Atrapados

1.2K 85 11
                                    

En su cama se encontraba Minho, con las manos de Thomas entre las de él, pero eso no fue lo que realmente le dolió. Thomas y Minho se estaban besando, y no precisamente de forma suave. Newt se quedó callado, y Thomas enseguida se separó de Minho cuando le vio. Pero era tarde. Lo había visto todo.

-Newt... puedo explicártelo.
-No tienes que explicarle nada Thomas.- dijo Minho.
-¿Qué no? Yo creo que sí que tiene que explicar alguna cosa.
-Lárgate Newt. Estábamos ocupados.
-¡Minho! ¡Cállate!- le gritó Thomas, pero era demasiado tarde. Newt ya se había dirigido hacia él, y en cuanto llegó a su lado, le dio un fuerte puñetazo en la cara, de forma inesperada, como si hubiera atacado una serpiente.
-Esto es lo que pasa cuando vas de flor en flor Tommy. Que acabas con un capullo.
-¡Newt! ¡Para! ¡Te lo explicaré! - dijo ayudando a Minho a levantarse.- ¡Para ya!
-Maldito... ¿estás celoso, eh? Thomas no puede besarme pero tu en cambio puedes ser la puta de Alby, ¿no?
-¡Minho, cállate tú también!
-Tarde.

Newt agarró con fuerza a Minho de las solapas del chaleco, y le levantó para volver a darle un puñetazo, a lo que este le respondió con un fuerte cabezazo. Aun así, la ira que corría por las venas de Newt hizo que en un último arrebato le asestara otro puñetazo, esta vez tirándolo al suelo.

-¡Parad ya los dos, por favor! - Thomas les gritaba desde una esquina de la habitación, pero Newt ya había ganado la pelea.
-Ahora tú.- le dijo a Thomas dirigiéndose hacia él y agarrándole de la muñeca para sacarlo de la tienda.
-¡Para! Por favor, para ya, me haces daño.- aun así Newt lo arrastró hasta llevarlo a una parte pegada a los muros del Claro, donde comenzó a hablar.
-Quiero que te calles ahora mismo. Me toca a mí hablar. -cogió aire para evitar que la ira se le llevara las palabras, pero no pudo evitarlo- eres lo más asqueroso que ha entrado en este maldito Claro nunca. ¡¿Para qué mierdas te pegas el día tonteando conmigo si luego te pasas las noches con Minho!!? Supongo que el juego te ha parecido divertido, lo entiendo, tiene que ser descojonante ver como juegas con alguien que desde un momento piensa que hay algo entre vosotros. Seguro que tu y Minho os habéis reído mucho, sí. Eres el capullo más grande que jamás he conocido. Sabías perfectamente que me tenías con tus preciosos ojos, sabías que me tenías a tus pies. No se qué somos. No se ni siquiera que hemos sido. Me tenías con tus preciosas mentiras... Supongo que solo fue un sueño roto. No se ni siquiera que significa o qué pasa ahora. Por que... por que yo ... yo... Tommy... - estalló en lágrimas. - pensé que sentías lo mismo... pero de repente todo ha cambiado. Todo... todo ha dejado de tener sentido... soy idiota... foder... - soltó un sollozo y se tapó la cara con ambas manos.

Thomas también estaba llorando, pero se había quedado sin palabras. Los dos estaban uno en frente del otro, pero ahora ninguno hablaba. Newt ni siquiera podía apenas tenerse en pie. En ese momento se limpió las lágrimas y miró con seriedad a Thomas. Este llegó a asustarse, pues Newt comenzó a ir hacia él, y supuso que le iba a dar uno de esos puñetazos que había recibido Minho. Por lo que cerró los ojos con fuerza, quería que acabara rápido con eso. Pero entonces para su sorpresa, no hubo ningún puñetazo.

Newt le cogió la cara entre sus manos y le besó. El besó fue intenso, nada de superficial. En ningún momento trató de interrumpirlo, por lo que dejó incluso que la lengua de Newt se colara en su boca. Cuando terminó, se separó lo justo para poder hablar de sus labios y le miró a los ojos.

-Debí haberte besado hace tiempo.

Los ojos llorosos de Thomas le observaban aún empañados, pero necesitaba esos labios de nuevo. Jamás había sentido algo tan suave como ellos, jamás había querido fundirse con una persona de aquella manera. Supo que no era momento para explicarle lo de Minho. Ahora era el momento de ellos.

-Por favor... vuelve a besarme...- susurró Thomas notando la respiración del otro en su boca.- por favor...
No hizo falta que se lo pidiera otra vez más, ya que el chico volvió a besarle, esta vez con aun más intensidad. De sus bocas salían suspiros, y sus cuerpos se movían con ansia de más contacto. Thomas enseguida se agarró a la nuca de Newt para profundizar más el beso, y este otro le agarró de la cadera para apoyarlo contra la pared y levantarlo del suelo, apoyándolo en su cadera y dejando que las piernas se abrazaran a su cintura. Las manos de Newt se fueron al trasero de Thomas, para tenerlo completamente seguro, y siguió besándolo. Noto como le clavaba levemente las uñas en la espalda, algo que hizo que se estremeciera y mordiera su labio, tirando de él.
-Ne...newt... Ah... -Apenas podía controlar su respiración, y con esos mordiscos su cuerpo recibía continuos calambres que viajaban por su columna, haciendo que su cadera se moviera buscando la de Newt.- Ah... - pero entonces vio algo detrás de Newt. O mejor dicho, vio a alguien.- Alby.

Estaba detrás de ellos, observando la escena. La marca del picotazo era ahora completamente negra, y la yaga parecía palpitar como un segundo corazón en su pecho. Los ojos eran de un rojo tan oscuro que con tal ausencia de luz parecían negros. Sus brazos parecían estar hinchados, y las venas de todo su cuerpo sobresalían por su piel. Era algo monstruoso, sacado de una pesadilla. Pero lo realmente aterrador era su mirada. No solo sus ojos eran sangre pura, sino que reflejaban dolor e ira. Una ira con ansias de venganza.
Cuando Newt se giró y dejó a Thomas en el suelo, se puso blanco. Si había miradas que mataban, ahora mismo estaba siendo descuartizado y machacado cien veces por segundo.

-Alby... espera. Deberías estar durmiendo...
-¿Para que pudieras seguir follándote a Thomas? - dijo con una extraña voz de ultratumba.- si queréis os dejo intimidad.
-No... Alby... vamos a ir a que te miren... no tienes buen aspecto... el picotazo se te ha...
-Cállate. No me hables como si fuera imbécil. Y no hagas como que no acaba de pasar nada. -su respiración empezó a ser cada vez más fuerte.- esta vez si que no te la voy a pasar por alto, puta.- dijo refiriéndose a Newt, quien entonces vio lo que iba a pasar claramente.
-Tommy... corre... vete.
-No te voy a dejar aquí solo, foder.
-A mi señal corremos...
-¿A dónde? Estamos atrapados...
-Mira el reloj. Dos minutos.
-El laberinto...
-Corre... ¡CORRE!

Los dos chicos comenzaron a correr como nunca antes. Quedaban unicamente dos minutos para que las puertas del Claro se abrieran. Los dos conocían a la perfección el laberinto, debían correr hacia dentro para despistar a Alby. Si les atrapaba a alguno de los dos, les mataría. No era él. Newt entendía que el cambio era lo que le estaba destrozando el cerebro. No era Alby... él no sabía lo que estaba haciendo.

Thomas fue todo el rato detrás de Newt, aunque podría haberlo adelantado sin problemas en cualquier momento, la cojera del chico de hacia ir algo lento. Fueron hacia las puertas y esperaron. Quedaban solo unos segundos, pero Alby estaba ahí, tras ellos.

-Venga... venga... ¡Venga! - gritaba Thomas, viendo como el moreno casi les había alcanzado. Entonces las puertas crujieron y comenzaron a abrirse. Apenas hizo falta una rendija para que los dos entraran dentro. Newt notaba como Thomas le tocaba la espalda para ir empujándole con suavidad para que fuera más rápido, pero la pierna le dolía a cada zancada.

Entonces Thomas tropezó. Calló al suelo y se hizo una brecha en la frente. Newt se paró a ayudarle, pero este enseguida le gritó.
-¡Sigue corriendo! Yo te alcanzaré en nada.
-¡No! - dijo sin seguir corriendo, hasta que consiguió levantarlo del suelo.

Pero Alby ya estaba allí , y con la caída habían perdido tiempo y distancia entre ellos. Si seguían corriendo a la velocidad de Newt, les iba a alcanzar en segundos. Entonces Newt empujó a Thomas obligándolo a ir delante.
-¡Corre! - Le gritaba Thomas, quien miraba atrás casi cada segundo para ver como iba Newt.

Pero era imposible. Entre ellos cada vez había más distancia, y menos entre Newt y Alby.
-¡Por favor, Newt! ¡Corre! ¡Por favor!
-Yo... Tommy... - dijo este intentando correr más rápido, pero entonces notó como algo le agarraba con fuerza y le levantaba del suelo. Se le paró el corazón del miedo, y enseguida sintió dolor en todo el cuerpo. Alby lo había agarrado y lo había lanzado con toda su fuerza contra una de las paredes del laberinto.
-¡NO! - oyó a Thomas a lo lejos. -¡NEWT! - estaba demasiado lejos.

Correr o morir, lo no contadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora