CAPITULO 21 LAS ISLAS DE LOS BIENAVENTURADOS

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  En el momento en que Ágape y yo salimos del otro lado del portal, nos dio justo en la cara una luz cegadora, un aroma a bosque húmedo y tierra mojada nos invadía.

Cuando pudimos ver con más claridad, enseguida noté que estábamos en un campo de amplios y verdes pastos y muchos árboles, se veía muy limpio y hermoso, el aire se sentía en mi cuerpo muy diferente, muy limpio, sentía tanta... PAZ. Voltee a ver a Ágape y tenía la misma cara que yo de una tranquilidad absoluta como si nada nos importara, caminamos hacia adelante y note que el portal seguía abierto y en ese momento del portal salió Eleonor, en cuanto cruzó el portal se cerró.

--Que paso-- le pregunte

--Los dioses que mandaron por mi me trajeron, dijeron que ellos no eran niñeras de semidioses jajaja--

Los tres nos dirigimos hacia un letrero que teníamos enfrente, para poder leerlo:

Bienvenidas almas virtuosas, venid todos los que estén trabajados y cansados aquí podrán tener reposo perfecto.

Caminé a un lado del letrero, la niebla se disipó y pude ver calles y casas de gente normal, un gran letrero que decía "BIENVENIDOS A LAS ISLAS CANARIAS". Comenzamos a caminar, los tres estábamos fascinados y absortos en la belleza y paz que se sentía, unos metros más adelante se pudo ver algunos árboles que brillaban con muchos puntos dorados, como un árbol de navidad, entre mas nos acercábamos se notaba que esos puntos brillantes eran manzanas doradas, aún estábamos a varios metros de distancia cuando de repente comenzaron a verse muchas figuras entre blancas y azules, como si de un holograma de star wars se tratara, poco a poco las figuras se vieron más nítidas, ya eran imágenes resplandecientes y muy claras de personas, almas que habitaban en ese lugar, eran cientos luego miles después eran tantas que cubrían todo el horizonte, sus expresiones eran de absoluta felicidad y paz, sin ninguna preocupación, había niños jugando corriendo, adultos comiendo en mesas larguísimas con una cantidad de comida exagerada que rebosaba la mesa, se veía tan antojable, seguíamos caminando de manera un poco más lenta.

Cuando se veía más cerca los árboles comencé a escuchar una risita de un niño que me pareció muy familiar, no le di mucha importancia seguí caminando pero cada que avanzaba la risa se escuchaba más fuerte y cerca de mí, estaba seguro de conocer esa risa, se parecía mucho a la risa de mi hijo, de repente escuche claramente una voz femenina que decía "tranquilo hijo no tan rápido no te vayas a caer", al escuchar aquella voz ahí no tuve dudas, era la voz de mi esposa, me dirigí hacia donde escuche a mi familia, corri como desesperado las chicas corrieron detrás mío, pase por varias almas hasta que por fin los halle, ahí estaban mi bellísima esposa y mi amado hijo, las lágrimas no dejaban de brotar de mis ojos, mi corazón estaba como loco, mi mente no podía creer lo que veía, me acerqué a ellos por detrás y sin pensarlo abrace a mi esposa de la cintura mientras ella cargaba a nuestro bebe, voltearon los dos hacia mi.

--No saben cuando los e extrañado, no hay día que pase que no piense en ustedes, los amo tanto-- les dije mientras las lágrimas corrían por mi rostro, mi esposa me miró fijamente mi hijo me extendió los brazos para que lo cargara, cargue a mi hijo, me sentía tan completo y pleno, mi esposa se veía tan hermosa y tan joven reflejaba una paz y felicidad que ni cuando estábamos juntos vivos la tenía.

-- Hola mi vida, estamos muy bien, te ves tan guapo-- Liah acarició mi rostro con su mano. -- Ya no debes de preocuparte por nosotros ahora si estamos descansando somo felices y cuando llegue tu momento aquí te veremos--

Yo quería llevarme a mi familia conmigo y dejar estas absurdas pruebas.

--Vámonos regresemos a nuestra casa, regresemos a la normalidad-- no paraba de llorar, no quería que este momento terminara.

-- No se puede amor, aquí no hay llanto ni dolor, de verdad que es el paraíso, tu deber rehacer tu vida eres muy joven y apuesto, tienes tanto porque vivir, deber buscar una nueva felicidad--

-- Mi felicidad son ustedes, no hay nada mejor--

--Créeme que siempre habrá algo mejor-- cuando mi esposa terminó de decir esas palabras volteo a ver a mi derecha detrás de mí y en un segundo ella y mi hijo se desvanecieron.

Me sentía tan feliz pero también tan confundido, dirigí la vista a donde mi esposa había mirado y a lo lejos vi a Ágape que estaba hablando con un alma, pero era un muchacho, joven no mas grande que Ágape, ella lloraba mucho hacía gestos y movía las manos como si tratara de explicar algo con mucha insistencia, comencé a caminar en su dirección pero cuando estaba unos pocos metros de ella Eleonor se interpuso en mi camino.

--Espera Lien tal vez no te guste lo que escucharás, será mejor que no te metas a su tiempo todo se revelara--

Mire a Eleonor con extrañeza pero esa palabras que me dijo lo único que provocaron fue que aumentara mi curiosidad y crecieron mis dudas, aparte a Eleonor con mi mano y camine más rápido hacia Ágape que no paraba de llorar y de suplicar. Cuando llegué a Ágape ella dejó de hablar pero seguía llorando.

--Que esta pasando quien es el?--

Ágape no me contestaba, no quería ni mirarme, el alma del joven me miró, era un joven muy atractivo, traía la playera del campamento mestizo y un pantalón de mezclilla, el chico tocó mi hombro y me habló.

--No seas muy duro con ella--

Y enseguida desapareció.

Ahora tenía muchas preguntas, mire a Ágape sin decirle nada, ella lentamente levantó la mirada hacia mi, y con los ajos muy hinchados de tanto llorar comenzó a hablar.

LA PROFECÍA OLVIDADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora