El destierro

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Ben no aparecía. Parecía mentira que en un maldito Claro con cuatro paredes no se pudiera encontrar a un chico que padecía los síntomas del cambio. Sólo Gally y otro chico antes que Ben habían pasado por el cambio, y no era algo fácil.

Thomas se encontraba en el bosque, aun reflexionando sobre lo que había pasado la noche anterior. Ambos sabían perfectamente que habían estado a punto de besarse, no eran idiotas. Pero aun no comprendía cómo habían llegado a eso. Tal vez Newt estaba borracho, seguramente eso le habría hecho actuar como no quería. Minho le había contado que tenía relaciones con Alby desde poco después de entrar al Claro.
Lo había denominado como la "putita" de Alby. Eso le dolió mucho, pero no se atrevió a decirle nada por miedo a que pensara alguna cosa estúpida...

Para Thomas el Claro aun era algo desconocido, y todos los días salía a investigar (dentro de los muros) para conocer más el lugar. Aquel día se adentró de más en el bosque, de forma que llegó a una zona que olía realmente mal. Se acercó a una pequeña construcción que había y pudo leer un nombre grabado en una tabla de madera "George". Poco después de leerlo, pudo comenzar a distinguir unos huesos ya sin carne en el suelo, roídos por los gusanos. Comenzó a hiperventilar, le habían contado que algunos habían muerto, pero jamás se habría esperado encontrarse un cadáver de aquella forma. Se giró rápidamente para marcharse de aquel lugar, pero entonces se topó cara a cara con un chico que no había visto aún en el Claro. Pero algo no iba bien, sus ojos estaban inyectados en sangre y su boca dejaba caer un hilo de saliva mezclada con espuma, sin mencionar las venas que se le marcaban por todo el cuello.

-Eh... ¿Te encuentras bien...?
-Todo esto es tu culpa... tu nos has hecho esto... tu nos has enviado a la muerte...

Antes de que pudiera responder, ya se le había lanzado encima y trataba de ahogarle. Thomas quería escapar, pero era imposible. La fuerza que ejercía sobre él era inhumana, y desde aquella posición tenía desventaja. Buscó algo con lo que defenderse, y lo único que pudo coger fue el cráneo de quien debía ser George. Le golpeo en la cabeza, consiguiendo liberarse. Pero cuando empezó a correr, el chico le siguió.

-¡BEN! - gritó una voz más a delante, que procedía de Alby, quien empuñaba un arco y apuntaba hacia quien debía ser Ben. - Quieto... no me obligues a dispararte.
-Alby... ¡Es su culpa! ¡El nos ha metido aquí! ¡Nos llevará a todos a la muerte!- aun con la advertencia de Alby, se volvió a lanzar contra Thomas.

Pero no llegó lejos. Una flecha le atravesó el carrillo y le tiró al suelo. La sangre comenzó a rodear su rostro, y Thomas tuvo que apartar la mirada. Alby le había salvado la vida.

Tuvieron que explicar a todos lo pasado. Minho fue el primero que se lanzó a ayudar y a ver a Thomas. Newt en cambio decidió no decir nada, tenía miedo de Alby, y aún esta nervioso y sentía vergüenza por lo que había pasado la noche anterior. Qué estupidez. Cuando Minho se separó de él, (después de darle varios abrazos largos y dedicarse miradas más que dulces) intentó acercarse, pero Chuck se lo impidió esta vez. Alby en cambio le llamó cuando ya iba a irse.

-Trae los palos, Newt...
-Espera... ¿vas a desterrarlo?
-Casi mata a Thomas... -esas palabras hirieron a Newt más de lo que deberían.- cualquiera que intente matar a un clariano sabe que la consecuencia es el exilio. Que vengan los guardianes... las puertas se cerrarán en media hora.
-Como desees...
-Así me gusta, Newt... así sí.

Aquella misma tarde se reunieron los guardianes y algunos curiosos para presenciar el exilio, Thomas entre ellos. Era un acto muy duro, pero necesario si se quería guardar la paz en un lugar como ese. El orden debía ser establecido. Ben había sido vendado, pero aun así su aspecto era aterrador. Parecía un zombiee. Como esos de las películas... igual. Y eso no era lo peor... lo peor era que lo conocían desde hacia dos años. Y que ahora les suplicaba por su vida mientras ellos lo metían al laberinto como si fuera un perro. Empezaron a golpearle para que entrara con los palos, empuñados por los guardianes. Los muros comenzaron a cerrarse, y Ben seguía suplicando clemencia. Era demasiado. Aun así, Newt, Gally, Minho, Alby, y otros seguían empujándole a sus entrañas. Finalmente, le metieron dentro y las puertas se cerraron, dejándole en su interior.

Aquella noche nadie hablo. La cena fue silenciosa y todos se fueron a sus camas sin rechistar. Newt ni siquiera fue a observar las estrellas, aunque no era solo por lo triste que era ese día... sino por miedo a que Thomas le siguiera. No sabía que reacción tendría, y además le molestaba que no hubieran dejado que hablara con él. Casi le mataban aquel día... casi le perdía. Al pensarlo su pecho se estremeció bruscamente. Seguro que encima se habría enfadado por no haber ido a decirle nada. Todo era un maldito asco. Un absoluto desastre. Por eso era mejor dormir y olvidar, solo podía hacer eso... dejar que el sueño le invadiera la conciencia poco a poco.

A la mañana siguiente, Minho regresó tras unas horas de estar corriendo. Algo extraño e inusual. Alby y Newt fueron enseguida a hablar con él, y como de costumbre, Thomas se acercó curiosamente a su "amigo".

-Larchos... no os lo vais a creer. He visto uno...
-¿Un penitente ? Eso no es nada nuevo...-susurró Newt, incómodo al tener al lado a Thomas, quien no le había dirigido una palabra desde aquella noche. Pero en cambio no había parado de hablar con Minho.
-Cállate cara fuco... he visto uno... y creo que está muerto.
-¡¿Un lacerador muerto?!-exclamó Alby.- No es posible...
-¡lo he visto , ¿vale?! Tienes que venir a verlo tú, Alby... tienes que verlo.
-Uhm.... esta bien. Newt, te quedas al mando. Volveremos en cuanto hayamos descubierto que ha pasado. Seguid las reglas. Venga, Minho... muéstrame el camino.
-Suerte... y cuidado -susurró Thomas a Minho, quien le dedicó un guiño de ojo al que correspondió con una sonrisa. Newt miró con cara de pocos amigos a Minho, quién le dedicó una sonrisa embrujada.

Y de repente se quedó a solas con Thomas. El silencio invadió el ambiente. Pero ninguno de los dos se movió. Fue Thomas quien rompió el incómodo momento.

-Ya vi que preocupado estabas ayer. Viniste corriendo a ver si estaba bien. -dijo amargamente y con ironía.
-¿Qué? Claro que me preocupe, no seas idiota... pero es qu...
-No hay peros. Ben casi me mata.
-Yo... es que... estabas con otros y..
-¿Te daba vergüenza hablarme?
-No es eso...
-Claro que es eso. - se llevó la mano a la cara.- soy idiota. Pero me consuela que tú lo seas más. Aclárate, Newt. Y ten lo que hay que tener por una vez en tu fuca vida.- entonces se marchó.

Como suponía, Thomas pensaba lo peor. ¿Acaso no se daba cuenta de que entre Minho y Alby le podían destrozar la vida? Si por él hubiera sido, habría corrido el primero a abrazarle cuando ocurrió aquello. Cómo podía pensar que no le importaba... cómo podía creer que no se preocupaba por él si... si... si le quería. Y estaba seguro de que aquella noche, Thomas iba a corresponder a su beso. ¿Entonces por qué se ponía ahora así?

El resto del día fue duro. Thomas ni siquiera le miraba, y para colmo Alby y Minho no llegaban. Un grupo de clarianos se apiñó en la puerta por donde debían entrar, pero por mucho que esperaban no cambiaba nada. No llegarían a tiempo. ¿Qué demonios había pasado? Alby... Minho... aunque no tuviera una relación agradable con ninguno, tampoco les deseaba la muerte. En el grupo, Thomas era uno de los que más rato llevaba esperando; obviamente era por Minho, había estado hablando con unos chicos sobre lo preocupado que estaba por él.
Newt trato de hacerse el loco, como si no hubiera oído nada. Pero le dolía, le dolía mucho.

-Minho... por favor... por favor... -susurraba Thomas con las manos agarradas a sus rodillas.- por favor...

Newt no se atrevió a decirle nada. Seguro que acabarían discutiendo. Además, lo estaba pasando demasiado mal por Minho como para ahora ponerse a hablar de lo celoso que estaba.

Las puertas comenzaron a cerrarse, y justo entonces se les vió al fondo del pasillo oscuro. Minho cargaba con Alby, quien parecía haber sido picado por un lacerador. Todos los clarianos comenzaron a gritar y a llamarles. Le dijeron que dejara a Alby y corriera hacia ellos, pero era imposible. No lo conseguirían.

Justo unos segundos antes de que se cerrara, notó algo extraño en Thomas, pero antes de que pudiera reaccionar, el ya estaba corriendo por la grieta hacia ellos.
-¡¡THOMAS!! - gritó Newt con el alma por los suelos. - ¡NO!

Y las puertas se cerraron.

Correr o morir, lo no contadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora