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Aún se preguntaba si valía la pena mantener su orgullo.

Ya hacía tiempo desde que USA se comportaba ignorante de todo, y al parecer, no le interesaba cualquier cosa.

Ladeó sus facciones, no estaba bien guardarse lo que pensaba, tal vez debía hablar con su pareja.

O ir con Corea del Sur y hablar.

Sí, eso haría.
Corea del Sur solía mantener la cabeza fría ante problemas, además de que era más neutral en cuanto a los temas que la japonesa viviera, y por más que le costara aceptar la opinión de alguien mas, debe entender que Corea del Sur solía tener la razón.

Sería mejor dejar de amenzarlo con que si no dice lo que quiere oir lo golpeará, no tan grave pero el surcoreano le tenía miedo.

Suspiró, dejando de lado el bote de helado y aceptando que no podía seguir ignorando el problema.

148 palabras.

La Carta Que Lo Destrozó TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora