Dankworth [+18]

5

Estaba sentada en la cafetería junto a Ava y Aiden, mentiría si dijera que no estaba nerviosa pero lo estaba.

Llevo diez minutos esperando a Connor pero aún no aparecía, aunque no me preocupaba ya que todavía era temprano.

— ¿Que harás en tu cumpleaños, Abi? — La pregunta de Ava me saca de mis pensamientos.

— No lo sé. No lo he pensado — Me encojo de hombre restándole importancia. La verdad me daba igual el día de mi cumpleaños.

— Ava pero que pregunta tan tonta, obvio que saldremos a festejar y a mover el bote. — Aiden hace un pase de baile en su silla que hace que ría. — Creo que escuché que habrá una fiesta de Halloween ese día. Preguntaré a mis contactos e iremos a perder la conciencia.

— La fiesta es de Olivia Hamilton — La voz de Connor hace que todos volteemos a su dirección — Casi toda la universidad irá.

Habla mientras se sienta a mí lado junto con su comida. Mira hacia a mí y me sonríe haciendo que me sonroje.

— ¡Genial! ¡Entonces iremos a celebrar tu cumpleaños allí, Abi! — Ava anuncia emocionada.

— ¿Cumples años el treinta y uno de octubre? — Pregunta algo asombrado Connor.

— Nacida a las tres de la madrugada — Respondo.

— ¿Segura no eres bruja o una cosa así? Por que eso de nacer ese día, a esa hora y tú color de cabello, la cuestión da un poco de miedo.  — Connor dice con cara de desconfianza haciendo que todos en la mesa estallemos a carcajadas. El, es muy divertido.

— Muy segura — Contesto riendo — Recuerdo que cuando era niña en Halloween mi tía me disfrazaba siempre de bruja.

— Entonces este año no hay que perder la tradición. Iremos a comprar disfraces y tú serás una sexy brujita — Ava me guiña un ojo y yo solo niego con mi cabeza divertida.

— Entonces tal vez yo deba de disfrazarme de hechicero — Connor dice pensante. — Digo la bruja y el hechicero son pareja y espero no me niegues el que pueda ser tu pareja esa noche.

Siento como mi cara se calienta y evitó mirarlo a la cara.

¡Connor Ferguson me está pidiendo ser mi pareja en una fiesta!

Lo miro y el me sonríe. No veo maldad en su rostro, no veo malas intenciones, no veo nada que me diga que hay un trasfondo en sus palabras.

Pero tampoco vi nada de eso en Sander Jones.

Veo a los chicos y en sus rostros solo veo que quieren que acepte. Ellos estarán conmigo y han demostrado que no me dejarían sola. Tal vez sea hora de una segunda oportunidad, puede que está vez todo salga bien. Eso espero.

Vuelvo a mirar a Connor.

— Está bien, acepto. — Respondo con una sonrisa que de inmediato es correspondida.

(...)

Jueves, solo tuve una clase y me estoy dirigiendo a mí práctica de gimnasia. Si, estaba en gimnasia aquí en Dankworth.

Cuando entre era obligatorio estar en al menos una clase extracurricular y al ver que había gimnasia creo que mis ojos brillaron.

Practique gimnasia desde pequeña era algo que me llamo la atención desde el principio y que aún me sigue gustando. Todo empezó en la escuela primaria, daban pequeñas clases de gimnasia básica. Ahí desarrolle mi flexibilidad. Cuando entre al instituto no había gimnasia pero si porrismo, no era lo mismo pero se acercaba. Ahí aprendí y perfeccione mis piruetas y equilibrio. Cuando entre a la universidad privada en Miami por mi beca gracias a mis excelentes notas, gimnasia artística. Lo que amaba, de verdad que lo hacia. Era buena, muy buena y todavía lo soy. Pero aún recuerdo como por envidia hicieron que dejara de lado mi pasión por ella. Recuerdo a Alice Cooper, líder de las porrista, decirle a todos y correr el rumor de que mis habilidades en la gimnasia las conseguí por bailar en el tubo de un prostíbulo con mi madre. Todo por estar con el chico por el que ella tanto moría, Sander Jones.