La única

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Una heroina en traje rojizo saltaba de tejado en tejado patruyando la ciudad mientras buscaba a alguien con la mirada.

Miró la hora y su mirada se tornó decaída.

¿Por qué Chat Noir no había llegado aún?

Había esperado ese momento desde que llegó de patruyar el día anterior.

No sabía con certeza el por qué, pero si el héroe llegara a no llegar, la chica se pondría bastante triste.

Descansando en un balcón, esperó recargada en el barandal con la mirada perdida.

¿Acaso era mejor irse y hacer algo productivo o esperar un poco más?

Sus ojos se concentraron en una mancha oscura casi confundida con la oscuridad, sonriendo al instante al ver de que héroe se trataba.

Sin pensarlo dos veces corrió junto con el, pensando en reclamarle el por qué la había hecho esperar, pero se contuvo al verlo tan decaido.

El chico al notarla la saludó con la palma y con una sonrisa fingida.

-Lamento haberte...

-¿Qué tienes?

Preguntó preocupada la azabache al verlo hasta con sus orejas gachas.

Importandole poco el atrevimiento, tomó su mentón y acarició la mejilla del chico que miraba el cielo con tristeza.

-Esque...

-¿Fué esa chica verdad?

-Si.

Ahora si tenía una excusa perfecta para encontrar a la ladrona de gatos y hacerla pagar con creces el haber hecho llorar a su futuro espo... compañero de batallas.

-Fuí a su casa y la arruyé hasta que durmió, pero mientras dormitaba me confesó inconcientemente que quería a otro chico.

Los azules ojos de la heroina se abrieron como platos y su expresión denotó sorpresa.

Podría ser que...

Su mirar se cristalizó poco a poco y su semblante cambió radicalmente.

Podría ser que... ¡Que ella no era la única a la que arropaba en las noches!

El chico de la mascara negra miró extrañado como la chica comenzaba a quebrarse en su lugar, no entendiendo en lo absoluto la reacción de la heroina.

Viendo que se encontraba mal al igual que él, la rodeó con sus brazos y dejó caer su mejilla en su hombro, a lo que ella correspondió abrazandolo y dejando caer una lágrima silenciosa por el oscuro traje.

Aveces lo único que necesitas es un abrazo para seguir adelante.

En cambio ls ojiazul estaba segura que todo eso era culpa de la malvada ladrona de gatos.

Ya sabía ella que no podía ser la única.
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.
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Eran aproximadamente las 5 de la mañana y una malhumorada azabache hablaba al celular.

-Señor portero ¿Cuando va a abrir?

Preguntó Marinette sentada en los escalones del desierto instituto.

-Niña ¡Son las 5 de la mañana! El sol no sale aún. Ni siquiera ha sonado mi alarma.

Le dijo el adormilado portero que había sido despertado por la llamada.

-Pero ya quiero entra...

-La escuela abre a las 7 de la mañana y tus clases empiezan a las 8, no es mi culpa que no te quieran en tu casa, buen día.

Y colgó el hombre algo arrepentido de haberle pasado su número a aquella chica que había comenzado a llegar temprano de la nada.

Al principio parecía una buena idea.

Marinette miró el cielo y se percató que en efecto, aún no amanecía, sintiendo algo de miedo al verse sola.

Y todo por el insomnio que gracias al patruyaje, consiguió.

No, no era nada parecido a que amara al chico con todas sus fuerzas, simplemente quería ser la única a la que el arropara.

-Marinette.

Oh no ¡Chucky se la venía a comer por celosa!

La chica giró en posición de batalla, asustada.

-¡Me asustaste Agreste!

Gritó con una mezcla de pánico y mal humor al ver que se trataba del rubio.

El le dió una sonrisa animada y el ceño de la chica se relajó, no logrando enojarse con el.

-¿Qué haces aquí tan temprano?

Le preguntó ya más calmada y este contestó.

-Verte fué mi motor esta mañana.

Y su romantica verdad fué ignorada monumentalmente por la distraida azabache.

Dejando aquello pasar y no dandose por vencido, los ojos del rubio se instalaron en una tienda de tiempo completo, y habló.

-¿Quieres ir por un café express? La escuela aún no abre.

Marinette pensó en negarse pero luego recordó algo.

Cierto, se suponía que le gustaba.

-Sería un honor.

El Agreste sonrió y por impulso tomó su mano, recibiendo una mirada de extrañesa por parte de la azabache, algo asustada de si misma al no sentirse sonrojada.

¿Acaso se le habían descompuesto las mejillas? ¡Ya era para que pareciera la nariz de rodolfo el reno!

-Es por si te caes en la oscuridad.

Explicó el ojiverde nervioso al sacarse esa excusa tan creible de la manga.

Marinette por su parte, tomó el brazo de Adrien y con él rodeó su cintura, relajandose al porfin sentir un sonrojo en su rostro, acurrucandose en el cuerpo del chico.

Mientras tanto el sonrojado rubio derrochaba felicidad al caminar abrazado de la chica que le gustaba, en dirección a tomar un café.

Al menos no era la única chica que Chat Noir arropaba, pero al menos podía ser la única que Adrien invitaba a tomar expressos a las 5 de la mañana.

Continuara...

Intenté hacer una historia Lady Noir y me salió Adrinette :(

Al menos lo intenté JAJAJAJAJJA

Ojalá y les haya gustado.

En fin disfruten.

Pd: Siganme en tiktok como BabyGirlprb.

Ladrona de gatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora