CAPITULO 10 UN CAMBIO

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Percy regreso con su familia, parecía muy feliz, y yo me sentía tranquilo, como si mis fuerzas regresaran, me puse en contacto con Prometeo y le conté la situación sobre el segundo trabajo.

--Vaya situación Lion, ese super semidios de Percy Jackson eh¡¡, no sabía que había acabado con la Hidra, mmmm... bueno espera un poco, en un momento te enviare tu nuevo trabajo— Prometeo me colgó y después de unos 5 minutos me llego un mensaje en el Gameboy que decía:

"Prueba 2 Cortar muchas cabezas alterado por: Traer la espada de la adulación, ubicación: SIRACUSA"

Como me hacia falta Agape, ella es muy buena para descifrar este tipo de cosas, la espada de la adulación, ¿será una espada que te adula o alguien? decidí mejor bajar por mi carro e ir pensado en eso, mientras viajaba a Siracusa.

Antes de partir pase a comprar varias baterías, agua y más manzanas, extrañamente en cada tienda a la que iba no me decían nada cuando pagaba con los dracmas, pero la verdad a mi tampoco me importaba, aunque quisiera pagar con dinero mortal, estaba en la quiebra, ya no tenía trabajo y solo me quedaba poco dinero en mi cuenta, les ordene a las yeguas que nos dirigiéramos a Siracusa, el viaje fue demasiado corto unos 8 o 10 minutos ya estábamos llegando, me detuve y leí un letrero que decía: Ara di Ierone, debajo ya en español decía altar de Hierón, deje a un lado a las yeguas y me dirigí dentro de las ruinas que conformaban ese lugar, de pronto un hormigueo recorría mi cuerpo, comencé a escuchar un leve zumbido, y cada que me metía mas en las ruinas, iba subiendo de tono, empezaba a molestarme, cuando llegue a una parte donde había una entrada tallada en la roca, un letrero aun lado decía: GROTTA dei CORDARI, no sé porque sentía que debía entrar ahí, una voz salía de la cueva, pero creo que era el único que la escuchaba, la gente pasaba un lado y no parecía molestarles, la voz se fue haciendo cada ves mas nítida y alcanzaba a escuchar como decía: "Nadie te merece, eres mejor de lo que tú crees, no tienes que rendir cuentas a nadie", sabía que era el lugar indicado, era lógico, así que me brinque la valla de seguridad sin que nadie me viera y entre a la cueva.

Mientras mas me adentraba por la cueva, no podía sacarme de la cabeza a Agape, ella estaría tomando mi hombro y aunque no diga nada, el simple hecho de tener a alguien a mi lado es muy reconfortante y pues no sentiría tanto miedo, pero lo que me ayudaba un poco era saber que ella estaba segura con Prometeo, en mi mente solo repetía "buscar la espada de la adulación" una y otra vez, llegue a un punto de la cueva donde se abrían 2 caminos, en la parte superior de cada túnel tenia algo escrito era griego antiguo, el de la derecha decía mortales y el de la izquierda decía semidioses, esto no me estaba gustando, pero seguí por el camino de los semidioses, el camino comenzó a inclinarse, el frio cada ves era mas fuerte y la oscuridad parecía casi absoluta, saque mi espada, y de la nada comenzó a brillar, me sorprendí mucho porque nunca había visto que mi espada hiciera eso antes, pero me alegraba porque así podría ver bien por donde iba, me da más confianza, me sentía Bilbo Bolsón, después de 15 minutos caminando en línea recta llegue hasta un recinto muy grande lleno de columnas griegas, las antorchas que colgaban de cada columna se prendieron solas, ya no necesitaba mi espada así que la guarde, el lugar se ilumino todo, pude distinguir todo a mi alrededor, en las paredes habían pinturas de los dioses griegos y también imágenes de gente muy rica y opulenta, apenas y se distinguían ya que estaba muy deterioradas, justo al fondo y en medio de la cámara había un trono de oro o eso parecía, y justo en el trono estaba sentado un esqueleto completo, traía puesto ropa que parecía muy fina y en el cráneo traía una corona, pero lo que me llamo la atención fue la espada que colgaba por encima del esqueleto, era una espada típica griega, pero lo interesante era que solo pendía del techo con un cabello muy largo y fino, no entendía cómo es que la espada no se caía por su peso.

Sabía que esa era a espada que necesitaba, camine para tomarla y faltando unos 5 metros, 2 enormes quimeras aparecieron por detrás del trono, instintivamente la adrenalina se activo en mi cuerpo y di un salto hacia atrás, saque mi arma y en cuanto el popote se convirtió en mi espada, mi mente comenzó a recordar como mis manos y mi arma estaban llenas de la sangre de mi esposa y mi hijo, mi cuerpo comenzó a paralizarse, subí la mirada y al ver a la Quimeras, recordé todo el dolor que sentí cuando confundí a mi familia con los monstruos, caí de rodillas al suelo, las Quimeras lentamente se acercaban a mí, rugiendo y mostrando los dientes afilados, no podía moverme el dolor y la tristeza me tienen atrapado, intentaba levantar el brazo donde tenia mi espada pero no podía, y justo cuando pensé que todo terminaría, una persona salió de atrás de mi brincando con una lanza en las manos y atacando a las Quimeras, de pronto escuche una voz muy familiar que me gritaba:

LA PROFECÍA OLVIDADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora