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No estaba bien.

No, no estaba bien.

Estaba jodido.

-- ¡¿DÓNDE CHINGADOS ESTÁ ESE SOBRE?!

Para nada bien.

Lo recuerda perfectamente, el plan era después de una junta ir a un espacio apartado de la ciudad y quemar aquel sobre junto con la carta.

Algo raro, sí, pero era una forma espiritual de decir adiós a esos sentimientos, decir adiós al pasado.

Simple.

Pero a Canadá le surgió la idea de ir a pasear, y no quiso decirle que no a esa carita tan linda.
Por lo que eso se terminó aplazando.

Ahora, fue cuando recordó que iba a hacer eso.

Fue cuando se puso a buscar tranquilo en su maletín, sabiendo que dejó el sobre allí.

Pero estaba equivocado, el sobre no estaba allí.

Algo asustado, siguió buscando por su casa.
En dado punto, su paciencia terminó y eso provocó que buscara con desesperación bajo sus sillones, en cajones, en su closet, en cualquier lugar.

Su casa era un desastre, los muebles literalmente estaban patas arriba, él estaba todo sudado y su cabello revuelto.

Incluso estaba llorando por el ataque de pánico que comenzaba a darle, todo eso mientras seguía buscando.

Se sentía fatal.

196 palabras.

La Carta Que Lo Destrozó TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora