La decicion mas dificil

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Alby seguía fatal. La fiebre no le bajaba y las compulsiones le estaban creando serios hematomas en el cuerpo. Newt sufría demasiado viéndole así. No merecía eso, para nada. Una pequeña yaga se había empezado a abrir en su pecho, y las venas de su cuello palpitaban como si fueran a explotar. Para más angustia, gemía y se sacudía cada minuto.

-Lo siento Alby... lo siento... - Newt se sentía totalmente impotente viendole así y sin poder hacer nada para calmarlo. El tratamiento se le aplicaba por la noche para que pudiera al menos dormir, aunque más bien era una forma de sedarlo y de que su cuerpo descansara unas horas.

Siguió pasándole el paño húmedo por la frente durante tres horas. Le cambiaba, le ponía nuevas sábanas y colocaba algodón en las partes que rozaban con las cuerdas que le ataban a la cama para evitar que acabara teniendo heridas. También le desinfectó la yaga del pecho, pero era como si cada hora se hiciera más grande. A la cuarta hora, comenzó a sangrarle la nariz, y los ojos se le pusieron de un color tan oscuro que parecían negros completamente. La zona en la que le habían picado también estaba de color negro, y se iba extendiendo por el abdomen del chico como un virus. El tratamiento no estaba haciendo nada. Sólo le estaban causando dolor. El turno de Newt duró más de lo previsto, desde las cuatro hasta las doce de la noche estuvo ahí, ayudando, calmando y hablando a Alby. Le habían dicho que eso les tranquilizaba, en el fondo eran conscientes de todo a su al rededor, y podían oír lo que les decían.

-Es hora de dormir, Alby... mañana por la tarde volveré. Por favor, ponte bien... sabes que soy un líder patético en comparación contigo. Te necesitamos todos. - le acarició la mejilla y después se la besó con dulzura.- descansa.

Entonces le inyectó el calmante, y poco a poco las contracciones se fueron, dando paso a un suave silencio. Alby por fin dormiría unas horas.

Tras ello, Newt se dirigió a la tienda de Thomas, donde le llamó con un suave movimiento de cabeza. Estaba agotado, tenía una gran responsabilidad sobre sus hombros y para colmó no dormía nada.
-¿Cómo está Alby?
-Pues... mal. No mejora. Está comenzando a llagarse, y sufre fiebre constante. No se qué pasará.
-¿Y cómo estás tú?
-¿Yo? Yo estoy bien
-No estás bien. Parece como si no hubieras dormido en años... estás completamente exhausto y si antes sonreías poco, ahora menos.
-Son demasiadas cosas juntas. Acabará pasándose.

Llegaron al trullo y Thomas se metió en lo que iba a ser su celda por aquella noche. Realmente era una pequeña habitación de dos metros por dos metros como mucho, con un techo de paja y unos barrotes que si tiraba de ellos varias veces acabarían rompiéndose, estaban hechos con troncos finos.

-Máxima seguridad... - susurró Thomas al verlo.
-Es lo que hay. Ya entiendes por qué Gally se cabreó tanto por tu "castigo".
-Bueno. Supongo que debo volver a darte las gracias. Por todo. Empezando por no enfadarte por que saliera del Claro.
-Me enfadé. Mucho. Pero yo debí pararte. Vi que estabas sufriendo por Minho, y debí saber que harías una idiotez, como de costumbre.
-Ya vuelves a pincharme con Minho...
-¿Miento?-le miró bruscamente.
-Bueno... no, pero...
-Pues ya está. No me des explicaciones, estás en tu derecho de sufrir por él. No tiene que importarte nada más. - cerró la puerta.- que descanses.
-Espera. ¿Te importa quedarte un rato?

Newt no pudo resistirse a esa invitación. Se sentó de costado, apoyando su parte del cuerpo izquierda contra los barrotes. Así podía ver a Thomas.
-Sólo un rato, ¿eh?
-Gracias. - entonces se hizo el silencio.
-¿Me vas a dar conversación o algo?
-Lo de esta mañana ha sido divertido.
-¿Te ha divertido que acabásemos en una red, colgados de un árbol como unos fucos idiotas?
-Más bien me ha gustado lo que ha pasado dentro de la red.- Thomas sonrió para sí mismo.
-Ha estado bien. - susurró Newt observando esa sonrisa en la cara de Thomas.- Te queda bien sonreír, Tommy.
-Estoy seguro de que a ti también. Lástima que no pueda verlo.
-Qué obsesión con que no sonrío.
-¡Es que no lo haces! Siempre estás triste. Hoy en la red ha sido uno de los pocos momentos en los que no he visto tristeza en tus ojos.
-Deberías entender por qué. -Newt estaba molesto, ¿acaso no se había dado ya cuenta de que le gustaba? Era como si Thomas fuera idiota con las indirectas.
-No quiero equivocarme...
-No es difícil acertar.

De nuevo se hizo un silencio. Newt apoyó la cabeza en los barrotes, y sintió como poco a poco el sueño se iba apoderando de él.

-Debería irme ya a dormir.
-Quédate. Por favor.
-Tommy... -suspiró. - Esta bien... sólo un rato más, ¿eh?
-¿Sabes? Creo que fue impresionante eso de que teniendo a tres personas en el laberinto pudieras poner orden en el Claro y mantener la calma.
-Es lo que hace un líder.
-Lo que dijo Gally... no creo que tenga razón. Creo que lo que dijo fue horrible. Por mucho que te cabreen no debes desear la muerte de alguien...
-Bueno, yo ...
-Venga, sabes perfectamente a qué me refiero.
-Lo sé... - sus ojos comenzaron a cerrarse, y se recostó en los barrotes. El sueño le estaba inundando.

Pasaron varios minutos en silencio, Newt estaba ya casi dormido cuando Thomas dijo algo más.
-Aquella noche. Cuando... cuando Alby te pegó.... Pensé que ibas a besarme.

De nuevo, Newt estaba tan cansado que ni siquiera supo si hablaba él conscientemente o si era en sueños.
-Iba a hacerlo... -calló finalmente en manos de el cansancio y se quedó profundamente dormido.

Thomas en cambio se quedó un rato mirando como dormía, pero antes susurró algo que Newt no pudo oír.
-Deberías haberlo hecho.
Newt había dejado la mano entre los barrotes, por lo que Thomas la cogió entre sus dos manos para tirar suavemente y poder alcanzar el brazo de Newt. Lo abrazó como si fuera un peluche, y se quedó dormido.
-Buenas noches.

Por fin consiguió dormir. Sentía como Thomas le abrazaba el brazo al otro lado de los barrotes, y le hubiera gustado abrir esa maldita puerta para abrazarlo. Pero se contentó con eso, una noche separado por unos palos de él. No entendía como había podido llegar a querer a Thomas así. Le quería, le quería muchísimo, y no precisamente como amigo. Daría lo que fuera por poder hacer lo que hacía con Alby con él; aunque sonara pervertido, era así.

Llevaba noches sin dormir así de bien, de tirón. Se le hizo demasiado corto, como si quisiera quedarse todo el día restante sin moverse. Por la mañana Thomas fue el primero en despertarse, pero no movió a Newt, el sabía lo mal que lo estaba pasando y se alegró de verle tranquilo por un rato.

Para los ojos de Thomas, Newt era hermoso. Le parecía de lo más atractivo, tanto exterior como interiormente. Era como si le completara de una manera diferente a cualquier otra persona. Como la pieza del puzzle que le faltaba. Se centró en la mano de Newt, que seguía entre las suyas. La acarició con cuidado y después miro la cara del chico, que parecía un niño pequeño durmiendo. Poco rato después Newt abrió los ojos, y sus mejillas se pusieron de un tono rosáceo al ver que Thomas le miraba.

-Maldito acosador. - susurró para estirarse, pero entonces se percató de que su brazo estaba agarrado por Thomas, algo que le hizo sonrojar más. Pero no lo apartó.
-Buenos días a ti también.
-Bue... buenos días.
-¿Has dormido bien?
-Mejor que nunca... - susurró mirando como Thomas tenía su brazo cogido.- aunque he tenido frío en el otro brazo.
-Te prometo que la próxima no tendrás frío. Bueno... ¿me sacas de aquí?
-Primero tendrás que soltarme la mano.
-Ah... sí...- dijo Thomas sonrojado.

El resto del día lo pasó con Minho, y el chico rubio lo pasó con Alby. Pero en sus mentes solo estaban ellos dos. Cómo dos personas podían quererse de una forma tan fuerte estar tan separadas.

-¿Ne...newt? -Alby había despertado.
-¡Alby! Dios... ¿cómo estas? Te han picado...
-Newt... prométeme que estarás sólo conmigo... -le miró.- por favor... te quiero conmigo.
-Alby...
-Sabes por qué lo digo... - estiró la mano y buscó la de Newt, quien se la dio rápidamente- Thomas...
-Alby, tienes que descansar. -le cortó antes de que siguiera hablando.
-Prométeme que no te irás con él.-le miró de nuevo.- prométemelo.
-Yo...de... de acuerdo.

No podía decirle que no a una persona que se estaba muriendo. No podía hacerle eso a Alby... no podía. Pero quería a Thomas, y después de aquella noche quería más compañía de él. Estaba claro que era algo que no podría ser. Pero estaba seguro de que Thomas también sentía algo por él, no era de esos que iban tonteando con cualquiera. Cuando por fin Alby se durmió, salió de la habitación y fue en busca de Thomas. Estaba convencido en contarle la verdad; que le quería pero que Alby le había pedido que no se fuera con él.

Fue a la tienda de Thomas con su decisión en mente, ya era tarde para volver atrás.
-Thomas, tengo que decirte algo. - dijo entrando en la tienda sin llamar o avisar antes, pero para su sorpresa Thomas no estaba sólo.

Correr o morir, lo no contadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora