Borron y cuenta nueva

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Pasaron dos semanas hasta que Newt estuvo completamente en forma. El único rastro de aquel incidente era una cojera algo más acentuada, pero nada más. Fritanga seguía poniéndole doble ración de comida todos los días, insistía en que bajo su mando ninguno de los clarianos debía estar tan delgado. Las actividades del Claro volvieron a lo habitual; los del huerto seguían con sus labores, Gally seguía igual de gilipuno que siempre, Minho salía todos los días al laberinto con Thomas, y Newt ahora era el líder. Iba todo el día de aquí para allá resolviendo cualquier conflicto, y en cierto modo echaba de menos a Alby, él siempre había tenido mejores dotes de mando.

Aquella mañana los corredores estaban calentando para salir, y Newt se acercó a ellos para desearles suerte.
-Recordad chicos, cuarenta minutos antes os quiero aquí, ¿oído?
-Oído, Newt...-le dijo Minho colocándose el chaleco- ¿vienes sólo para decirnos eso, o vienes para darle un beso a tu chico?
-Cállate, garlopo.- respondió éste.- ayer os saltasteis el toque.
-Llegamos cinco minutos tarde.
-Nueve minutos tarde.
-Exagerado. Despídete de Thomas y deja que nos marchemos sin más sermones - respondió dando un suave empujón a Thomas. Estos dos habían decidido no expresar en público su relación, aunque todos sabían que estaban juntos. No les parecía bien besarse públicamente.
-Ten cuidado. -dijo Newt colocándole la mano en el hombro a Thomas.
-Lo tendré, no te preocupes.
-No puedo evitar preocuparme por ti cada vez que sales ahí fuera. -le acarició el hombro.
-¡Voy a vomitar! - gritó el guardían de los corredores al fondo, mientras les miraba y les hacía señas imitando un beso.
-Oye... a la mierda con eso de llevarlo en privado, Tommy - le besó profundamente. - Suerte ahí fuera.- Thomas le respondió con otro beso, más corto porque los corredores ya habían entrado.
-Te veo luego, guardarme un sitio a tu lado para la cena.- le dijo con una sonrisa mientras les seguía.

De nuevo se quedó en el Claro solo. No podía evitar sentir un vacío cada vez que le veía irse por aquel oscuro y húmedo pasillo. El laberinto tenía muchas cosas, y ninguna era buena. Aun así, no podía dejar que eso le afectara, por lo que continuó con sus labores. El día se desarrolló con tranquilidad. Todo en orden, por fin. Aunque parecía imposible, todo se había calmado. Incluso Gally parecía más relajado, dentro de lo que era él.

Cuando quedaba una hora para que se cerraran las puertas, Newt se quedaba en un árbol para poder verles desde lejos. Sabía que nada más entrar tenían que ir a la sala de Mapas, por eso no les entretenía. Pero era un alivio ver que Thomas volvía sano y salvo a casa. Pocos minutos después de que estuviera esperando, les vio entrar. Desprendía testosterona y el sudor de su cuerpo lo inundaba envolvía como si fuera un manto brillante. Su ropa estaba pegada a él, y su respiración era agitada. Newt enseguida sacudió la cabeza; era un maldito pervertido. Todos los días igual, verle así le hacía sentir cosquilleos en la entrepierna.

Desde que habían tenido aquel incidente en el laberinto, su relación se limitaba a besos de no más de unos segundos. Aún eran algo tímidos, y ninguno de los dos se atrevía a ir más a allá. Newt porque sabía que Thomas era virgen, y Thomas porque sabía lo mal que lo había pasado Newt con Alby. De una manera o de otra, aun era difícil. Pero todas esas dificultades desaparecían de su cabeza cuando se miraban, aunque sólo fuera un segundo. No podía haber mayor magnetismo que ese. No podía existir una complicidad tal.

Cuando terminaron sus labores en la sala de mapas, algunos no tuvieron tiempo de ducharse por lo que fueron directamente a la cena. Newt les había guardado un sitio tanto a Minho como a Thomas.

-Oléis realmente mal.-les dijo.
-Díselo a Thomas, a mí si que me ha dado tiempo a ducharme.
-¿Qué narices queréis? Después de correr todo el maldito día es imposible oler a rosas.
-Yo huelo a rosas.-dijo Minho sonriente.
-Tú eres un fuco idiota.-le respondió entre risas Newt.

Los tres habían entablado una amistad increíble, eran inseparables. Además, Minho disfrutaba chinchando a la pareja continuamente.
-Chicos, yo me voy a la ducha, no aguanto más ésta peste. ¿Nos vemos luego? - le dijo a Newt.
-Nos vemos luego amorcito -respondió Minho haciendo como que se refería a él.
-Nos vemos luego Tommy - sonrió Newt, y Thomas se marchó a las duchas.
-¿Cómo os va?
-Muy bien. -sonrió para sí mismo.- Gracias por preguntar Minho.
-Él aún no se lo cree. -sonrió.- le tienes tontito. Aunque me ha dicho que aún no os lo habéis montado

Newt se atragantó al oír eso, y se llevó la mano a la boca, para tragar con tranquilidad.
-¿Eso te ha dicho?
-Sí.
-Uhm... eso... ¿es malo?
-Bueno. Es raro. Quiero decir, los dos estáis locos por hacerlo. Y tampoco creo que sea algo tabú. Además, de que tu tienes una gran experiencia.
-Ahí está el problema.
-¿Thomas es virgen? Claro, debí haberlo imaginado. Al menos en el Claro, obviamente.
-Bueno... mi primera vez no fue especialmente agradable, me dolió mucho y lo pasé mal.
-No querías a Alby, tu primera vez y las siguientes fueron una maldita mierda. Nunca has tenido sexo por amor.
-Lo sé.
-¿Entonces? Los dos vais sin ninguna experiencia. Estáis en tablas.
-Es que... ¿y si él no quiere?
-Eres un pedazo de plopus. ¿Cómo no va a querer? Si cuando os pilló Alby lo tenía bien claro.
-Ya... bueno. Es que... siempre que hay ocasión, me echo atrás.
-Pues la próxima vez en vez de echarte atrás, échate encima de él.-se rió el chico.
-Imbécil.-rió este con él.- Espera. ¿Ha dicho que se iba a las duchas, no?
-Eres un maldito pervertido, Newt. Pero adelante.
-Nos vemos luego. -dijo este saliendo rápidamente hacia las duchas.

A esas horas no había nadie, pero se podía escuchar como Thomas tenía encendida una ducha. Newt entró y se sentó en uno de los bancos que había enfrente, y se le quedó mirando. El chico tardó un poco en darse cuenta de que había entrado.
-¡Newt! Qué susto me has dado, idiota.-dijo volviéndose algo sonrojado.
-Perdona. Pero es que se habían ido ya todos, y para estar solo pues... me he venido contigo.
-Y...ya... bueno.-el chico intentaba taparse disimuladamente.
-¿Tienes vergüenza de que te vea sin ropa?
-No es que tenga vergüenza. Es que no es justo que yo no lleve ropa y tú sí. -dijo aún colorado.
-A mí me parece justo.
-A mi no. -poco a poco el rubor se le fue pasando, y se fijó en que Newt no le quitaba el ojo de encima.- ¿Te gusta lo que ves? - susurró dándose la vuelta, ya sin ningun rubor.

Newt pudo contemplar el cuerpo de Thomas. Era simplemente precioso, no estaba exageradamente musculado, pero si que marcaba algo de abdominal y unas terribles e irresistibles entradas bajo ellos. Sus piernas eran bellas, y se notaba que corría. En comparación con Newt, era un modelo sin duda alguna.
-Claro que me gusta lo que veo.
-Pues si tanto te gusta, levántate de ahí y deja de mirar. Ven aquí.
-No quiero mojarme la ropa.-cuando Newt contestó esto, Thomas pareció decepcionado, se dio la vuelta y se puso algo de champú en el pelo.
-Pues vete.

Esa forma de echarle fue seca y decisiva. Newt seguía sin sentirse seguro de lo que debía hacer, pero aquello le había dolido un poco. Se levantó del banco y se fue hacia la puerta. La abrió, pero antes de salir pensó en lo que había hablado con Minho. Tomó aire, y cerró la puerta, de modo que Thomas pensó que se había ido.

Caminó hacia él mientras este se aclaraba el pelo, y cuando fue a volverse, Newt le agarró por la cintura y le besó bajo la ducha. No tardó en quedar empapado, pero Thomas no le iba a permitir irse.
-¿Y la ropa?
-Que importa la ropa... bésame...

Correr o morir, lo no contadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora