Ladrona de gatos

Noche juntos

La Torre Eiffel en oscuridad parcial. Dos superhéroes mirándose a los ojos, casi abrazados en silencio. Sus labios a centímetros de distancia, sus verdes ojos cerrados y sus manos en la cintura de la rojiza.

Un beso estaba por acontecer, eso era seguro, hasta que un último susurro, salió de los labios del rubio.

-Marinette despierta.

Y la dolorosa realidad le llegó como balón de basketball a la cara, de golpe.

Ella simplemente abrió los ojos, mirando que estaba en el salón de clases, siendo despertada por Mendeleiev enojada, al haberse dormido a media clase.

¡¿Por qué la había despertado justo antes del beso?! Eso podía ser considerado cruel.

Con dolor de su interrupción se restableció, habiendose dormido a las 5 de la mañana cortesía de la ladrona de gatos.

Hawk Moth no importaba, lo realmente serio era averiguar quién era ella.

Necesitaba saber contra qué monstruo estaba luchando.
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A la mitad de la Torre Eiffel una heroína miraba la ciudad con algo de vértigo.

Su cuerpo suplicaba descanso, no podía más, siendo sus ganas de ver a Chat Noir más fuertes, que el cansancio mismo.

¿Era su imaginación o el mundo se veía borroso?

El héroe que apenas había llegado, miró preocupado a su compañera al verla tambalear sobre los muchos metros que la separaban del suelo.

Ella no lo notó, simplemente sintió la brisa en su cara pegar contra ella, dejándose caer.

Su cuerpo se apagó.

Él al ver aquello, corrió atrapandola en el aire, mirándola con inquietud cargandola sobre una viga.

-Ya no puedo más.

Habló antes de dejarse caer dormida, sobre los brazos del héroe, acurrucandose en su pecho.

Sabía que podía confiarle su cuerpo dormido a él. Podía confiarle su vida entera.

Chat simplemente la miró con algo de pesar.

-¿Qué esta pasando contigo Lady Bug?

Preguntó al aire, mientras acariciaba el mentón de su dormida compañera con cariño.

¿Qué les sucedía ese día a las dos chicas que quería? Ambas parecían desfallecer.

Poco a poco el héroe sintió sus ojos pesados, pensando en voz alta.

-Solo voy a cerrar los ojos un momento y... zzz.

Se durmió.
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La azabache abrió sus ojos mirando de primera instancia el cielo comenzando a iluminarse.

Movió un poco su cabeza y reaccionó en donde estaba.

Su corazón se aceleró y sus mejillas se tornaron rojas,  sonriendo al sentír unos brazos oscuros rodeandola.

No lo podía creer ¡Había sido la almohada de Chat Noir!

La mejor noche de su vida.

El chico comenzó a despertarse y tallarse los ojos, sintiendo una máscara en ellos. Ella fingió seguir dormida, expectante a la reacción de él.

Chat Noir tan solo miró y acarició su rostro, notando como la heroína se sonrojaba incontrolablemente.

¿Desde cuándo las personas dormidas se sonrojaban?

Ella lentamente abrió sus ojos para mirarle, encontrándose de frente con unos ojos verdes que la miraban.

-Buenos días.

Le dijo el chico pensando en la noche distinta a lo común que habían pasado.

Ella solo sonrió y giró la cabeza, ignorando como la miraba con preocupación.

-¿Por qué estabas así anoche?

Un ataque de sinceridad la recorrió por completo al escuchar su pregunta, saliendo las palabras por si solas.

-Todo es por culpa de la ladrona de gatos y por que te amo.

Le dijo sin pensar, justo cuando una corneta de auto sonaba fuertemente en las calles, no habiendo sido escuchada por el ojiverde, para fortuna y desgracia de ella.

-¿Disculpa? No escuché.

Lady Bug negó horrorizada de la frase que su lengua casi escupía, pensando.

Ella NO lo amaba. Solo sentía que se quemaba por dentro al saber que estaba interesado en otra chica y sentía su corazón bailar al verlo sonreír.

Nada que ver con el amor.

-No he dormido bien, es todo.

Este asintió convencido por la contestación de la ojiazul, mirando la hora.

-Oh. Creo que es hora de irnos. Ojalá que en nuestras casas no se den cuenta que no dormimos ahí.

Le dijo con una sonrisa antes de acercarse y darle un beso en la frente.

-Nos vemos Bogaboo.

Ella se quedó sentada en el suelo mirándolo irse, hablando para sí misma.

-Te odio ladrona de gatos.

Claro, todos los males del mundo eran causados por la ladrona de gatos.

El chico gato simplemente se fué sonriendo.

Con razón adoraba a aquella chica. No podía negar que aún la amaba un poco. Aún así no podía esperar para ver a la azabache ojiazul que adoraba con mayor intensidad.

Y así pasaron la noche juntos.

Continuara...

Nadie:
Absolutamente nadie:
Marinette: *se cae algo*
Agh, por tu culpa, te odio ladrona de gatos.

JAJAJAJJA se me hizo gracioso de hacer.

En fin, disfruten.