Tamaki suspiró con pesadez y soltó un leve gemido de frustración al no encontrar el libro que buscaba, la biblioteca era muy grande y el hecho de pedirle ayuda a la bibliotecaria le ponía los pelos de punta. Él podía hacerlo sólo, aunque se tardara en ello.
Un libro se cayó accidentalmente de sus manos y se agachó a recogerlo sin saber que la vida le tenía una desgracia bien preparada.
Un chico pasó a lado de él, apresurado, accidentalmente chocó su pierna con la espalda baja de Tamaki, empujándolo hacia adelante.
Tamaki quiso morir al sentir que su cabeza quedó pegada a los glúteos de una chica, alzó la mirada y palideció. Era nada más y nada menos que Aihara Inna, la conocía por ir en su clase y además tenía fama de ser la más explosiva, después de Bakugo Katsuki de 1-A.
Tragó saliva al ver que ella lo miraba por encima de su hombro, con una expresión de enfado y en su mano apretaba un libro con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
Tamaki se levantó lentamente, sosteniendo la mirada con aquella rubia que parecía querer quemarlo vivo. Estaba muerto de nervios, sentía que en cualquier momento podría desmayarse, no quería ser víctima de los gritos e insultos de la chica, pues había presenciado en algunos ayeres como la chica hacia llorar hasta al más fuerte hombre y mujer de cada clase. Le preocupaba lo que podría pasarle, pero lo que más le preocupaba era lo turbio que se sentía pensar de manera inapropiada lo bien que se había sentido tener los glúteos de una chica en su rostro, pero Tamaki era un chico tímido y no quería aceptarlo.
Suspiró preparándose para las palabras hirientes de la mujer frente a él, pero en vez de eso, recibió un fuerte golpe en su mejilla que resonó en todo el lugar, y eso que la biblioteca era grande.
Varios curiosos cerca de ahí miraron con pena al chico, sabiendo lo que significaba al estar frente a Aihara Inna, pero todos quedaron impresionados al ver que ella sólo le dio una última mirada y se fue a sentarse a un lugar apartado.
Tamaki se tocó la mejilla, parpadeando varias veces, bien, se lo merecía. Y soltó un suspiro de alivio pues al menos no le había gritado. Aún así, supo que debía disculparse y se quedó los siguientes 20 minutos parado, viéndola a lo lejos de reojo, pensando en cómo acercarse a disculparse.
Para su buena suerte, justo cuando estaba por rendirse e irse lejos de ahí, un peculiar arete en el suelo le llamó la atención y supo de quién se trataba al instante, la rubia solía usar aretes esmeralda de gran tamaño que llamaban mucho la atención así que era una de las cosas en las que más se fijaban los demás. Tamaki supo que esa era su oportunidad. Lo tomó entre sus dedos y se acercó a paso lento hacia la rubia, con la cabeza baja.
Al llegar frente a ella comenzó a temblar ligeramente mientras los nervios lo consumían y sus ganas de irse corriendo y pegar su cabeza a la pared aparecieron, pero ya estaba ahí y si hacía eso se vería realmente patético.
Inna apenas y lo miró, su vista estaba fija en el libro frente a ella, parecía que apenas y había notado la prescencia del azabache y estaba tan concentrada en el libro. Tamaki tuvo que carraspear ligeramente, haciendo que finalmente ella dirigiera su mirada hacia él, frunciendo el ceño al verlo.
Cerró el libro que leía y apoyó sus codos sobre la mesa, mirándolo curiosa y molesta.
-¿Se te ofrece algo?
Él tragó saliva y le mostró el arete.
-Se te cayó- murmuró.
La chica lo miró unos segundos para después tomarlo en sus manos, notó como el chico se estremeció al sentir las yemas de sus dedos sobre su mano y tuvo que guardarse una sonrisa lasciva. Lo miró sin expresión alguna.
-Gracias, Amajiki-san.
-Y-yo... Aihara-san, por lo de hace rato...- suspiró intentando calmar sus nervios e hizo una inclinación- Gomen, n-no fue mi intención ha-hacerlo y me avergüenza lo que puedas pensar de mí.
Ella se sorprendió un poco pero después de todo era lo menos que podía hacer el chico.
-Está bien, Amajiki-san, puedes olvidarlo, yo lo haré- el azabache alzó la mirada, ella le sonreía levemente y el verla por primera vez de esa manera le hizo sentir algo extraño en su interior, le gustaba... se veía distinta a la imagen que se había guardado de ella, donde sólo parecían ser gritos e insultos, en realidad había un toque de dulzura en ella. Se ve... linda-De igual manera, te pido perdón por el golpe, debí dejarte hablar antes.
Amajiki sólo asintió varias veces mientras sentía sus mejillas calentarse, ella lo había hecho sentirse más que nervioso, intrigado. No había tenido una sensación extraña con Nejire, no había sentido lo mismo con ella que con la rubia y por primera vez en mucho tiempo, él se había interesado en una chica y no era cualquier chica, era Aihara Inna. Ni siquiera se le había pasado por la cabeza que aquello alguna vez le sucedería pues alguien como Inna no era la clase de chica que llamara su atención, era grosera, mandona, egocéntrica y ambiciosa, pero esa pequeña sonrisa le hacía querer descubrir más de ella, sentía que la imagen que daba no era realmente la correcta y detrás de todo esa faceta de chica tóxica existía una completamente amable.
Se despidió de ella, balbuceando y totalmente avergonzado y se retiró de allí a paso rápido. Inna lo miró irse, le parecía tierno, sin duda alguna tendría que intentar hablarle más.
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Tamaki Amajiki. || One-shots
FanficDistintos escenarios junto al tímido Tamaki. COMPLETA. 𝘏𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘭𝘦𝘵𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘮í𝘢. 𝘗𝘳𝘰𝘩𝘪𝘣𝘪𝘥𝘢 𝘴𝘶 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘺/𝘰 𝘢𝘥𝘢𝘱𝘵𝘢𝘤𝘪ó𝘯. 𝘐𝘮𝘢𝘨𝘦𝘯 𝘥𝘦 𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘥𝘢 𝘴𝘢𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘥𝘦 𝘱𝘪𝘯𝘵𝘦𝘳𝘦𝘴𝘵