua de la Tina, al menos ya no tenía nada de jabón en mi cuerpo, pero mientras más corría, más me invadían unas ganas por volverme en mis pasos, pero no. Por primera vez en todo el día estaba usando la cabeza en lugar de dejarme llevar, ya era demasiado ¿Qué estaba pasándome? Parecía un chiquillo, si el abuelo pudiera verme me regañaría como nunca en toda su vida.
- Jason – me gire, una mano fuerte tomo mi muñeca y me llevo contra la pared, acorralándome entre su gran tamaño. Ese par de ojos dorados, como dos soles, me miraban fijamente en una extraña expresión llena de confusión, dolor, enojo, herido sería mejor para describirla. - ¿Por qué huyes de mí?
- Y-yo… no lo hag0, es solo… - ¿Por qué no podía simplemente decírselo? Mis labios parecían estar pegados y mi lengua aun recordaba la suya en ese pequeño indecente juego, que ni siquiera me permitía articular una palabra en mi defensa. Claro que no podría decir que era 100% cierta, sería una mentira el decirle que no, pero tampoco podía decirle la verdad.
- ¿Alfa? – ambos nos giramos hacia donde la dulce voz de Esther llamaba, estaba acompañada de Valentino y de Walter, otro de los niños que jugaba y la cuidaban por ser la más pequeña, los tres pares de ojos iban directo hacia mí y luego hacia Randolph. - ¿Qué hace con Jason?
- ¿lo estas regañando? – pregunto Valentino, frunciendo el ceño.
- ¿Por qué? ¿hizo algo malo? – esta vez fue Walter, que se mantenía a un lado de Esther, inclinando la cabeza un poco hacia la derecha.
- No, yo… estaba… - al parecer el gran alfa sufría de perditis verbus (palabra inventada, no existe) y solo se limitó a liberarme de su agarre y tratar de esquivar la mirada inquisitiva de los 3 pequeñines.
- Nada pasa chicos. El Alfa solo me estaba acompañando a mi habitación. – dije poniéndome a la altura del trio, pase la mano por el cabello de Esther arreglándoselo para atrás y viendo que Valentino tenía una nueva cicatriz debajo del parpado, nada profunda, pero debía revisarla más tarde.
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Labios Helados, Lengua Caliente
VampireLa humanidad ha caído, quienes dominan el mundo son los seres sobrenaturales; vampiros. Después de años de pelear contra ellos, los pocos grupos de resistencia comienzan a caer y con ellos, la esperanza de la humanidad por su supervivencia. Los...