Deves resistir

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La cabeza le daba vueltas y le dolía todo el cuerpo. Estaba totalmente desorientado, y notaba el suelo frío de piedra bajo sus manos.
-¿Qué...? - no pudo ni siquiera hablar, porque le agarraron del pelo y tiraron de él hacia atrás. Sólo pudo gritar de dolor. Entonces todo le volvió a la cabeza. Alby le había pillado.

Thomas comenzó a correr hacia ellos, pero Alby tiró a un lado a Newt para centrarse en él. No le fue difícil noquearlo. Le arrastró hasta una pared con enredaderas y comenzó a atarle, dejándolo completamente desprotegido. En cuanto ató sus manos y sus pies, le golpeó en el estómago varias veces.

-¡Te dije que no tocaras a Newt! Mira que había tíos en el Claro... -dijo sin parar de golpearle. Con cada puñetazo, Thomas soltaba un grito más desgarrador. La sangre salió de su boca con el que debía ser el sexto o séptimo puñetazo.

Newt vio aquella escena y se arrastró hacia allí, para agarrarle el puño y pararlo.
-¡para! Dejale por favor... él... él está con Minho - susurró.- Yo fui quien le besé, iba a ser sólo un maldito polvo por pena, Alby. Por favor, déjale, yo fui quien se lo pedí.
-¿Ah, sí? Vaya. Y yo que pensaba que no podías ser más penoso, Newt. Pero me has convencido. El verducho va a entender ahora por qué cuando digo que algo es mío, hay que respetarme.
-Espera...-susurró Thomas, a quien le caía un hilo de sangre de la boca.- No... -miró a Newt.
-Lo siento. - le contestó este, con lágrimas en los ojos.- Yo te he hecho esto. - cerró los ojos y recibió una patada en la boca de parte de Alby.
-¡Cállate!

Desde el suelo, comenzó a reptar con lentitud para intentar apartarse de él, pero sus esfuerzos eran inútiles. Casi se divertía más si le veía escapar. Volvió a agarrarle del pelo, y esta vez le arrastró hasta pegarle contra la pared. Newt se quedó callado. Sabía que si gritaba, Thomas lo pasaría peor. Y ya estaba bastante mal como para encima torturarle con sus gritos.
Alby bajó el pantalón de Newt de un tirón y le obligó con la rodilla a abrir las piernas. Comenzó a temblar de terror. Trató de relajarse para evitar que le doliera, pero antes de que pudiera intentarlo notó como Alby ya estaba comenzando a meterse a la fuerza en su interior.

El dolor fue agudo, desgarrador, y húmedo. Sabía que no podía gritar, pero con la segunda estocada no pudo evitarlo. Oyó a Thomas gritar su nombre y llorar a lo lejos. Pero eso solo hizo que Alby disfrutara más.
-Esto es una maravilla. - dijo volviendo a introducirse en Newt, esta vez golpeándole la cabeza contra la pared.- Vas a aprender de una vez que cuando digo que eres mío... eres mío.- De nuevo, otra fuerte embestida con golpe contra la pared.

Siguió dándole por detrás, una y otra vez. Sus gemidos de placer se mezclaban con los sollozos y gritos de Thomas, y con los golpes contra la pared de Newt, quien dejaba escapar algún que otro grito de dolor... hasta que se vino en su interior, entonces lo apartó como si fuera un muñeco hinchable y lo tiró al suelo. Satisfecho, se subió el pantalón,
y se giró hacia el cuerpo tembloroso de Newt.

-¿Ya sabe Thomas qué te paso en el laberinto el día que te rompiste la pierna?
-Cá...cállate... Alby...
-Como quieras...-susurró para apoyar el pie en su pierna derecha, justo donde tenía la fractura mal curada.- Antes o después lo sabrá... -comenzó a pisar con fuerza su pierna, disfrutando con cada grito que pegaba el chico. Newt arañaba el suelo tratando de escapar, pero era imposible. Demasiado dolor. - ¿Duele? - apretó con todo su peso.- claro que duele...

Newt volvió a gritar, su pantalón estaba encharcado en sangre, al igual que su trasero, y tenía la ceja rota de tantos golpes contra la pared. No podía moverse. El dolor le tenía paralizado. Consiguió levantar la mirada hacia Thomas, quien lloraba en silencio mirándole. Una fuerte patada en el estómago le hizo apartar la vista y gritar. Thomas pedía clemencia en la lejanía, pidiendo que parara, diciendo que lo iba a matar. Pero las patadas no cesaron. Al final, ni siquiera tenía fuerzas para gritar. Se sentía entumecido, y cada vez era menos consciente de ellas. Los párpados le pesaban demasiado, y la sangre comenzó a fluir por su boca con su sabor a hierro. Un golpe en seco en la cabeza fue lo que hizo que perdiera la consciencia definitivamente.

-¡Lo vas a matar! ¡ALBY! - vio como Newt ya no se movía, y trató de nuevo librarse de los fuertes nudos que le impedían ir a ayudar.- ¡Lo estás matando! - las lagrimas se le atragantaban cada vez que abría la boca, acompañadas con sollozos. - Por favor...

Un ruido metálico resonó en el ambiente. Alby paró, y miró a su alrededor. Thomas calló e hizo lo mismo.
.....penitentes........

Correr o morir, lo no contadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora