23. Cabellos

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Las personas suelen cometer actos alarmantes por error cuando están completamente desesperadas.

Al menos, era algo que Inna ya tenía muy claro.

Se miró al espejo por enésima vez, como si aquello fuera lograr que volviera en el tiempo para evitar esa tragedia.

Resulta que hace media hora, Inna estaba tan desesperada por obtener un nuevo look que decidió tomar unas tijeras y mocharse el cabello.

Su fleco quedó todo tiznado, su cabello por encima de sus hombros no le hacía algún favor a su "cara redonda". Ella había tocado fondo.

El timbre de su casa sonó y ella con pesar se dirigió a la entrada, al abrir la puerta su amiga la miró sonriente.

-¡He conseguido cupones para el restaurante que apenas abrieron en el centro! ¡Arreglate que nos vamos para...!- ella se calló al ver el aspecto de su amiga. Inna la veía devastada.- ¡¿Qué te pasó?!

Mei era pelinegra, siempre llevaba su cabello recogido en una cebolla, sus ojos eran azules y tenía unas grandes ojeras debajo de ellos. Inna sabía que Mei era una de esas amigas hipócritas que hablan a sus espaldas, pero eso a Inna no le interesaba. No la consideraba una amiga como tal, es decir, salían, se daban comentarios criticones entre ellas con sonrisas falsas e iban juntas a la escuela, pero Inna la consideraba una arpía, al igual que Mei a ella. Mei era atractiva, como es claro, pero Inna sabía que ella lo era más, disfrutaba opacando a Mei, ella se lo merecía después de todo.

-Dios, amiga, realmente te vez horrible- dijo Mei con su estúpida sonrisa, ésta vez no era falsa, era una sonrisa de satisfacción. Inna estaba apunto de agarrarla a golpes- No querrás que salgamos entonces, ¿cierto? Digo, no queremos que nadie vea lo fea que te vez.

Ese "queremos" era sólo un "quieres" era claro que Mei se divertiría bastante cuando alguien la mire de esa forma. Pero Inna no quería darle la razón al quedarse en casa, así que puso su mejor sonrisa y negó con la cabeza.

-¿Eh? ¿Qué cosas dices, estúpida? ¡Claro que saldremos! Eh...- se detuvo recorriendola con la mirada- ¿quieres que te acompañe a arreglarte?

Mei abrió la boca, indignada. Inna sabía que ya estaba arreglada pero aún así, disfrutaba verla de esa manera.

★★★

-Vaya, es realmente lindo el lugar- dijo Mei mirando el restaurante- Esperemos que la comida sea buena también.

-¿No estabas a dieta?

Mei sonrió- No lo necesito ahora. Pero yo... te recomiendo que tú si pidas una ensalada, no sé, con ese corte tan horrible empiezas a verte más gorda.

El ojo de Inna tuvo un tic de frustración. Siempre que salían era así, pero aún no estaba acostumbrada a ello.

-Sí, quizás. Estás feliz, ¿no?. Ahora ya tendrás la atención por la que parecías rogar, digo, ya no estoy en condiciones de opacarte. ¡Llegó el momento que tanto estabas esperando, amiga!

Mei le devolvió la peor de sus miradas pero aún así sonrió falsamente. Antes de que pudiera responder, alguien puso el menú sobre la mesa.

-E-Espero que les guste éste lugar.

Inna alzó la mirada y juró estar en el cielo. Frente a ellas, un chico azabache y muy alto, con orejas de forma extraña y un sonrojo en su rostro, las miraba nervioso. Él era todo lo que Inna estaba buscando en su vida. Flaco, alto, tímido y guapo. Si, lo quería.

-E-eh sí...- Mei también lo miraba embobada.

El camarero se fue de ahí y Mei y Aihara se miraron rápidamente. La competencia estaba apunto de empezar.

-¡Ay, por favor! No le habrás echado el ojo, ¿no? Ya sabes, él no es tu tipo- dijo Mei con sutileza y de manera calmada.

Inna frunció el ceño y la miró enfadada.

-¡¿Ah?! ¿Y tú que sabes sobre los chicos que son de mi tipo, estúpida?

-¿Qué?- Mei la miró con una sonrisa burlona- Pff, no... espera, ¿realmente crees que tendrías oportunidad con él? Digo, él es tan guapo y tú, bueno, tu con ese corte no estás a su nivel.

-¿Y tú sí?- Inna alzó una ceja, comenzando a enojarse cada vez más.

-Cariño, tú misma lo acabas de decir, en éstos momentos soy más linda que tú- ella le guiñó un ojo, cínica.

-Podría dejarte el cabello peor si quisiera- murmuró Inna- podría hacerlo con mis propias manos- se inclinó sobre la mesa, acercandose a Mei de manera competitiva.

-Intentalo, Aihara- Mei arremedó su acción.

-Ehm... ¿ya decidieron que ordenar?

Ambas miraron al frente, encontrandose de nuevo al azabache quién las miraba algo confundido.

-¡Sal conmigo!- dijeron ambas al mismo tiempo.

-¡¿Eh?!- Inna miró a Mei más que enojada- ¡Callate estúpida, tú no estás a su nivel!

-¡Calla tú, pelona!

-¡¿Qué dijiste, bastarda?!

-Pe-lo-na, ¿eres sorda o qué?

Inna no pudo más y se abalanzó contra ella, tomandola del cabello y jaloneandolo mientras Mei trataba de quitársela. Tamaki estaba perplejo, agradecía que sólo estuvieran ellas y dos clientes más, quiénes por cierto se habían puesto a grabar la escena.

Minutos después de verlas peleando, Tamaki se armó de valor y las separó, fue ayudado por otro camarero. Tamaki sostuvo a Inna y el otro a Mei. Ambas se miraban fúricas. Cuando Tamaki y el otro se dieron cuenta que no trataban de safarse las soltaron, dudosos.

Ambas se acomodaron la ropa y el cabello. Inna sonrió victoriosa y alzó su puño, Mei casi se pone a llorar al ver que Inna tenía varios cabellos negros en su mano.

-Disculpen las molestias, caballeros- dijo Inna- Quiero ordenar una sopa de camarones y mi amiga quiere... una ensalada.

Mei la miró indignada pero se resignó, así que sólo volvió a tomar asiento. Inna hizo lo mismo, los dos chicos las miraban confundidos pero aún así asintieron y fueron a preparar su orden.

Mei miró a Inna con una sonrisa burlona.

-¿Y? ¿Qué te parece el restaurante?

Inna sonrió aún más y levantó la mano en la que tenía el cabello de Mei.

-De pelos.

La sonrisa de Mei se esfumó y rodó los ojos. Ambas se quedaron en silencio a esperar. Inna con discreción vio el papel en su mano que el azabache le había dado discretamente al separarla de Inna. La rubia sonrió al ver el número y el nombre del azabache escritos.

Tamaki Amajiki, bueno, al final Inna volvió a ser mejor que Mei.

Tamaki Amajiki. || One-shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora