Tres

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Fue toda una aventura increíble ir en la moto con Yoongi, tanto así que cuando llegaron al destino y el vehículo se detuvo, Jimin hizo un leve puchero. Se bajó de la moto y entregó el casco a su dueño.

—Son las 5:10, llegaste a tiempo.

—Gracias a ti.— Desvío la vista un poco apenado y sujeto con firmeza los tirantes de su mochila.

No sabía cómo despedirse, ¿debía darle un abrazo? O podría ser un beso… en la mejilla por supuesto. Yoongi por suerte como la iniciativa, solamente le tocó suavemente el hombro con una mano, y lo miro a los ojos sonriendo.

—Te veo después, Jimin. Espero que está vez no me ignores por otros 10 años. Somos vecinos, deberíamos estar en mas comunicación.

Rápidamente Jimin asintió emocionado, no iba a dejar de nuevo pasar tanto tiempo sin hablarle a aquel chico, en lo poco que platicaron descubrió que era una persona interesante.

—Te veré después, hyung, y te debo una por traerme hasta acá.

Se volteó para correr rápidamente a la puerta del cine. Interestelar era el nombre de aquel lugar. Ya que todo tenía temática del espacio. Las paredes eran azules con negro y puntos blancos que simulaban estrellas. Era el centro de diversión favorito de los niños.

Corrió hasta la puerta donde el personal dejaba sus cosas y saco su uniforme de trabajo. Guardó su ropa en la mochila y se colocó el uniforme. Un traje blanco con varios planetas dibujados en el. Júpiter quedaba justo a la altura de su pecho.

Por suerte, no vio a su gerente cerca, así que pudo correr a su lugar detrás del mostrador y como siempre puso su mejor sonrisa para empezar a atender a los clientes.

—Tarde de nuevo Park— comentó con diversión su compañero de trabajo y amigo que estaba al lado de él atendiendo la caja de la derecha.

Eran tres personas las que atendían las cajas, pero la chica que atendía la de la derecha ese día por lo visto no había ido.

—¿Me guardas el secreto?—
Chanyeol sonrió.

Lo había conocido el primer día que entró a trabajar, fue la persona que se encargó de enseñarle cómo se usaban las computadoras y como debía tratar a los clientes.

Era algo que Jimin agradecía mucho, pues el cuando llegó no tenía ni idea como trabajar. De hecho solo estaba ahí porque necesitaba dinero y ahí estaban contratando. Fue difícil acostumbrarse a trabajar y estudiar al mismo tiempo, pero no tenía de otra.

Desde que su madre falleció y su padre enfermó, el debía llevar dinero a la casa, era muy difícil, pero debía poder con todo. Taehyung varias veces le dijo que era demasiado para el, pero no le hacía caso, cuando pudiera pagar la operación de su padre el tendría suficiente.

—Claro que si. Mientras el jefe no te vea todo estara bien.









Iba de regreso a su casa, sentado en el bus. Por suerte no había mucha gente ahí, iba él solo en el asiento con la cabeza recostada en el cristal de la ventana. Había sido un día muy normal de trabajo. Estaba cansado, pero aún debía llegar a hacer los deberes del colegio. Debido a que se quedó en castigo y no llevaba su libro de química no pudo avanzar con la tarea que le había dejado. Normalmente la hacía llegando a su casa antes de irse a su trabajo.

El bus se detuvo en una parada para dejar que subiera más gente, por la ventana, Jimin divisó a un hombre caminar por la acera de la calle, estaban ya cerca de su casa así que debía ser alguien que viviera por ahí.

Esto, es tan cliché (Y.M)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora