Des-Atar

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Soltó un gemido amortiguado por una boca ajena, sus labios se movían saboreando, su lengua exploraba aquella boca capaz de hablar a sólo base de insultos. Gustabo entrelazó sus brazos tras la nuca de Conway como si quisiera que no rehuyera de aquel beso a pesar de que no lo estaba haciendo, que correspondía a sus labios, a sus brazos y que con sus manos apretaba sus muslos mientras el sudor que hace poco recorría su cuerpo se desvanecía entre las gotas de agua.

— Sólo una vez — volvió a repetir cuando sus labios se separaron en busca de aire.

Se miraban el uno al otro, no había respuesta, no había tampoco movimiento, Gustabo veía directo a sus ojos buscando obtener la respuesta que no era dicha entre ese silencio, pero no obtenía nada más que confusión y ese habitual sentimiento de no tener idea que mierda ocurría en la cabeza de Conway.

— ¿Por qué yo? — su voz sonaba rasposa, no parecía estar molesto por las acciones impulsivas del rubio pero este tampoco podía fiarse que en cualquier momento su cabeza fuera a dar contra la pared.

— Porque hasta ahora sólo contigo me ocurre esto.— confesó, había dejado salir aquel vergonzoso pensamiento que lo venía atormentado ante el causante de su indignante situación - Si fuese así de fácil de ir con cualquiera ni de coña te lo pido pero...-

— Pero...—

— Nada — Calló de repente junto a su momento de lucidez.

— Olvidemos lo que te dije, lo que acaba de pasar, voy a seguir aquí hasta que te salga del nabo y luego me marcharé a mi casa y ya está. Todos felices — todo contacto con Conway había sido retirado. Gustabo se alejaba de él chocando con la esquina de la pared como si el otro tuviese la peste, como si tratara de aislarse no sólo del sujeto frente a él sino que también de sus acciones, de sus palabras, creyendo que mientras más lejos estuviera de la razón que lo tenía sumido en un mar de contradicciones no tendría efectos ni repercusiones en él.

— Vamos a ver si estoy entendiendo correctamente. Eres un tío que al parecer no siente deseo por nadie ¿Correcto? — Gustabo no respondió pero no fue una excusa para que el mayor no siguiera hablando. — Ocurre que junto a esta misma característica de no sentir deseo se encuentra una especie de duda y curiosidad por él. Esto nos lleva a tu episodio con el consumo de drogas para intentar replicar de alguna forma esto mismo, pero pasa que más allá de darte un subidón, no pasa lo que tú esperas. Pero de alguna forma conmigo no ocurre lo mismo, por eso fue que te encontré en mi despacho con una de mis chaquetas en tus manos porque te excito y en base a todo lo anterior y al darte cuenta que no puedes conseguir el nivel de satisfacción que deseas con alguien más quieres que te folle porque quizás, y sólo quizás conmigo sea diferente. — El rubio notó un tinte molestia e incredulidad en la voz del Conway, con lo cual podría entrever el rechazo a lo que pedía, un rechazo a lo que él podía sentir y eso no le gustaba.

— Vete a la mierda, abuelo, te dije que era mejor olvidarlo ¿Estoy drogado lo olvidas? — no eran las palabras más adecuadas ante su situación, aún se sentía débil, aún sentía sus manos hormiguear y las pocas veces que su cabeza no se ocupaba en controlar el conflicto externo que había provocado sus decisiones, su mente se encontraba sumida en un mar de necesidad de tener polvo blanco dentro de su boca.

Palabras equivocadas pensó por un momento, el espacio que había conseguido hace apenas unos momentos se había reducido casi a la nada y para empeorar el panorama estaba atrapado entre el cuerpo de Conway y una pared, podía intentar volverá patearlo, pero fuera de obtener una paliza de respuesta no conseguiría nada más.

— ¿Y qué tal si te follo como quieres, Gustabín? — había algo en esa misma voz que ordenaba a la malla con seriedad lo estremecía, más aún cuando ésta vibraba sobre su hombro y peor era la sensación cuando a esto se le sumaba una mano rozando su pierna con descaro.

— ¡Venga ya Super-vergardiente! Deje la puta broma y váyase a tomar por culo — Gustabo conocía lo irritable que lo ponían los sobrenombres, lo furioso que terminaba cuando los insultos se le eran de vuelto y esperaba recibir un puñetazo para salvar la situación antes que volver a soltar un gemido.

Pero aquello no vino, el golpe no llegó, sólo un escalofrío que recorrió cada rincón de su piel al ser empotrado con una embestida firme contra las baldosas blancas. Gustabo volvía a sentir ese aumento de calor interior esta vez provocado por una fuente diferente al síndrome de abstinencia, sus dientes castañearon, sus manos terminaron sobre los hombros húmedos de Conway presionando con fuerza cuando ambos bultos se alinearon el uno contra el otro dejando que la presión entre ellos aumentara.

— Con qué broma eh... ¿Crees que está suficientemente ardiente esta verga para ti, Gustabín? — una tercera embestida y un estruendoso gemido que terminó en la boca contraria, volvían a besarse pero esta vez con desesperación, un beso húmedo más salvaje, mordisqueandose los labios como un par de animales luchando por control y poderío.

Gustabo fue dado vuelta con rudeza apoyando su rostro contra la fría pared, soltó un grito cuando fue mordido en el cuello, seguía siendo presionado con firmeza, sus manos fueron a parar hasta su pantalón desabrochado el botón y bajando el cierre pero fueron interrumpidas cuando otro par las guiaron hasta apoyarse contra la pared.

Al sonido del agua cayendo se le sumó un gemido de cuando sus pantalones y ropa interior cayeron hasta la mitad, también de les unión el sonido de un cinturón desabrocharse, un cierre bajándose y un gruñido bestial sobre el cuello aún marcado en medio de la presión de la erección de Conway contra el cuerpo de Gustabo.

— ¡Joder! — gimió como respuesta cerrando sus ojos y echándose hacía atrás para aumentar la fricción.

— Exacto, puedo joderte hasta el alma, Gustabín — Pero contrario a que esas palabras le asustaran y lo causaran repulsión como en otras ocasiones, sólo terminó calentándolo, cambiando la necesidad que tenía por las drogas por la necesidad de unirse a la boca de Conway.

Giró su rostro hasta volver a comerla, volver a morder su labio inferior obteniendo otro gruñido de excitación más que de reclamo, las manos del superintendente cerraron sus piernas para permitir que entre sus muslos fuera introducida la misma erección que antes se frotaba contra su trasero permitiendo el contacto entre ambos miembros ya susceptibles a cada roce.

Ambas vergas se unieron ayudadas por las palmas y falanges de Conway envolviéndolas a la par que embestía con firmeza, Gustabo escuchaba el sonido de las pieles húmedas chocando entre sí, y bufaba en respuesta a los gruñidos, a los besos, ante el roce del tronco de la verga de Conway contra sus bolas y sus manos manteniendo aquel constante movimiento.

— Si de verdad quieres que te folle, vas a tener que pedírmelo lúcido. — dijo con una fuerte arremetida entre las piernas del rubio.

Gustabo sentía la necesidad de correrse y cada vez estaba más cerca de lograrlo, sus gemidos eran más seguidos, su respiración más entrecortada sus labios empujaban con más fuerza la boca ajena saboreando caga gruñido y gemido que le entregaba Conway con cada movimiento.

No hizo falta avisar que venía su cuerpo completo fue capaz de dar aquellas señales, la tensión en sus piernas, su boca abierta dejando salir un sonido más alto que los otros, la necesidad de mover con más ímpetu su cuerpo exponiendo las descargas del orgasmo que terminaban contra la pared y las manos de Conway, el que sin dejarlo normalizar su respiración reclamó su boca mientras aumentaba el ritmo de sus embestidas para correrse entre sus muslos.

Los jadeos inundaban el baño entremezclados con el vapor del agua caliente. Gustabo siguió prendado a los labios del Superintendente pero esta vez con más mesura, en un contacto tranquilo y suave mientras la languidez post orgasmo decidía abandonarlos.

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~AAAH llevaba años sin escribir NSFW no me funen plzz hice lo mejor que pude.~

Des-Inhibition || IntendentePlayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora