─¿Lo ves?, ya estas perdiendo el control otra vez por mi..─en tono sensual, para después acercarse a mi oído.
─N-no es cier..to─trataba de que me salgan las palabras, me estaba retorciendo por la excitación que me había hecho sentir.
─Te doy 10 segu...
─Y así fue...─suspiro enamorado con los ojos brillantes mirando al techo de la habitación.
En serio que el amor de Shura y el profesor Aioros estaba en el aire y en las palabras que salían de amigo, estoy feliz por el.
─¿Y quien te dijo que andarás con el?─hice una cara curiosa sabiendo su respuesta.
─Fuiste t...
─¿Y también quien fue el que te apoyo y te dio fuerzas en tu relación, mientras el aburrido de Camus decía que quizás su relación podría acabar mal?─hice ojitos parpadeando repetidas veces, siendo meloso y tierno.
─Fuiste tu, Afrodita─agarro mi mano, se sonrió y luego me abrazo.
Estuvimos conversando unos momentos, hasta que ambos caímos dormido en la cama de Camus, estaba en un sueño muy profundo, durmiendo cómodamente, nada me hubiera podido levantar, sino fuera porque mi celular sonó en modo vibrador.
¿Quien podrá ser a estas horas? Espero y no sea mi madre, porque le dije de antemano que iba a pasar noche en la casa de Camus y que no había nada de que preocuparse porque no era la primera vez que venia a su casa.
─¿Saga?─frote mis ojos.
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Cuando leí los mensajes se me acelero el corazón, sentía que en cualquier momento necesitaría un marcapaso, estaba tan conmovido por lo que me había dicho. Es cierto que tiene problemas para controlar su ira, y que también viene de una familia rica donde el es mayor y su padre quiere obligarlo a que se haga cargo de la prensa que pertenece a su familia, lo que el no quiere hacer.
Y ya que de por si su temperamento es algo difícil de controlar, no pensé que me extrañara tan rápido, si ni siquiera había pasado un solo día. No es un hombre tan meloso como la miel, así que me sorprende.
Mientras yo feliz releía una y otra vez los mensajes que me había mandado mi novio me hizo una videollamada.
¡¿Que?! ¡Ni siquiera me e arreglado, mi cabello esta desalineado, mi cara con poros abiertos, mis labios partidos y mis ojos están con ojeras visibles a miles kilómetros! ¡Así se le quitaran todas las ganas de querer verme!
─Lo siento pero no puedo contestar...─me fui al baño con mi celular en mano y me encerré ahí, mirándome cara a cara en el espejo, fijándome con atención todas mis imperfecciones.
El celular volvió a sonar unas dos veces mas, y me dejo un mensaje que me dejo impactado.
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