Poción

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Ojos rojos y ojeras inminentes pintadas en la blanca piel de cierta Franco-China, salían de su casa con amargura, rodando los ojos al ver que apenas estaba sonando la alarma que se suponía tenía que despertarla.

En efecto, para las cinco de la mañana, ella en lugar de estar levantandose, estaba saliendo de la panadería.

Entonces dio un suspiro profundo y se sentó frente a la escuela esperando que el portero se dignara a abrirla, pensando en lo desabrida que sentía era su vida.

Ese iba a ser otro día en el que solo iba a ser un gasto de oxígeno.

Pero como lo mejor era encontrarle el lado amable a las cosas y tenía algo de tiempo libre, que mejor que usarlo para encontrar un hechizo en el libro de los miraculous, que le diera una leve ayudita para derrotar a la malvada bruja ladrona de gatos.

Que quedara claro que era por el bien de los miraculous. ¿Qué tal si la ladrona de gatos era aliada de Hawk Moth?

¡No, tenía que vencerla a como diera lugar! Si ella recurría a los hechizos, Marinette recurriría a los miraculous. Cada quien por sus propios medios.

Las hojas pasaron por sus dedos con indecisión, hasta que finalmente la diseñadora encontró uno que parecía coherente... dentro de lo que era coherente en ese libro.

.Rastros de un contacto enamorado.
.Cabellos de sol o luna.
.Rocío de tristeza.
.Causante de la repulsión corporal involuntaria de dicho individuo.

La ojiazul no tenía ni la más mínima idea a qué se podía referir, pero no descansaría hasta averiguarlo.
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Solitaria en una banca de un parque, la azabache se encontraba pensativa mirando su libreta, a la vez que del otro lado de la fuente, se encontraba Adrien Agreste en una sesión de fotos.

No paso mucho hasta que él se dio cuenta de su presencia, esperando con ansias el descanso para poder ir donde ella.

Y así fue, pues en cuanto pudo, corrió donde ella, acercándose con emocion al ver como la azul mirada de la chica conectaba con la de él, levantándose de su asiento y caminando para encontrarlo.

Ella no lo saludó, solo llevo sus manos a sus rubios cabellos y...

-Auch.

Sin previo aviso o permiso, le arrancó unos cuantos cabellos de su rubia cabellera.

La confusión inundó el rostro del ojiverde que se sentía más pintado que la Mona liza, pues la azabache parecía enserio no haberlo notado parado frente a ella, a pesar de haberle mirado y arrancado cabellos.

Esta en cambio se dio la media vuelta, pensando en recolectar una pluma de Pichon, habiéndole importado más eso que la presencia del Agreste.

Adrien le hubiera recordado que existía de no haber sido por el fotógrafo, que comenzaba a gritarle "Tu mamá no debió haberte dado tanto espaguetti".

El contexto del por qué le enojaba tanto, se explicaba solo.
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La cabeza de la ojiazul ya no podía más. Había conseguido descifrar y obtener todo, excepto el primer ingrediente.

El segundo resultó ser cabellos rubios o canos, el tercero se refería a una lágrima, y el cuarto demandaba un causante de alergia, pero el primero parecía no tener lógica.

-"Rastros de un contacto enamorado" ¿Qué podrá ser?

Se preguntó en voz alta, hundida en sus pensamientos, completamente ajena a su alrededor, no notando el momento en que alguien se acercaba a su espalda a hacerle compañía.

-¿Qué tal un beso?

Casi dio un salto al sentir un susurro en su oído, observando al girar a verle que se trataba de Adrien, estando por sonrojarse y descomponerse como hacia mucho tiempo no lo hacía, hasta que algo en su mente hizo click.

-Buena idea.

¡Un beso era un contacto enamorado!

No dudó en escribirlo en su libreta, al mismo tiempo que un rubio se sentaba a su lado con sorpresa y sonrojo en su expresión.

-¿Enserio?

Ella asintió sonriente con sus ojos aún en el cuaderno, mientras el Agreste tomaba el rostro de la ojiazul lentamente, acercando sus labios a los de ella.

Le preguntó por un beso y ella aceptó. ¿Siempre fue así de sencillo?

Cuando ella se dio cuenta de lo que estaba pasando, el rubio ya había juntado sus labios con los de ella.

Marinette no sabía que estaba pasando, pero tenía que aceptar que le estaba gustando.
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Con coraje Lady Bug iba llegando a su cuarto, recordando como el héroe hablaba mirando al cielo embobado, sobre la ladrona de gatos.

El decía "Oh la chica que me gusta huele tan bien" "Oh ella es tan única" "adoro cuando me arranca cabellos" ¡Ella también olía bien, era única y podía arrancarle cabellos cuando quisiese!

Lo peor fue que la poción le salió mal porque no tenía idea de cómo podía meter un beso dentro de un mortero, y para su mala suerte, Suhan estaba en el Tibet.

¡Agh! ¿por qué ni teniendo el miraculous de la fortuna le podía ir mínimamente bien?

Aunque después de todo, besar a Adrien no era algo de lo que se pudiera arrepentir, no derrotar a la ladrona de gatos la ponía de mal humor.

Quien iba a pensar que Adrien había pensado que ella se había tomado literal la BROMA (no fue una broma) de pedirle un beso, y por preservar su VALIOSÍSIMA amistad, él la besó.

¡Pero qué haría ella sin la amistad de Adrien!

De igual manera era hora de actualizar el marcador.

Lady Bug: 1
Ladrona de gatos: 1

Probablemente la ladrona de gatos llevaba más, pero era su marcador y ella podía no poner los puntos que se le dieran la gana.

Continuara...

Aunque odie admitirlo, creo que mi personaje favorito de esta historia, es la ladrona de gatos.

Pero bueno, ojalá les haya gustado esta historia ya casi finalizada.

En fin, disfruten.

Ladrona de gatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora