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Japón.
No es nunca lo que imaginé de una relación, o de la ruptura de una de ellas.

Me imaginaba como el cliché de las películas, donde la chica se dedica a ver cosas sobre el amor mientras está tontamente desarreglada usando pijama y comiendo helado mientras llora.

Claro, visiblemente afectada por el rompimiento de su relación, deprimida, sin saber qué hacer, tal vez sin rumbo fijo.

Extrañando a la persona que la dejó, dependiendo evidentemente de él en el campo emocional, siempre me dieron lástima esas personas, y la verdad yo creí que me pasaría eso.

Pero no, creo que hasta ahora fue de las mejores cosas que me pudieron pasar.

Quiero decir, suena feo y egoísta, pero al menos ya no cargo con la preocupación de si le está yendo bien o mal, debí apoyarlo, pero no es un lugar en el que le pueda acompañar.

Tal vez más bien podría ayudarle dejándole, claro.
Sé que, así como estoy actualmente, lo estará USA.

En el fondo aún me preocupo por él, no es tan intenso como antes, pero sí espero que se recupere.
Me habría gustado saber qué le pasó para ayudarle y todo, pero si no era adecuado que lo supiera, lo entiendo.

Pero me tranquiliza, es como si todo fuese a mejorar.

218 palabras.

La Carta Que Lo Destrozó TodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora