CAPITULO 15 TAVROS

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¿¿¿QUÉÉÉ???... No había pensado en lo que pasaría después de que Agape se consagrara como cazadora, lo único que tenía en mente en ese momento era salvarle la vida. Lo logré, pero siento que la empeoré para mí, porque la apartarán de mi lado para siempre y tan solo pensar en eso me hacía sentir molesto, triste, desesperado. Agape se levantó y comenzó a revisar su nuevo look, respiro muy profundamente, me miró y corrió a abrazarme.

--HEY, HEY niña cuidado con lo que haces, ahora eres una cazadora y no puedes estar relacionándote con ningún hombre, serás casta y pura por la eternidad—

--Espera, espera un momento no la puedes alejar de mí Artemisa, ella es mi compañera en esta misión fue puesta por el mismo titan Prometeo— le dije a la Diosa algo preocupado

--¿Prometeo? Jajaja, ese titan hace y dice lo que sea por todos los mortales, pero aun así tiene mi respeto, aunque en la guerra pasada se haya equivocado de bando, pero ya recibió su castigo. Es de los muy pocos hombres que no tengo nada en contra suya. Volviendo al tema niña, una vez que te conviertes en cazadora, no hay vuelta atrás, solo el rey de los dioses puede romper este pacto. Déjenme hablar con Prometeo haber como solucionamos esto—

No sé porque Artemisa se notaba menos agresiva conmigo, pero no le iba a preguntar.

Saqué rápidamente el Gameboy para comunicarme con él, pero cuando vi, Artemisa ya estaba usando un mensaje Iris para comunicarse con Prometeo.

--Hola grandulón, ¿cuánto tiempo sin saber de ti? —

--Vaya, que gran honor, la diosa de la caza y la luna me llama, tiene bastante yo diría que no nos vemos, ¿En qué te puedo ayudar Arti? — le contesto Prometeo.

Artemisa le explico con lujo de detalle todo lo que había pasado empezando con lo de la fuente de Neptuno hasta este momento. Prometeo solo escuchaba con una expresión muy seria, pero cuando Artemisa llego a la parte donde Agape se hizo cazadora, la expresión de Prometeo cambió de seria a asombro.

--Creo que hay un gran problema Arti, y sé que cuando una semidiosa se consagra a ti no hay vuelta atrás, pero si me lo permites me gustaría pedirte una licencia de tiempo para que Agape se incorpore a las cazadoras, esta misión que están realizando es de suma importancia, tómalo a cuenta de aquel favor que tu me debes, ¿recuerdas? Lo de la flecha en el trasero de Cerbero... Por favor— Artemisa se sonrojo, pero de vergüenza

--Está bien, Está bien, ni me lo recuerdes, que pena, bueno solo por eso grandulón, Agape podrá seguir con su viaje, pero al terminar con la última prueba ella regresará a mí y será para siempre una cazadora—

--Muchas gracias, mi señora— Agape se arrodillo frente a Artemisa

--No tan rápido Agape, tengo que cuidar de mis intereses, los acompañará una de mis mejores cazaras para estar vigilando que no rompan ninguna regla de las cazadoras, y para que Agape vaya aprendiendo todo sobre nosotras, en el caso de que se nieguen me llevaré de una vez a Agape—

Artemisa trono los dedos y de entre una bruma de humo plateado apareció una chica con el mismo abrigo que tenía Agape, con su arco y flechas, era algo pequeña de estatura y no parecía tener más de 16 años, de tés morena, con penetrantes ojos negros muy hermosos y un brillante cabello negro y lacio un poco ondulado al final, recordé cuando Jason me hablo sobre la expretora del campamento Júpiter, la cazadora encajaba con la descripción de Reyna Ávila Ramírez Arellano, creo que si es ella.

--Mi señora, ¿en qué puedo servirle? — la chica se arrodillo en cuanto se materializo en el lugar

--Hola mi niña, tengo una misión para ti—

Mientras Artemisa le explicaba todo a la cazadora me acerque a Agape.

--¿Estás bien? ¿Como te sientes? —

LA PROFECÍA OLVIDADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora