Enséñame Lo Que Es El amor 2 - Juliantina (Terminada)

25) CACHORROS

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V: Bien, iremos al doctor, les ponen las vacunas, y empieza nuestro fin de semana romántico-dijo emocionada.

Sonreí al verla tan contenta. Me hizo preparar una maleta para tener ropa para todos los días lo cual me decía que estaríamos lejos de cara. El lunes ya era noche buena, pero teníamos casi 3 días completos. Teníamos una cita con su pediatra para ponerles sus vacunas, me ponía muy nerviosa porque lloraban tanto que yo acababa haciéndolo también.

Los pusimos en sus asientos y dejé los bolsos en la maletera. Tenía mucho sueño, me sentía demasiado cansada, dejaría que Valentina conduzca. Me puse las gafas oscuras y cerré mis ojos por unos segundos. Mia estuvo muy inquieta toda la noche, mi esposa se durmió pero yo la tenía en mis brazos así que no podía.

Sentí que frenó de golpe y abrí los ojos de la misma manera. Había una caja en media calle, que no entiendo cómo no pudo verla porque era considerablemente grande. Pensé que la dormida era yo!

J: Valentina!-la reprendí.

Me di la vuelta para ver si los niños estaban bien. Ninguno se inmutó. Max seguía durmiendo, Mia igual y Macarena se comía la cabeza de su peluche.

V: Lo siento! No la vi!-dijo entre asustada y molesta.

Gruñí y bajé para retirarla. Al acercarme se movió. Retrocedí de un salto. Mi esposa bajó en mi auxilio. Me hizo retroceder como si se tratara de una bomba y se acercó. No eran calles muy habitadas, así que no había ningún problema...a menos que necesitemos ayuda, ahí sí existiría un problema. Abrió la tapa y lo miró de lejos.

V: Ay por Dios!-suspiró-Pensé que tendríamos que llamar al FBI.

J: Qué es?-pregunté impaciente.

V: Ven-movió la mano para llamarme.

Llegué a su lado y la tomé por el brazo por un poco de seguridad. Eran cachorros, no sé cuántos, tenían como una chaqueta de plumas o algo así abajo y también se movía. Fruncí el ceño. Qué clase de persona hace eso? No entiendo cómo pueden mirarlos y dejarlos sin piedad. A unos metros estaba el basurero de la cuadra, pero parece que se estuvieron moviendo.

V: No podemos dejarlos aquí-dijo de inmediato-Hagamos espacio en la maletera.

J: Pero debemos llevarlos hoy mismo al veterinario-condicioné.

V: Claro cariño, lo sé-dijo riendo.

Se veía más emocionada por los perros que por nuestro aniversario. No sé cómo sentirme al respecto. Pasé los bolsos de los bebés a los pies de mi asiento, y metimos la caja con los cachorros. Uno lloraba, no sé si era para que lo cargue, o por qué tenía hambre.

V: Oh, nuestras madres nos odiarán por dejarles 3 bebés y 5 cachorros-encendió el auto.

J: Son 5?-pregunté.

V: Creo que son 6, no lo sé, no vi bien-encogió sus hombros.

J: No entiendo por qué acepté traerlos tan rápido-dije negando con la cabeza.

V: Porque sabes qué es lo correcto-sonrió triunfante.

J: Apenas tengo tiempo para pasarme el cepillo por el cabello, y quieres tener 5 cachorros!!?-dije moviendo las manos.

V: No nos quedaremos a los 5, mis padres querían adoptar otro, desde que a Spark lo operaron, está muy tranquilo-dijo ladeando la cabeza-Le damos uno a Santi, otro a Belinda, y nos quedamos con dos.

J: Cariño...-dije mirándola.

V: Bueno, lo discutiremos luego-dijo evadiendo la conversación.