¿Tomas mi mano?|| ❤Todomomo❤

Capítulo 14: Harán lo que yo diga

Al día siguiente, Todoroki había despertado de muy buen humor. Ahora era el más hablador en la mesa haciendo sentir a sus hermanos extrañados. 

— Adiós familia, me voy a la escuela.— Se despidió cerrando la puerta. Acto seguido sus hermanos se miraron.

— Tengo miedo.— Lloriqueaba Natsuo.— Nos está tratando más bonito que lo habitual.— Touya le daba palmaditas en el hombro. 

— Bueno me alegra que esté bien.— Decía Fuyumi.— No hay que mostrarnos tan indiferentes, hay que estar felices por él.— 

— Tienes razón hermana.— Complementaba Touya.— Desde ahora seremos los mejores hermanos del mundo.— 

Hubo un silencio de 5 segundos.

— ¿Y si le hacemos una broma más tarde?— Dijo uno de ellos, los otros dos accedieron. 

(Por otro lado)

Se encontraba Todoroki caminando rumbo a la escuela, escuchando "Lost In Paradise", mientras hacía disimuladamente algunos pasos de baile raros (Mood xD)

Estaba en su mundo, cuando de repente notó que alguien al frente lo miraba. Paró en seco. 

— Todoroki-San... estabas... ¿Bailando?— Reconoció a la azabache. 

— Sí, me estoy echando unos pasitos... ¡Es que la canción es muy buena!— Empezó a volver a bailar de una manera más exagerada.

— Chau, me voy. A veces en verdad me sacas de onda.— Decía con pena, pues eran unos pasos muy graciosos y al mismo tiempo vergonzosos.

— ¡Hey! ¿Por qué me dejas?— Avanzó y Momo aumentó la velocidad.— ¿Por qué corres?.— Fue más rápido.— ¿POR QUÉ CORRES?— Ahora parecía una graciosa persecución. 

— No sé quién eres.— Se hacía la loca. Era idea suya o le estaba haciendo a su perspectiva una broma.

— ¡Oh, vamos!— 

Siguieron corriendo, hasta que en un momento Yaoyorozu perdió estabilidad por el cansancio y cayó; Todoroki también. 

Pero por alguna razón el chico no le había dolido tanto la caída, había cerrado los ojos por el previo impacto. 

— Mmm... qué extraño.— 

— Todoroki-San... mis costillas....— Dijo Momo con pesadez. Abrió los ojos de imprevisto y vio que estaba encima de la espalda de la chica.

— Oh, lo siento Yaoyorozu....— Vio que se levantó.— ¿Estás bien?— Dijo con una sonrisa nerviosa. 

— ¿Tú crees?— Se estiro para adelante y tronó su espalda.— ¿Cuánto pesas? ¿90?— Se quejó un tanto burlonamente. 

— Yo soy ligero como una pluma, qué te pasa.— Le pellizcó un cachete sacudiéndolo un poco y quejándose al mismo tiempo que ella. 

— Sí sí. Ya verás cuando me pagues la operación de vértebras.— Se rio. 

El bicolor le respondió con una poker face, pues estaba buscando el chiste.

— Ya... vamos a clase o llegaremos tarde.— La tomó de la muñeca y avanzó.

— Todoroki-San puedo ir sola. No me voy a perder.— Dijo tratando de soltarse.

— Ah, claro.— La soltó.