Tamaki Amajiki. || One-shots

8. Traición (2/?)

Se talló los ojos de nuevo, intentando apaciguar las lágrimas pero era inútil. Después de haberle contado a Nejire lo que sucedió y que ésta la hubiera abrazado fuertemente como apoyo, no pudo resistir más y explotó en llanto.

Sí, era una mujer empoderada, pero eso no significaba que no pudiera desahogarse.

Después de haber calmado sus lágrimas, fruncio el ceño, en señal de molestia. Se levantó del sofá y miró a Nejire.

-¡Ya se que debemos hacer!

-¿Mmh? ¿Qué cosa?

-¡Iremos a beber!

Nejire la miró sorprendida, la expresión de Inna era de molestia pero sabia distinguir su tono de voz, era demandante y notaba una pizca de ilusión. La peli-azul se levantó y puso sus manos en su cintura.

-No- dijo- No volverás a ser una alcohólica, te costó mucho salir de eso.

-¡Ay, vamos! ¿Qué tiene de malo? Hace años que no tomo y justamente ésta es la ocasión perfecta para hacerlo- ella sonrió levemente- Una probadita no hace daño a nadie.

Nejire la miró con los ojos entrecerrados y finalmente suspiró con desdén.

-Está bien.

Salieron a comprar mucho Sake, las personas las miraban intrigadas, ¿cómo era posible que dos grandes heroínas fuesen a tomar todo eso?. En realidad todo el mundo sabía que a Inna le gustaba el alcohol y ella no podría negarlo, claro que le encantaba, pero tuvo que dejarlo pues ya estaba entrando en su vida como un vicio. Hadou, en cambio, era una alma inocente y pura, que sólo tomaba una vez cada 3 años, y sabía que eso le iba a dar mala reputación pero no le importaba en ese momento, lo único que quería era apoyar a su amiga.

Al llegar a casa, comenzaron. Y la noche aún era muy joven.

Por otro lado, en un lugar no muy lejano, se encontraba un triste Tamaki apoyando la cabeza sobre la pared de la sala, mientras sollozaba silenciosamente.

Mirio lo miró con compasión.

-¿Aún no te sientes mejor?- Tamaki negó con la cabeza y Mirio soltó un suspiro- El dolor pasará. Además deberán hablarlo con más calma después ¿no?

-Supongo.

-Y dime- Mirio sonrió- ¿su rostro se puso rojo? ¿qué tanto te gritó?

-Ella... sí, se veía muy enojada. Pero no me gritó, aunque se estaba conteniendo.

Mirio soltó una risa.

-Bueno, después de todo hablamos de Aihara Inna, la mujer más enojona del mundo.

-No hables así de ella- Tamaki lo miró de reojo- Sigue siendo mi... mi esposa.

-¿Qué harás, Tamaki? ¿Le rogarás?

-C-claro que si, no quiero... perderla.

-¿Crees que ella te va a perdonar? Digo, ya la conoces, es una mujer rencorosa y muy orgullosa, además de que te vio en pleno acto y...

-Mirio, no me estás ayudando.

-Oh, lo siento. Bueno, entonces pensemos algo para que te perdone.

Se quedaron en silencio un rato, cada uno pensando en algo, pero Tamaki no encontraba nada, ¿una disculpa junto a miles de regalos? Ni pensarlo, Inna no se atrevería a perdonarlo si él se lo pidiera de esa manera, después de todo Mirio tenía razón, era muy rencorosa. Sabía que obtener su perdón sería difícil pero no quería rendirse, no con ella. Realmente la quería, se sentía muy vulnerable sin ella en esos momentos. Se sentía avergonzado, arrepentido, enojado consigo mismo, triste.

-¡Ya sé que haremos!- Mirio llamó su atención.

-¿Y-ya tienes una idea?

-¡Desde luego!- Mirio sonrió pero después de unos segundos su sonrisa se desvaneció un poco-Pero todas involucran ofrendas a todos los dioses existentes y muchas más particularidades de distintos héroes.

La ilusión de Tamaki decayó. Esto iba a ser muy difícil.

-Ella debe estar con Hadou-san, ¿cierto?

Tamaki lo miró.

-Si, supongo que si.

-¡Entonces vamos con ellas!

-¿Q-qué? ¿P-para qué?

-¡Podemos espiarlas! Así veremos que dice Inna-chan de tí y quizá hasta podríamos saber si de verdad te perdonaría.

Tamaki lo pensó, no era una mala idea, pero no le gustaba hacer eso, invadir la privacidad de alguien y mucho menos de su esposa. Sabía que si la rubia los descubría ellos serían hombres muertos, pero si todo salía bien, quizá y hasta podrían reconciliarse. Se mordió el labio y asintió.

Iba a ser una noche muy larga.