Ya sabes lo que se siente.

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Despierto y siento sus brazos rodeándome el cuerpo con fuerza.
No sé cómo llegué aquí, ni quién me cambió de ropa. Llevo puesta una camiseta de Christian.
Muevo un poco las piernas y siento la seda de su pijama pero tiene el brazo que me rodea descubierto.
Suspiro y un dolor fuerte truena en mi cabeza y por todo mi cuerpo. Fue una imprudencia echar a correr.
Hela se levanta y viene hacia mí atravesando la cama y me lame la cara por todos lados haciendo que Christian se mueva y se despierte.

-Ana -dice mi nombre acongojado y se incorpora un poco tirando de mí para que me dé la vuelta. Sus ojos abrumados y temerosos no me conmueven-. Ana, siento mucho lo que pasó. No sabía que ella estaría allí. -Le miro esperando que siga hablando y él lo hace con un suspiro-. Estuve saliendo con Lily poco tiempo antes de irme a la universidad, y luego hemos follado algunas veces. Sé que ella cree que podríamos tener algo, mi hermana ha alimentado mucho esa absurda ilusión, y quería explicarle que estaba contigo y que dejara las cosas en el pasado antes que te hiciera sentir mal. No sabía que se traían entre manos ella y Mia, pero sabía que no era bueno. -Asiento indiferente y echo mano a levantarme pero él me lo impide-. Ana, no fue culpa mía, nos quedamos encerrados en la casita del jardín. Elliot tardó en encontrarnos y luego vine corriendo a buscarte cuando supe que te habías ido.
Vuelvo a asentir y a intentar levantarme pero me sujeta con más fuerza. Le doy un tirón fuerte y salgo de mi calentito refugio que hoy no me gusta nada.
No sé si creerle.
¿Estuvieron juntos? ¿Saliendo?
Dijo que no había estado con nadie. Puede que estuviera enamorado de ella, o puede que llegue a estarlo. Conmigo no tendrá eso, jamás.
Por esto no me gusta tener relaciones con la gente. Siempre acabas sufriendo.
Entro en el baño con Hela detrás de mí. Me lavo los dientes y la cara y me cepillo el pelo.
En el vestidor me pongo mi ropa de deporte. Unas mallas negras, una camiseta térmica de manga larga y cuello alto también negra y un corta vientos negro de marca. Me calzo mis nuevas Asic de colores y cuando me levanto le tengo delante de mí tan serio y apenado que parece un gran osito de peluche, pero hoy no tengo ganas de abrazarle.

-Por favor, créeme -me pide atormentado.

- ¿Qué te hace creer que no lo hago? ¿O que siquiera me importa que te la hayas tirado? -Frunce ligeramente el ceño-. Habíamos acordado fidelidad por parte de ambos, si lo que quieres es follártela a ella o a no sé quién más, estupendo. Pero lo nuestro se acaba -le digo con frialdad y él me sostiene de los hombros gruñendo.

-Ya te he dicho que no pasó...

- ¿Y yo eso cómo lo sé? Sé que saliste corriendo detrás de ella y que no te vi más. Tuviste una noche muy entretenida encerrado con tu ex. La mía no fue tan memorable porque tu hermana se tomó la libertad de insultarme y de echarme de su casa. Fin de la historia. -Le doy un tirón a sus brazos e intento rodearle cuando me sostiene con más fuerza contra su torso desnudo e intento no tocarle con las manos.
Sin tacones me saca casi una cabeza.
Hela empieza a gruñir y por un momento la miro deseando que le muerda.

-Controla tus emociones, Ana, la pones alterada -dice él mirándola-. ¿Adónde vas? -Sigo ignorándole-. Intentaste huir -dice en voz baja y fría.

-Sí, claro que sí -alzo la voz exaltando más a Hela-. Pero no tengo dónde ir. Compraste el edificio donde vivía y lo derribaste. Me has amenazo con dejarme en la calle sin nada si te dejo -digo no tan alto y él sonríe arrogante.

-Y lo mantengo -dice sin ningún remordimiento enfureciéndome aún más.

- ¿Para qué? ¿Para qué cuando tu hermana me insulte y me eche a la calle te asegures de que vengo aquí mientras tú rememoras recuerdos con tu ex? -siseo entre dientes y él suspira cerrando los ojos.

-No rememoraba nada con nadie. Y ya hablé con mi hermana anoche y le dejé las cosas muy claras, no volverá a tratarte mal. -Me río e intento soltarme y Hela le ladra muy cerca del pie -. ¡Hela. Basta!
La loba se calla y se sienta.

Loba rojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora